Militares en Sinaloa
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Durante la reunión de ayer del Gobernador Quirino Ordaz Coppel con el Secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, en la Ciudad de México se habló de la presencia de los militares en Sinaloa.
Con las fiestas navideñas encima, el pago de aguinaldos y el mayor movimiento comercial en el año, Ordaz Coppel fue muy enfático con el responsable de la estrategia militar en el País y le solicitó una presencia permanente de los militares en el estado.
Lo que nos enteramos es que la reunión se dio después de que el Gobernador y el Secretario de Defensa se saludaron en el informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el Zócalo, por el primer año de Gobierno del Tabasqueño.
Y ayer en su oficina, el Secretario se comprometió a mantener en Sinaloa a los efectivos militares durante las fiestas decembrinas, para garantizar un entorno más tranquilo.
La lucha por el campo
Otra reunión que aprovechó el Gobernador Quirino Ordaz Coppel durante su viaje a la Ciudad de México fue la visita a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Social, donde lo recibió su titular, Víctor Manuel Villalobos.
Ordaz Coppel sigue insistiendo en tres temas que tienen que ver con el campo sinaloense: apoyos para los productores, acompañamiento en un programa de reconversión de cultivos y la recuperación del estatus sanitario, que se perdió según las verificaciones de Estados Unidos.
De los tres temas el que más se avanzó fue en el sanitario, ya que en la reunión estuvo el representante del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, mejor conocida como la Senasica.
El tema es complejo, para empezar se ha determinado que la pérdida del reconocimiento sanitario para le venta de los becerros a EU tiene un origen en malas prácticas que provienen de siete años atrás.
Otra cosa que se ha aclarado es que no todo Sinaloa presenta problemas, mientras el norte de Sinaloa tiene mejores prácticas, mientras se recorre la geografía de Sinaloa hacia el sur se observa que los problemas van creciendo.
Las investigaciones apuntan como responsables, en gran medida, a los engordadores de ganado, y en menor medida a los productores.
Así que la estrategia es intentar resolver la problemática que originó las malas prácticas, corregirlas y recuperar el estatus sanitario deseado en un año.
Para eso habrá que apretar a los responsables, poner reglas claras e, incluso, crear nuevas reglas y castigos para los reincidentes.
La trampa de las redes
El fantasma del “Jueves Negro” del 17 de octubre pasado se asomó ayer en Culiacán.
Mensajes con informes de enfrentamientos y balaceras entre presuntos grupos armados, advertencias de no acercarse a tal o cual colonia despertaron el pánico entre la población.
Por desgracia este tipo de información compartida a través de las redes sociales es muy difícil de contener.
Debido a la desinformación hubo cancelación de eventos y en algunos planteles de plano pararon las clases y los estudiantes prácticamente evacuados.
La Secretaría de Seguridad Pública y las diferentes corporaciones, al conocer los rumores o mensajes falsos en las redes realizaron un operativo preventivo para confirmar que no había ningún riesgo.
El Secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo, informó que no se recibió ningún reporte a través de la línea de emergencias 911.
Policías estatales y municipales se desplegaron en diferentes colonias de Culiacán, pero no detectaron ningún problema.
Incluso, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, en su cuenta de twitter llamó a la calma y exhortó a no cooperar con estas noticias falsas.
Piden estrategia contra la violencia
El colectivo Culiacán Valiente que convocó a una marcha por la paz y para la cual logró gran convocatoria, días después de los sucesos del 17 de octubre, llevó ayer de manera formal al Congreso del Estado sus exigencias para que no suceda otra jornada de violencia.
En el Legislativo pidieron una estrategia ciudadana e interinstitucional donde participen especialistas, asociaciones civiles, ciudadanía y los órdenes de gobierno, buscando lograr una comunidad con mejor calidad de vida, inquiriendo mejorar la integración social y sobre todo disminuir los índices de violencia en Sinaloa.
Y para todo ello, plantearon la colaboración de los sectores económicos, políticos, y sociales.
Un ejercicio inédito que logre que el miedo y la violencia salgan de la cotidianidad de la comunidad.
La UAS sin dinero
El Rector Juan Eulogio Guerra Liera se vio obligado a salir a solicitar recursos para cerrar el año en santa paz.
Convertida en una tradición, la principal universidad de Sinaloa volvió a llegar a final de año sin dinero, así que le solicitó apoyo a la federación y un préstamo a Gobierno del Estado.
Los responsables de sacar adelante a la universidad buscan entre 500 y 600 millones de pesos para cubrir los aguinaldos y las últimas quincenas del año.
La estrategia de los uaseños es simple, solicitaron al Gobierno federal recursos extraordinarios superiores a los 300 millones de pesos y al Gobierno del Estado un préstamo por 200 millones de pesos.
La pregunta es ¿por qué la UAS se queda sin dinero cada año? Bueno, intentaremos aclarar este problema que se da año con año.
El primer punto es que la UAS, al igual que la mayoría de las universidades de México no recibe la cantidad de recursos que necesita para solventar todas sus necesidades.
Otra razón es que esa falta recurrente de recursos ha provocado que enfrente un faltante anual cada año, nos explicamos: Este año le pedirá al Gobierno del Estado 200 millones, que pagará con los recursos que le lleguen en 2020, así que al final del próximo año le faltará esa cantidad para cerrar el año... otra vez.
A su favor podemos decir que la UAS es buena paga, si no el Gobierno del Estado ya no le hubiera vuelto a prestar, como hace cada año.
Se espera que el Gobierno federal termine apoyando a la UAS como lo hace cada año y el Gobierno Estatal está listo para prestarle lo solicitado, así que los trabajadores uaseños pueden dormir en paz, ya que seguramente les llegará su cheque.
Además hay que reconocer que nadie los quiere protestando en la calle y menos en medio de las fiestas de Navidad.