Para ser enfermera, necesitas vocación, dice Alma Beatriz
MAZATLÁN._ Alma Beatriz Tirado Ortega, una enfermera con 19 años dedicados a la atención de los pacientes, afirmó que para ser enfermera es indispensable tener vocación y como prueba de fuego para reiterar su vocación por esta profesión, hizo un curso de enfermería de seis meses antes de inscribirse a la licenciatura en 1999, ahí fue donde tomó la decisión para estudiar y graduarse en el 2004.
“En la enfermería necesitas vocación, porque no cualquiera se enfrenta a lo que enfermería se enfrenta y como definición personal, la vocación es algo que te nace, que te gusta hacer, que disfrutas tu trabajo, si tu le vas a sufrir en tu trabajo, no te gusta lo que haces, vas a ser un mal elemento”, expresó.
Una de las cosas que siempre la motivó para sacar adelante su carrera fue el aprender sobre la atención que se le brinda a los pacientes, además del historial de salud en su familia.
“Tengo un tío médico, mi mamá tuvo muchos años una farmacia, se podría decir por herencia familiar, pero nadie de mi familia es enfermera, yo fui la primera”, presumió.
La vocación adquirida de los conocimientos de su madre, trascendió hasta su hija, quien se preparó para seguir los pasos de Alma Beatriz y actualmente también es una enfermera recién egresada de la carrera.
Aunque su primera opción fue estudiar turismo o administración, debido a que en preparatoria aprendió sobre preparación de alimentos y bebidas, la enfermería siempre estuvo en su vida.
“Lo que más me apasiona, se podría decir, es la atención al paciente, al derechohabiente, pero el área que más me gusta es quirófano, terapia intensiva, los servicios críticos, los que te demandan mucha decisión con el paciente, que como enfermera tienes que tomar decisiones para sacar adelante al paciente”, comentó.
De las experiencias que ella catalogó como más placenteras fue precisamente el parto, en donde se recibe una vida, también cuando un paciente sale de una enfermedad complicada o de una situación de salud crítica.
“Lo más bonito son los extremos de la vida, estar en cuneros, recibir una vida ver un parto, ver a un paciente que vence el cáncer, sacar a un paciente que estuvo muy grave por semanas, en terapia intensiva o en urgencias y ver que se va a su casa logrando restablecer su salud y logrando irse con bien es lo más satisfactorio”, dijo.
Así como las situaciones que después de sus casi 20 años en esta labor aún le cuesta trabajo manejar sin sentir afectadas sus emociones, son los pequeños que padecen enfermedades agresivas, algunas incurables o accidentes en donde personas jóvenes pierden la vida.
“El ver que se termina una vida, que no pudiste hacer gran cambio para poderlo sacar adelante, el ver terminar una vida por una enfermedad que lo estaba llevando un tiempo determinado ese paciente o los niños que tienen alguna enfermedad, eso si me apachurra el corazón”.
Recordó como una de las vivencias que más impactó su trabajo como enfermera fue la atención que brindó en una cesárea en donde el bebe se encontraba sin vida en el vientre de la madre.
“Estaba en una clínica privada, donde a las 11 de la mañana habían acabado de checar a una mamá embarazada y todo estaba bien y para la 1 de la tarde tuvimos que entrar a quirófano con esa mamá porque su bebé perdió signos vitales, perdió la vida dentro del útero de la mamá”, contó.
“Es muy impactante tener que hacer una cirugía como es una cesarea, donde se supone que vas a recibir una vida porque va a nacer un bebé y extraer ese bebé pero ya no tiene vida, es un procedimiento que tu esperas con alegría, porque va a nacer un bebé y la mamá tuvo que enfrentar esa pérdida en la espera de una nueva vida”.
Otro de los momentos que la marcó, sucedió durante la pandemia, en donde muchos compañeros y conocidos perdieron la vida, pero un caso en específico que la tocó fue el caso de Fabiola Villanueva, quien falleció buscando su sueño.
“Hubo una querida compañera que era Enfermera Especialista en Medicina de Familia en formación, se fue a México para poder sacar adelante su especialidad y ella falleció en la ciudad, estudiando, se llamaba Fabiola Villanueva, ella fue una de las más me marcó, porque estaba luchando por un sueño, sacar una especialidad y perdió la batalla contra la enfermedad”, lamentó.
En algún tiempo trabajó en clínicas particulares, actualmente se desempeña como Enfermera Especialista en Medicina en Familia, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), además de ser docente clínica en la Universidad Autónoma de Sinaloa.
“Antes de ser especialista yo fui enfermera general, abarca todo, te pueden mandar al quirófano, selle, cuneros, tococirugía, urgencias, hospitalización y ahorita en el que estoy ahorita que es medicina preventiva es cuando ya haces una especialidad”
En su labor como docente, mencionó, trata de inculcar a sus alumnos la idea de que en enfermería se necesita más empatía, identificarse con la persona que se está atendiendo para poderla sacar adelante y que la vocación es la piedra angular de esta carrera.
“La vocación no se aprende, se trae, por tu convicción, por tu educación en casa y al momento que llegues al nivel escolar vas a ir adquiriendo la teoría que va a fundamentar tus acciones con el paciente”
En el centro de trabajo, donde los enfermeros son el personal que se encuentra 24/7, incluso en días festivos, ella ha encontrado a su segunda familia, con quienes asegura ha compartido grandes momentos a lo largo de estos años.