Impotencia y dolor...

06 noviembre 2015

"Sepultan al policía Manuel Enrique Aguilar, ´levantado´ y asesinado en Navolato"

El dolor y la impotencia de la familia se escuchaba. Lo sentían los compañeros y amigos de Manuel Enrique Aguilar Hernández, agente de la Policía Municipal de Culiacán encontrado asesinado el domingo.
Tras una misa de cuerpo presente en la parroquia de San Francisco de Asís, el cortejo fúnebre enfiló hacia el cementerio donde reposarán los restos del policía, hallado ejecutado 13 días después de haber sido "levantado".
En el Panteón Civil de Navolato sólo se escuchan los gritos del coraje y la rabia que siente la familia. Lanzan consignas contra quienes los mataron y de cariño hacia el agente caído.
Los lamentos son interrumpidos por una corneta. Es la banda de guerra de la Dirección de Seguridad Pública de Culiacán, que toca redobles en un pequeño homenaje realizado en el camposanto.
Después del sonido de los tambores y cornetas, se escuchan los disparos en memoria de su compañero, a la orden del director de la Policía Municipal.
Alrededor del féretro los deudos se arremolinan para ver por última vez a Manuel Enrique y despedirlo.
Una de sus familiares trae el uniforme del policía y una foto en las manos, para depositarlos en la cripta donde será sepultado.
La madre del oficial muerto se niega a dejarlo ir, al igual que los demás parientes se aferra al féretro, sin soltarlo, mientras los compañeros de la corporación observan silenciosos, formados frente a la tumba.
El ataúd es bajado hacia la fosa, los albañiles empiezan a dar paladas de tierra y los agentes de la Policía Municipal se retiran en silencio para dejar a los familiares en el lugar, que continúan llorando la pérdida de Manuel Enrique.