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"DEFENSOR DEL LECTOR"

"Motu proprio"

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    El martes 27 de junio recibí un correo electrónico del apreciado lector de Mazatlán, Roberto Guzmán Laveaga, quien se refirió a una nota publicada el miércoles 21 de junio.

    “La última y nos vamos. Última molestia. El 21 de este mes en la página 4 B local, se manifiesta que el señor José Vallejo Carrillo usó la expresión ‘De mutuo propio’ sin consignar ‘sic’. Seguramente quiso decir ‘De motu proprio’, o sea, de propia, libre y espontánea voluntad. ¿Estoy en lo correcto? Gracias por su atención y lo felicito por su ilustrativa columna”.

    Al revés, gracias al señor Guzmán Laveaga por comunicarse con este humilde servidor. Esperamos que no sea la última ocasión que se comunique con nosotros, como señaló en su correo. Para nosotros no es una molestia, sino una auténtica alegría el que se comuniquen los lectores para expresar sus opiniones, quejas, dudas, críticas y sugerencias.

    La nota en cuestión es sobre las declaraciones del Delegado de Vialidad y Transportes, José Vallejo Carrillo, acerca del pretendido incremento a las tarifas del transporte.

    En el segundo párrafo se especificó: “‘Por ningún motivo la autoridad va a permitir que de mutuo propio una organización establezca sus propias tarifas, éstas tendrán que ser resueltas por el Ejecutivo del Estado a través de las instancias correspondientes’, añadió Vallejo Carrillo”.

    Para ilustrar la corrección del lector, citaremos un blog de lengua y un comentario de la Real Academia Española.

    “Ay, esos latinismos. Quedan muy bien... siempre que se digan correctamente. Y hoy, precisamente, me acuerdo de dos que la gente rara vez suele usar como es debido:

    - Motu proprio. Aquí el primer error es empeñarse en plantarle preposiciones delante. Ya he escuchado y leído de todo: ‘de motu propio’, ‘por motu proprio’... Conviene recordar que estamos ante una expresión latina en ablativo, con lo que la preposición ya viene implícita en la traducción. Así, no diremos ‘de motu proprio’ ni ‘por motu proprio’, sino simple y llanamente motu proprio (por movimiento propio/por iniciativa propia). Por cierto, el segundo error es omitir una r: es motu proprio, no motu propio.

    - Grosso modo. En este caso ocurre algo similar. Por lo general, mucha gente dice ‘a grosso modo’, cuando lo cierto es que nos encontramos, de nuevo, con un sustantivo y adjetivo declinados en caso ablativo, con lo que la preposición va implícita. No es correcto decir ‘a grosso modo’, sino grosso modo (aproximadamente/más o menos). Por cierto, que aquí tampoco hay que olvidar ninguna s: decimos grosso modo, no groso modo.

    http://blogs.20minutos.es/errores-y-erratas/2012/10/01/ni-de-motu-propio-ni-a-grosso-modo/

    “Motu proprio. Loc. lat. que significa literalmente ‘con movimiento propio’. Se usa con el sentido de ‘voluntariamente o por propia iniciativa’: «Si alguien desea declarar motu proprio alguna cosa relacionada con el caso, que se quede» (SchzFerlosio Jarama [Esp. 1956]). Debe respetarse la forma latina proprio para el segundo elemento, y no sustituirla por el adjetivo español propio: motu propio. Es incorrecto su empleo con preposición antepuesta: de motu proprio, por motu proprio”.

    http://lema.rae.es/dpd/srv/search?key=proprio

    Puede consultarse también: http://www.fundeu.es/recomendacion/motu-proprio-no-de-motu-propio/

     

    No todo está perdido

    En la página 6B de la sección Local del viernes 23 de junio, en la edición de Culiacán, se publicó una nota sobre la participación de Daniel Alonso Rodríguez Pérez, un joven hidalguense nominado al Premio Nobel de la Paz 2017, en la que aseguró que “en México no todo está perdido”.

    Tiene toda la razón, pero hay cosas que se pueden mejorar, como la redacción del sumario de la nota, en donde se escribió el artículo determinado “el”, en lugar de la preposición “al”: “Mientras respiremos hay una oportunidad”, señala el joven nominado el Premio Nobel de la Paz 2017”.

    El pie de foto también fue impreciso y se comenzó en minúscula: “es originario de Hidalgo, ha hecho propuestas de una reforma social”.

     

    Cabezal bicolor

    El cabezal o logotipo del ejemplar de Noroeste del lunes 19 de junio, en la edición de Mazatlán, se publicó con dos colores (su composición lleva una combinación de cuatro colores básicos: cyan, magenta y amarillo, a los que se añade el negro, llamado “la llave”, key, en inglés, por lo que la mezcla se conoce como cuatritomía CMYK): las letras NOR con color naranja y OESTE con color rojo. Hay que controlar la impresión.

     

    Demasiado salidos

    En la página de Seguridad y Justicia, 7B, de la sección Local del lunes 19 de junio, en la edición de Mazatlán, se repitió un verbo utilizado de dos maneras, en una nota que refería la muerte de un comandante de la Policía Estatal: “En el ataque sale herido un policía municipal; reportan que ambos salían de trabajar”. Fácilmente se podría haber sustituido “sale” por queda, resulta u otro verbo diferente.

    Además, otra nota de esa misma página se cabeceó con el mismo verbo: Sale el cuerpo de joven ahogado.

     

    El Sur

    En la sección El Sur de ese mismo lunes 19 de junio se publicaron algunas palabras sin tilde: numero, cuan. Además, en la columna Destellos se escribió: “bendición poder ser siempre mimar al papá...”.

     

    Honor a quien honor merece

    Es justo reconocer que el lunes 26 de junio en la portada principal del ejemplar de Noroeste Culiacán se publicaron dos noticias que los otros rotativos no llevaron en sus ediciones: la muerte de Rafael Chávez, hermano de Julio César, y la privación de la libertad de 12 personas en conocido restaurante de la localidad. En la edición de Mazatlán se publicó solamente la noticia del fallecimiento de Rafael Chávez.

    De igual forma, a muchos lectores y suscriptores les ha satisfecho la noticia y seguimiento de malos manejos en la Secretaría de Salud en el sexenio malovista.

     

    Cambio de nombres

    En la página 3C de la sección Gente del martes 27 de junio, en la edición de Culiacán, se publicó una nota sobre la presentación del libro de la gerontóloga María Guadalupe Stone, Alzheimer: “Cuestión de amores”.

    Lamentablemente, en los dos primeros cuadros superiores de la izquierda se publicaron dos fotografías de parejas con el mismo pie de foto en ambas: “María Esthela de Niebla y Mario Niebla”.

    Los nombres de la otra pareja de esposos son: Óscar Murillo y Patricia de Murillo. La editora de Culiacán sí marcó el error oportunamente, pero al cierre de la edición no se hizo caso de su corrección.

    Es conveniente revisar los “candados” en el proceso para que no se vuelvan a repetir esos errores.

     

    Espero sus comentarios, quejas, dudas, críticas y sugerencias.

    defensordellector@noroeste.com

    rfonseca@noroeste.com