"En Sinaloa existe malinchismo hacia las plantas nativas, considera especialista"
Heriberto Giusti Angulo
En Sinaloa existe un “malinchismo” hacia sus plantas nativas dado que se privilegia a las especies exóticas por una cuestión de estatus social, considera el arquitecto y docente de la Universidad Autónoma de Sinaloa, así como colaborador del Jardín Botánico, Ernesto López González.
“El problema es que la gente tiene cierto rechazo social a la incorporación de este tipo de especies, por el hecho de darse de manera natural en el monte. Comúnmente la gente dice que son “plantas corrientes” que provienen del monte, entonces entra una cuestión ya de estatus social y estatus económico”, asegura.
Culiacán será un paraíso de amapas; sembrarán 6 mil más
“Por ahí existe la falsa creencia de que el que utilice las especies del monte, pues es de poca adquisición económica; y el que no las utilice, y utilice especies exóticas, pues tiene mayor ingreso económico”, expresa.
El especialista comenta que existe una amplia variedad de plantas nativas que se pueden implementar en la zona, lo cual impulsaría la identidad regional de los sinaloenses.
“Hay muchísimas especies nativas que se pueden ir introduciendo dentro de los espacios públicos de la ciudad. Aparte de las amapas está el guayacán; están los inmortales, que son unos árboles que se llenan de flores blancas cuando inicia la fecha de día de muertos. Hay otros de talla más pequeña como es la tronadora, está el tabachín, el palo mulato”, dice.
“Hay otras que son totalmente verdes y no dan floración, pero que son atractivos también por el hecho de ser nativos, como por ejemplo el venadillo, la cacaragua, los sábinos, etcétera”, añade.
“Hay muchísimas plantas que se pueden seguir utilizando, pero no se utilizan por el hecho de que no nos identificamos con ellas, no hay una identidad con nuestra vegetación nativa”, reflexiona.
Además del problema de identidad, López González critica que se utilicen especies exóticas debido a que estas requieren mucho más mantenimiento que las nativas.
“Utilizamos pastos, palmeras, árboles exóticos que necesitan bastante mantenimiento, cuando la misma naturaleza es sabia y te presenta lo que se puede dar, sin ningún problema, de manera natural”, comenta.
“Utilizamos especies que no tienen nada que ver con el entorno, que necesitan bastante agua, que necesitan fertilizaciones, que las atacan las plagas, etcétera. Entonces son de bastante mantenimiento”, dice.
El experto reflexiona cómo es que la creciente urbanización ha ido relegando a la vegetación de la zona, y hace una invitación a la sociedad para que se reapropie de su naturaleza.
“El crecimiento de la ciudad cada vez va alejando más a la naturaleza de nuestra misma ciudad. En lugar de hacer que esa naturaleza quede inmersa dentro de nuestros proyectos y que se vea que nuestros proyectos se adaptaron totalmente al entorno, pues preferimos meter maquinaria, limpiar, desarrollar y después sustituir la vegetación nativa que se manifestaba en el sitio, con especies exóticas introducidas”, expresa.
“Se trata de reapropiarnos de nuestra naturaleza, hacerla nuestra, utilizarla. Y que si no existe, pues que empiece a nacer esa identidad con nuestra vegetación. Eso es lo que se necesita. Y se necesita atacar desde las generaciones que vienen atrás de nosotros, para que las conozcan, las usen y las valoren”, comenta.