Editorial
Nada más llegar a la oficina oval, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dio carpetazo al muro y anunció una futura reforma migratoria, dos temas que alegran la relación con México y que podrían cambiar la vida de millones de mexicanos.
Imagine usted la importancia de una decisión de ese calibre, si se calcula que uno de cada 10 mexicanos vive en Estados Unidos, una cifra estremecedora y que nos habla de los profundos lazos entre los dos países.
Afortunadamente, el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo felicitó y se mostró listo para iniciar una buena relación con él, olvidándose de la relación de amistad que tenía con Donald Trump, el funesto ex Presidente que por fin se ha ido a su casa.
La ceremonia de investidura de Biden fue un claro ejemplo de la necesidad de nuestros vecinos por arrancar de cuajo el recuerdo de Trump, todas las minorías fueron representadas en la gran fiesta y la palabra “democracia”, fue la corona del discurso del flamante Presidente.
Y mientras un Trump derrotado se refugiaba en una de sus mansiones de Florida, una joven poeta negra hizo una relatoría de la necesidad que tienen los estadounidenses de pasar página a la administración del republicano y de construir puentes para construir juntos un futuro mejor.
La toma de posesión de Biden fue una declaratoria del regreso de los Estados Unidos a su papel de ejemplo del mundo y su llegada a la oficina oval, todavía más.
Biden trabajará rodeado de bustos de héroes como el hispano César Chávez y el afroamericano Martin Luther King.
¿Qué podemos esperar en la futura relación con Estados Unidos? No espere grandes cambios, los estadounidenses hace tiempo que solo velan por sus intereses, todo lo demás les da igual, así que lo mejor será planear nuestra relación con ellos en función de los beneficios que podamos alcanzar de manera bilateral.
