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Factor Humano

La verdad nos libera realmente

FACTOR HUMANO
04/05/2024

Cuando una persona suele engañarse a sí misma, no le sorprenderá que los otros lo engañen, hasta crear una sociedad de mentiras solapadas.

Abordamos dos enfoques sobre las bondades de buscar la verdad: el personal porque es inmediato y depende de nosotros, y lo social que nos afecta a todos para bien y para mal.

¿Qué tanto amas la verdad?

Vayamos al grano, amamos la verdad si buscamos encarnarla y decirla cuando es menester, incluso a costa nuestra; o lo contrario, si solemos mentir, ya sea por defender intereses injustos, ocultos, apegos, preferencias, abusar, quedar bien o salirnos con la nuestra.

Amar la verdad no tiene que ver mucho con la franqueza que hiere, que puede incluso destrozar hogares, sino más con la sinceridad y menos con la hipocresía, aunque hay verdades que es mejor no haberlas dicho ni “investigado”; pero éstas, aunque dolorosas, nos presentan otras verdades debajo que al aceptarlas nos liberan de su yugo.

En todo mal se esconde un bien mayor, al descubrirlo el perdón fluye, de otro modo sería imposible o superficial. Los enemigos desaparecen cuando descubrimos y reconocemos que finalmente nos hicieron un bien.

Amar la verdad es ponerla antes y encima de nosotros como una guía de luz, mientras que la mentira nos esclaviza, nos contradice y nos complica. La sencillez viene de reconocer frecuentemente nuestra incongruencia o falsedad, fallamos porque requiere virtud y cierto dominio de sí mismo.

Presumir lo que no somos se entiende, pero no tanto abusar de la confianza o de la inteligencia de quienes confían y nos quieren. Un hombre de 50 años lloraba amargamente en las noches al recordar cómo no le importaba el dolor que provocaba a sus padres de joven, ya fallecidos.

$!Caravaggio, La incredulidad de Santo Tomás, 1601.
Caravaggio, La incredulidad de Santo Tomás, 1601.

¿Qué nos esclaviza?

Suelen esclavizarnos los apegos desordenados materiales y afectivos, los vicios, el orgullo, la posición, las creencias inconscientes, la culpa, el odio, el resentimiento y el mal trato. La mente se hace adicta al sufrimiento.

Nos liberamos cuando descubrimos más bondades que maldiciones y al enfrentar las causas emocionales que las crearon venciendo el miedo.

El problema con algunas creencias es que solo podemos descubrir su falsedad al abrirnos y exponerlas a la luz del diálogo, cuestionándolas, estudiando, pues al defenderlas como gatos boca arriba las reforzamos. Discutir mucho puede revelar que no queremos saber la verdad de lo que defendemos o que nos urge la verdad. En la discusión acalorada hay dos sordos que no quieren oírse. No grites que no te escucho.

¿Los gustos? Nadie puede obligarnos a cambiarlos, nuestra libertad es soberana. La verdad se estrella ante ellos, ante los intereses, el egoísmo, la comodidad y la maldad.

Las emociones negativas

Estas pueden impedir profundizar en la verdad porque perturba enfrentarlas, especialmente los traumas de la niñez, pero al exponerlos a la luz y soltarlos pierden peso. Necesitamos ser valientes para vencer la cobardía de no afrontarnos y ser humildes para confesarlo. Quien no se abre es cobarde. Teme descubrir la verdad de sí mismo porque le duele confirmarlo. Pero déjame decirte: esas creencias son falsas. Ábrete y confía.

Tener estudios no suple la valentía. Examinémonos a la luz de la verdad y del amor. Quien continuamente se critica se achica. Da temor conocerse a fondo especialmente cuando los demonios se alborotan. Las ideas erróneas de nosotros mismos nos limitan, abrazar nuevas verdades nos ubican y expanden.

Nada más liberador que estar soltando, perdonarnos y perdonar con frecuencia. Si hiciésemos del perdón y del agradecimiento un hábito arraigado seríamos más alegres.

Tony Robbins de niño tenía que cuidar a su madre adicta, era incapaz de cuidarse, abandonados en la pobreza, le permitió agudizar su ingenio para comer y convertirse en un gran gurú, su amor incondicional a su madre lo potenció al no juzgarla.

La verdad colectiva.

Vamos ahora a lo social, una sociedad es tan sana como prefiera la verdad, el bien común, respete los valores y aplique la justicia. ¿De veras quieres vivir en un país mejor?

¿Predomina la honestidad entre nosotros? ¿La gasolina son litros? ¿Los aumentos de precios son justos o artificiales? ¿Qué nos revela la corrupción tan arraigada y por qué no la combatimos a fondo? predomina la simulación, unos simulan gobernar y otros simulan obedecer las leyes.

Pero ¿Qué otras verdades de fondo nos están gritando la violencia y el narcotráfico? La injusticia, la falta de valores y de oportunidades ¿Por qué no empezamos a resolverlo? Lo que les conviene a unos pocos daña a la gran mayoría. Mejor apliquémonos a gobernarnos bien, es tarea de los ciudadanos. Dejarlo en manos de rufianes colapsará el país.

Las verdades del mal

El mal es la carencia de un bien ausente. El asaltante, el narco, el político corrupto, el traidor, el ciudadano apático o el que se deja engañar, vive en una mentira solapada, este nivel de mentira ya colapsó la presa.

Lo peor es el enorme aguante, la laxitud moral y la baja de conciencia que tenemos la mayoría de los ciudadanos hacia el mal y a los abusos cínicos, pocos reaccionaron ante el robo de los ahorros de las afores, pronto irán por los tuyos como ya sucedió en Argentina. Con las evidencias publicadas bastaría para provocar masivamente la renuncia del presidente actual, de los anteriores, de varios gobernadores y municipales.

¿Qué nuevas verdades necesita saber el ciudadano apático para reaccionar?

El nivel de verdad está ligado al nivel de conciencia. No nos merecemos esto. Vota para mejorar cómo vivimos.

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