Seamos puntuales desde el inicio. Los responsables del manejo irregular del recursos público que se ha señalado deben llegar ante un juez.
Eso es lo más democrático y apegado al Estado de Derecho que aspiramos como sociedad.
Es decir, no queremos que ardan en la hoguera, sino que se diriman en tribunales los casos que huelen a corrupción.
Por ello, la pertinencia de las palabras de la Auditora Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera.
“Requerimos del accionar de otras dos dependencias, que en este caso son a nivel estado, Secretaría de Transparencia y Fiscalía General del Estado, en el caso de que haya acciones posiblemente constitutivas de delito”, dijo en entrevista para Noroeste.
Y es que es verdad. El trabajo de la ASE, en este caso, llega hasta la denuncia penal ante la Fiscalía General del Estado, y es ahí donde se tiene que investigar y en caso de acreditar un delito, se lleva al responsable ante el juez.
Pero el asunto, el gran “tapón” es la ahora Fiscalía. Ahí, desde que era Procuraduría General de Justicia del Estado están atoradas 93 denuncias que la ASE ha interpuesto por posibles casos de corrupción.
A la fecha, no se sabe qué ha pasado con ellas, ni con los funcionarios o ex funcionarios responsables.
Apenas el 11 de julio, la auditoría interpuso 13 denuncias nuevas contra ex funcionarios públicos, de las secretarías de Salud, Turismo, Obras Públicas y el Fideicomiso de Fomento Agropecuario del Estado de Sinaloa.
Así que no se ve claro si esto tendrá como resultado algún juicio, ni de qué “tamaño” son los ex funcionarios responsables.
Aún así, mantenemos la confianza en que habrá justicia.
¿Dónde opera
el Secretario?
Parece que la Secretaría de Turismo estatal, con sede en Mazatlán, está acéfala, a decir de muchos empresarios del sector, pues si se trata de localizar en las oficinas de Avenida Del Mar a Marco Antonio García Castro, actual titular de la dependencia, nunca se le localiza ahí.
Se podrá argumentar que anda del tingo al tango en la promoción del Tianguis Turístico que se realizará en Mazatlán, en abril del próximo año, pero hasta el momento, fuera de eso, no se le conoce trabajo de gran trascendencia.
O usted, amable lector, ¿recuerda un evento de gran escala o algo digno de destacar de este funcionario?
El último acto público que tuvo fue la semana pasada en Culiacán, de donde es originario, en la presentación de la campaña de marketing para relanzar a Mazatlán y Sinaloa en Estados Unidos y Canadá.
Y cuando se le busca por teléfono, nunca responde.
Alarmas, de ‘oquis’
El coordinador de Protección Civil en Mazatlán, Óscar Roberto Osuna Tirado, reveló que las “alarmas” que se instalaron hace casi seis años en la Colonia López Mateos y Jacarandas están desactivadas porque nunca funcionaron.
En ese entonces se invirtieron casi 100 mil pesos para que los vecinos pudieran alertarse, pero durante muchos años no han funcionado.
Sin embargo, la reciente inundación del sábado vino a refrescar sus recuerdos, y algunos de ellos afirman que el Gobierno nunca las colocó.
Pero Osuna Tirado, a quien le tocó “colocarlas” en el 2011 y 2012, aseguró que las alarmas nunca han funcionado y están desactivadas.
Las alarmas tenían el propósito de emitir una alerta de un radio de cuatro cuadras, para dar tiempo a que se desalojaran las zonas, pero en todo ese tiempo, a los vecinos los han agarrado “desprevenidos” las inundaciones.
¿Quién dijo Venecia?
Y bueno, la verdad es que eso de tener dos venecias no es nada gracioso, pero es que algún nombre debemos buscarle a las grandísimas omisiones en la ingeniería civil de Culiacán y Mazatlán.
Nos referimos a las inundaciones que ocurrieron la semana pasada con lluvias que apenas alcanzaron los 50 milímetros, según los registros de la Comisión Nacional del Agua.
Sólo en Culiacán, de acuerdo al Instituto Estatal de Protección Civil, hay al menos 70 puntos diferentes que están en riesgo de inundarse, entre ellos el Estadio Banorte, el edificio donde estará la nueva USE y el Congreso del Estado.
Y la verdad es que no hay que pensar mucho para saber que eso sucede porque no hay un eficiente planeación urbana.
En Culiacán sabemos que se están construyendo y ampliando sistemas pluviales, como en el Bulevar Pedro Infante y el Bulevar Universo, en el sector La Conquista, pero siendo francos y viendo el reporte de Protección Civil, no alcanzará.
En el caso de Mazatlán vemos algo que es de preocupar: se destinó una inversión de millones de pesos para la remodelación del Malecón, calles del Centro Histórico, remodelación del estadio de beisbol y la construcción de uno de futbol.
Pero, ¿el drenaje?, ¿el sistema pluvial?, eso ya es histórico y aún no se trabaja en los verdaderos problemas del puerto.