La SGG, prueba de fuego para Feliciano
Jugar con lumbre sin quemar las manos
Más pronto de lo estimado, los sinaloenses veremos de cuáles y cuántos poderes dotó el Gobernador Rubén Rocha Moya, indistintamente de los que determina la Ley Orgánica de la Administración Pública, a su nuevo Secretario General de Gobierno, Feliciano Castro Meléndrez, al que se le conoce por la mano dura con que manejó algunos temas de la agenda de la 64 Legislatura del Congreso del Estado, pero al convertirse en propulsor de la gobernabilidad ahora deberá armar consensos con actores y factores de la política, economía y sociedad.
Rocha Moya necesita de un operador que tienda puentes para el acuerdo de un pacto social que permita amortiguar las consecuencias de flagelos como lo es hoy la delincuencia organizada, dejándole al alto mando militar la organización y ejecución de la tarea que le compete a la fuerza pública, pero estructurando la acción local de largo plazo que vaya a la raíz del problema como única vía hacia la paz verdadera y duradera. ¿Es Castro Meléndrez el responsable de la política interior que requiere el Gobernador?
Para el actual Mandatario estatal, igual que aquellos que lo precedieron o lo relevarán en el cargo, constituiría engaño el hecho de ofrecer soluciones en lo que corresponde a violencia detonada por organizaciones del narcotráfico, tal como ocurre desde el 9 de septiembre por el choque interno en el Cártel de Sinaloa, porque ésta la determinan las treguas, pactos o guerras entre esas corporaciones delictivas. Sí, aunque no nos guste, tuvo razón el Comandante de la Tercera Región Militar, General Jesús Leana Ortega, al admitir que depende de las células del narco que haya o no seguridad.
Con Feliciano Castro, que es ducho en convencer tratándose de alianzas, pues con ex priistas y ex pasistas jalados hacia Morena le armó a Rocha la gran aplanadora en el Congreso, lo que viene es la gran prueba de si podrá o no aglutinar en torno al Gobernador a liderazgos de mujeres y hombres que desde la sociedad civil son claves para empujar la otra transformación, no la de la 4T, sino la de la evolución a acciones y decisiones de fondo para establecer la civilidad como forma permanente de vida.
De acuerdo con el Reglamento Interior de la Secretaría General de Gobierno, al titular de esta dependencia le compete conducir las relaciones del Poder Ejecutivo con los otros poderes del Estado, con los órganos autónomos y con los ayuntamientos de la entidad, así como los asuntos de política interna, conforme a los lineamientos que señale el Gobernador a fin de garantizar la gobernabilidad y la paz social.
Es decir, dentro de sus responsabilidades, Feliciano Castro será calado en la primera prioridad de reponer la seguridad pública en estos episodios de salvajismo que emanan de la violencia detonada por la confrontación entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y de Ismael “El Mayo” Zambada, circunstancia que requiere del talento que proponga salidas alternativas construidas por el Gobierno y la sociedad y cristalizables y efectivas solamente con el concurso de los sinaloenses, haciendo de lado cualquier tipo de diferencias.
Lo otro tiene que ver con el papel que juegue Feliciano Castro en lo referente a la judicialización de las carpetas de investigación contra los funcionarios de la Universidad Autónoma de Sinaloa por presuntos delitos de abuso de autoridad, indebido desempeño de la función pública y malos manejos de recursos financieros que tipifican corrupción. Recordemos que el hoy Secretario de Gobierno se puso al frente como Presidente de la Junta de Coordinación Política de los trabajos legislativos para que el Congreso del Estado aprobara la nueva Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa con todo y el tijerazo que le hicieron.
Es interesante observar la destreza de Feliciano Castro en estos dos escenarios que todo indica serán complicados. Insistimos en que poco le corresponde intervenir en el asunto de la violencia del narco que es de competencia federal, pero sí en el armado de estrategias para que la gente salga del miedo en que está atrapada y eso se logrará recuperando la confianza en que las instituciones y quienes las presiden hacer lo correcto para ponerla a salvo. Lo de la UAS dependerá del curso que corra en los tribunales la recién aprobada Ley Orgánica y también del trazado de los juicios que vienen contra los ex rectores Jesús Madueña Molina, Juan Eulogio Guerra Liera y quien está encargado del despacho de Rectoría, Robespierre Lizárraga Otero.
Los directivos universitarios que se empecinan en sostener el modelo de Universidad-botín no quisieron sentarse en la mesa del diálogo con Feliciano Castro cuando presidía la Jucopo y determinaron esperar a que llegara María Teresa Guerra Ochoa a la Presidencia de la Gran Comisión para intentar negociar con ella. Tampoco querían acordar con el anterior titular de la SGG, Enrique Inzunza Cázarez, y se la pasaban rondando a hurtadillas en la dependencia del tercer piso de Palacio de Gobierno.
En fin, ¿será el mismo Feliciano que conocemos o veremos otro?
En este desafío cumbre,
Veremos cómo Feliciano,
Hace malabares con lumbre,
Sin que se le queme la mano.
Se pondrá interesante el debate parlamentario en la recién integrada 65 Legislatura del Congreso del Estado con coordinadores de bancada que tienen tablas en las lides políticas y de seguro también disposiciones a acuerdos para que a Sinaloa le vaya bien. A María Teresa Guerra Ochoa por Morena; Rodolfo Valenzuela Sánchez por el PVEM; Paola Gárate por el PRI; Roxana Rubio por el PAN; Sergio Torres por MC, y Víctor Antonio Corrales Burgueño por el PAS habrá que evaluarlos round a round de manera particular sin entrarle a quinielas sustentadas en el tamaño de los grupos parlamentarios, porque de ser así la fracción cuatroteísta entera se apresta a ganar en todas las peleas.