No les salen las cuentas
26 julio 2018
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Quién sabe qué cuentas traerá la mayoría priista de la 62 Legislatura de Sinaloa, que por segunda ocasión aplazó la votación de la reforma constitucional al Poder Legislativo.
Acción inusual en los usos y costumbres del proceder de la aplanadora tricolor. Y es que desde la semana pasada se dio primera lectura al dictamen, que los opositores califican como una “reforma anti-Morena”.
Como se recordará el proyecto busca cambios de fondo al funcionamiento del Congreso local, en la víspera de que la correlación de fuerzas del poder sufrió un cambio drástico con los comicios del 1 de julio.
Los puntos más polémicos de la reforma son los relativos a la autonomía de la Auditoría Superior del Estado, lo que es visto por morenistas como un intento de cercenar la facultad fiscalizadora del Congreso, y que las cuentas del Gobernador Quirino Ordaz Coppel no pasen por la lupa de la oposición.
El segundo tiene que ver con cambios drásticos en los órganos internos de poder de la Cámara, pues éstos buscan acotar la esfera de influencia de la nueva mayoría.
Por supuestos los morenistas pegaron el grito en el cielo.
Cuentan que lo que ha frenado esta reforma es que Víctor Godoy, líder del Congreso local, no tiene certeza aún de tener “amarrados” los 27 votos.
Y es que los seis pasistas, que fueron aliados “seguros” antaño, ya se bajaron del barco tricolor. A ello se suma la división del PAN, donde los rebeldes que asoman la cabeza son Roberto Cruz y Alejandro García. Hay que restarle a los dos legisladores de Morena, al del PRD, y cuentan, que hasta la ex priista Gloria González.
Hasta ayer sumaban 12 votos seguros contra la reforma.
Hay que sumarle que hay varios priistas y aliados que no están del todo convencidos de dar este paso, pues el voto de marras a favor, es como llevar a cuestas un marcaje en contra de un partido, Morena, que está en los cuernos de la luna. Y con todo el poder.
Y quién mejor que los priistas para saber lo que significa “ponerse con Sansón a las patadas”.
¡No! a la gasolina robada
A 10 pesos el litro venden los “huachicoleros”, como comúnmente se les dice a quien vende combustible robado, la gasolina que sustraen de los ductos de Pemex.
Actualmente el litro de gasolina está en los 20 pesos, por lo que cualquier ciudadano de a pie diría, qué ofertón.
Pero no, simplemente es un delito y una forma de apoyar a los grupos de delincuentes que nos han sumido en la violencia.
Recordemos que Sinaloa se encuentra entre los cinco estados con mayores problemas de ordeña en el País.
Por eso, ayer Javier Llausás Magaña, integrante del Consejo Estatal de Seguridad Pública, llamó a la ciudadanía a no comprar gasolina robada y a no “normalizar” el delito.
“Nosotros lo normalizamos, nosotros al comprar algo robado estamos normalizando el hecho, y es donde ahí empiezan hacerse problemas tan grandes”, dijo el activista.
Sí, responsabilidad cívica, porque la denuncia es nula, son muy pocas, y son muchas personas que se benefician de esta actividad ilícita.
Si hay poca responsabilidad cívica, peor está la responsabilidad gubernamental, que con dos drones de 3.5 millones de dólares, se pudiera estar atacando esta problemática, pero como los nenes no saben usarlos, ahí están arrumbados en algún lugar de la Secretaría de Seguridad Pública.
No hay una coordinación para atacar el problema del “huachicoleo”, no hay acciones, tanto así, que Pemex Logística prefirió cerrar el ducto de gasolina que conecta a Salvador Alvarado con Culiacán a confiar en las autoridades para que detengan la célula delictiva que es la que se encarga de realizar estos actos ilegales.
La fila para ver a AMLO
Se llama la “Casa de la transición”, está ubicada en la Ciudad de México, en el corazón de la Colonia Roma, y es la casa donde vive el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
La casa se ha convertido en el destino de todo aquel que quiere denunciar algo al próximo Presidente, o de perdida a algún miembro de su equipo que ande por ahí.
Llegan de todas las edades, desde niños hasta ancianos, la mayoría solo quiere quejarse de alguna situación que lo afecta, de ahí que ahora la llamen “la casa de las quejas”.
Todos los días hay fila frente a la puerta principal, alrededor de 50 personas se suceden de manera permanente, con la esperanza de ser recibidos por “El Peje”.
Ayer, una comitiva de ciudadanos instaló un altar afuera de la casa, con la intención de pedir la protección divina de López Obrador, ante su negativa a vivir rodeado por miembros del Estado Mayor Presidencial.
El Mandatario electo asegura que cualquier ciudadano puede acercarse a platicar con él, así que los mexicanos respondieron a su invitación y le tocan la puerta todos los días.
No sabemos si López Obrador conseguirá transformar al País como lo ha prometido, pero por lo pronto ya le regaló a los mexicanos un lugar a dónde ir a depositar sus esperanzas.