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Escribe Miguel Salmon del Real una sinfonía con palabras

El músico, compositor y director de orquesta presentó su libro ‘El canto eterno de la gran música’, en La Casa del Maquío

Que un músico escriba, reconoce Miguel Salmon del Real, puede ser una nueva forma de explorar la musicalidad del habla. Las palabras como los símbolos musicales, añade, aparecen en la hoja y avanzan en movimientos, paralelos, oblicuos o contrarios, para darle sentido a la expresión del estilo.

Y así, con palabras él creó su propia sinfonía “El canto eterno de la gran música”, bajo el sello de Andraval Editores, y lo presentó en La Casa del Maquío, acompañado por los académicos Ronaldo González, Sylvia Paz Díaz Camacho y la editora Maritza López.

En él, reúne 21 artículos que publicó en Noroeste y otros medios impresos, ordenados a manera de sinfonía, en cuatro apartados que son como los movimientos, y en los que da argumentos sobre la prevalencia de la música a través del tiempo.

“La gran música es aquella que alimenta el alma, la que trasciende lo recreativo... La adrenalina del entretenimiento dura dos horas, la de un gran concierto, dura semanas y toda la vida”, aseguró Salmon del Real, ante el público.

Maritza López, directora de Andraval Editores, agradeció a Miguel Salmon del Real que la buscara para hacer este libro y como editora éste ha sido un regalo pues su primera formación fue la música.

“Parte de mi ser, mi esencia es la música y los libros, fue un disfrute increíble trabajar en la edición de la mano de Miguel y cuando estábamos en la edición, surgió el músico, creó la obra con cuatro movimientos como una sinfonía, cuatro movimientos con su propio ritmo y aquí está su obra musical”.

Díaz Camacho comentó que encontró una obra maravillosa en El canto eterno de la gran música y que por su formación en la educación y la salud, le llamó la atención la miniatura que trata de la música y la educación en Aristóteles y leyó un fragmento del libro en ese tema.

Compartió que ya se gestionaban saberes relacionados con el clima social y cultural en el que la gran música jugaba un papel preponderante, ya se veía esa necesidad que hoy se considera imperativa, en un mundo encuadrado por la desesperanza del futuro.

$!Portada del libro.
Portada del libro.

“Ante esa situación la formación integral en donde tiene una gran participación el acercamiento a la gran música coadyuva en la aportación de elementos para restaurar la ilusión y el compromiso por seguir construyendo. Y además contribuye a una apuesta muy importante que es la formación humana a través de actividades, que miles de años después se enfocan en aprender a ser, a convivir y transformar”, dijo.

Recordó que el autor, siendo aún el director de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, el Instituto Sinaloense de Cultura firmó un convenio el 16 de mayo de 2018 con una la UAdeO, que en su momento ella fue rectora, y fue primera vez que se acercó la gran música a la universidad, aportando beneficios incalculables a su modelo educativo.

Este libro, aseguró, será un referente para lectores especializados y también para quienes no lo son, pero que están cerca y aman la música.

Ronaldo González destacó la magia de la música reside en que es la única posibilidad que tiene el ser humano de acercarse aquello de lo que no se puede hablar, lo inefable, en donde está el límite de la comprensión racional, que el lenguaje convencional puede decir.

“La música sirve para acercarnos al misterio: la belleza de un crepúsculo, la majestuosidad de un genio, Beethoven sobre Napoleón, o la maravilla del amor”.

Pero en su libro, aseguró, se ocupa mucho más que de eso.

“Aquí van a encontrar el acercamiento a la tragedia griega, imposible porque no había partituras, no había lenguaje musical entonces e intentan rescatarla, pero nada nos garantiza que esa era la música de la tragedia griega, Edipo, etc, sabemos que había música. También se pregunta por el papel del mito, que usa el lenguaje musical”.

Salmon del Real, músico, compositor y director de orquesta, comentó que compartió que este es un libro que surgió en la pandemia, tiempo en el que “todos hicimos cosas que nos gustaba hacer”.

“En el ocio es donde uno descubre un poquito más de su naturaleza, abandonando la automatización del sistema, muchos empezaron a bailar en Tik tok, y todos demostraron que el ser humano es un ser artístico eminentemente y que el arte, por primitivo que sea, marca la diferencia”.

Agregó que eligió que fueran 21 artículos, inspirado en la obra El Pierrot Lunaire del compositor austriaco Arnold Shönberg, que tiene 21 miniaturas.

“Yo soy proclive a la numerología y me encantó esta idea, tres veces siete, el siete número maestro, me gustó pensarlo así, cuando programo música de concierto, a veces programo interesantes números, he encargado miniaturas sinfónicas pensando en esas miniaturas. El libro tiene una forma como si hubiera calculado la composición de una obra musical”.

Cada capítulo es como el movimiento de la sinfonía, Allegro sostenuto, en el que aborda la gran música; Andante elegíaco, con los homenajes; Adagio cantabile, con reflexiones, y Presto assai, A tempo de pandemia, sobre lo que tocaba la OSSLA en sus presentaciones”.

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