Riqueza explícita
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Jean Meyer
En lo albores del actual sexenio estatal, el Gobernador Mario López Valdez y su gabinete presentaron su declaración patrimonial.
Fue un ejercicio inédito en Sinaloa, pues no existe ley que los obligue a ello.
Es Morelos el único estado que ha legislado la obligatoriedad para el funcionario público de sacar a la luz su patrimonio.
En el Congreso del Estado existe una propuesta para ello en el paquete de reformas en materia de transparencia que presentaron las organizaciones civiles Frente Cívico Sinaloense, de Periodistas 7 de Junio e Iniciativa Sinaloa.
Este ejercicio ahora nos ha permitido hacer un comparativo de abril de 2011, cuando los actuales funcionarios eran recién llegados, al cierre de 2012.
Así descubrimos, por ejemplo, que de 16 miembros del Gabinete, incluyendo a López Valdez, 13 vieron un crecimiento de su patromonio. Tres de ellos de manera sustancial: Gustavo Zavala, jefe de la Oficina del Gobernador, en un 249 por ciento; Francisco Labastida Gómez de la Torre, coordinador de Proyectos Estratégicos, en un 108 por ciento; y el Procurador estatal, Marco Antonio Higuera Gómez, en un 67 por ciento.
Otros tres casos es al contrario, su "fortuna" disminuyó de un año a otro.
Ellos son Roberto Cruz, de la Secretaría de Desarrollo Económico; Francisco Frías Castro, titular de la SEPyC, y Juan Pablo Yamuni, de la Unidad de Transparencia, en un 9, 13 y 32 por ciento menos, respectivamente.
¿Es suficiente?
Se requiere, sin duda, que se legisle para que la presentación de las declaraciones patrimoniales sean una obligación para los funcionarios públicos y se regule procurando siempre la mayor transparencia posible.
Sin embargo, esa legislación debería comprender además una explicación clara del crecimiento patrimonial de los servidores públicos. En tanto funcionarios, mayor es su responsabilidad de ser transparentes.
No partimos de la idea de que ya son sospechosos, menos culpables, pero sí están obligados a explicarnos, en calidad de personas al servicio del interés público y que manejan presupuesto público. Cómo de un año a otro pueden crecer patrimonialmente hasta en un 249 por ciento, como Zavala; en un 108 por ciento, como Labastida, y en un 67 por ciento, como Higuera Gómez.
Más cuando varios de los miembros del Gabinete se les conoce solamente por sus trayectorias en el Gobierno.
Son, pues, servidores públicos y los ciudadanos son sus jefes, así que deben ser claros y explicar cómo se enriquecen, sobre todo en una coyuntura de dificultades económicas en Sinaloa.
Cheque te quiero
Nada muestra de manera más clara el atraso político de Sinaloa que la fiesta de cumpleaños del priista Daniel Amador Gaxiola.
Anquilosada y teatral como el besamanos al que están obligados los funcionarios de monarquías africanas, la fiesta del líder de los maestros reúne alrededor de 12 mil maestros, regalo en mano.
Tiene todo el simbolismo del atraso: los maestros aguantan el calorón de una zona rural mientras el festejado se baja de su vehículo y pide que los mariachis le canten "El Rey".
Los invitados hacen fila para tocar su manto, abrazarlo, ser vistos, tocados, el falso mesías que si está de buenas reparte el maná de los maestros: las plazas.
Todo el poder reunido en un pequeño clon de la maestra Elba Esther Gordillo, que por cierto se encuentra en prisión.
Y lo más indignante, visto desde lejos, es que son los maestros de nuestros hijos los que se prestan para esta rancia pantomima.
Los que deberían de ser la sustancia del mañana, los formadores de los futuros líderes, los rebeldes, nada, convertidos apenas en indignos extras de una película medieval.
Todo por asegurar una malograda quincena.
La vil indiferencia
Ha sido una historia de esfuerzo y superación.
El futbol de amputados en México nació en Mazatlán, Sinaloa, hace tres años y ha implicado el esfuerzo de personas como Berc Zoraian, "El Zorro", ex jugador profesional y director técnico fundador de los Zorros de Sinaloa, así como Don Bennet, iniciador en el mundo de esta disciplina.
Ahora ya hay equipos en por lo menos cinco estados.
Algo muy destacable y digno de reconocerse fue el subcoampeonato que lograron el viernes en la Copa América celebrada en Brasil.
Un gran triunfo considerando además que es la primera vez que participan en una competencia internacional.
Lo vergonzoso, lo repudiable, es la indeferencia de las autoridades del deporte, que no han tomado en serio el esfuerzo de estos muchachos, pues prácticamente han estado mendigando por apoyos.
La noche del sábado, mientras esperaban 14 horas en la Ciudad de México para su vuelo a sus ciudades de origen, los subcampeones de América del Futbol de Amputados tuvieron que dormir en el suelo de la terminal aérea.
Malecón es columna institucional de esta casa editorial.
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