En el Congreso de Sinaloa hasta ahorita se están dando cuenta que la Universidad Autónoma de Occidente funciona como agencia de colocaciones o espacio para quienes se quedaron volando después de haber siempre vivido de puestos políticos.
Ayer un grupo de docentes acudió al Congreso para exponer una serie de irregularidades en la universidad, entre ellas nepotismo y opacidad, señalando que la hija y el yerno de la Rectora, Sylvia Paz Díaz Camacho, tienen cargos prioritarios que otras personas por méritos no obtuvieron.
También señalaron que Diva Hadamira Gastélum Bajo se acaba de hacer acreedora de un tiempo completo en la sede de Guasave, la ex priista cobró algún favor político y ya tiene horas clase para no quedarse sin nada que hacer.
Lo que no se dijo es que lo mismo pasa con Paola Gárate, Emma Karina Millán Bueno y hasta a Papik Ramírez lo pusieron a dar clases de inglés, entre otras personalidades que se fueron junto con la administración de Quirino Ordaz Coppel, el último reinado del PRI.
Ni hablar de los recursos que se consiguieron en el Congreso de Sinaloa para reconocer a docentes con mayor trayectoria, 20 millones de pesos que dicen que no han visto, sino que se canalizaron por la Rectora para otras personas.
Una auditoría no estaría mal, aunque a veces las auditorías les hacen a los funcionarios lo que el viento a Juárez. Esperemos que por lo menos se clausure la agencia de colocaciones y la universidad sea usada para lo que tiene que ser, una escuela.
Ante los cuestionamientos sobre las quejas de revictimización, la Fiscal General, Sara Bruna Quiñónez Estrada, dijo que ésta es una frase muy trillada pero “se está trabajando en mejorar la atención” a las denuncias.
Y es que durante la instalación del Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la violencia familiar, es un tema que se tocó por parte de colectivos feministas, quienes expusieron que muchas veces los agentes de investigación tienen malas prácticas y realizan actos violentos en contra las mujeres que acuden a poner alguna denuncia.
Ante la insistencia de las quejosas salió al quite la titular de la Secretaría de las Mujeres, Teresa Guerra Ochoa, quien dijo que ya se está trabajando en ese tipo de asuntos, analizando los protocolos de atención.
La secretaria advirtió que si hay hogares con violencia no habrá paz, porque si en los espacios que deben ser los más seguros no se vive con paz social, desde temprana edad legitiman la violencia y será reproducida por sus propias víctimas.
Un dato, solo para que se dé una idea del tamaño del problema: del 2005 a la fecha se incrementó un 280 por ciento las carpetas de investigación por violencia familiar en Sinaloa. De ese tamaño las cosas.
El Alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro presuntamente se vio envuelto en un accidente de tránsito.
En redes sociales circuló la imagen en la que la suburban del Alcalde, carísima por cierto, le pegó por atrás a una camioneta Mercedes, más carísima por cierto.
Quién sabe quién habrá tenido la culpa, pero dicen las malas lenguas que el Alcalde se cree “Checo” Pérez.
Si el Alcalde de Culiacán maneja la suburban como maneja los micrófonos, mejor no salga a la calle, no vaya a salir lastimado, estimado lector.
Y mientras el Alcalde de Culiacán se divierte jugando a los carros chocones en las calles de la capital sinaloense, en Mazatlán el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez se prepara para festejar en grande el Carnaval del puerto.
El polémico Carnaval terminó siendo autorizado sin el aval de la Secretaría de Salud, en medio de una pandemia, imagínense el tamaño del despropósito.
Y no es que tengamos algo en contra de la gran fiesta de los mazatlecos, lo que nos parece increíble es que nuestros políticos no sean capaces de ponerse de acuerdo entre ellos.
En cualquier lugar del mundo, los políticos arreglan sus cuitas entre ellos y después salen a dar conocer sus arreglos ante la población, sobre todo cuando trabajan para el mismo partido político.
No, aquí es el salvajismo puro, la política de la barbarie, donde somos testigos de primera fila de los pleitos absurdos de nuestros político, donde lo que menos importa es el ciudadano, se trata de imponerse, de derrotar al otro, aunque sea a golpes de caprichos y ocurrencias.
Pues después de un buen pleito entre el Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda, que quería impedir el Carnaval, en nombre de la pandemia, “El Químico” se impuso y ahora hasta quiere invitar a su fiesta al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Imagínense a “El Peje” carnavaleando por Olas Altas, perdido en la multitud que se empina una cheve y baila a ritmo de banda.
La verdad es que se nos antoja muy difícil que le acepten la invitación.
Lo que le sugerimos al Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez, es que en lugar de andar invitando al Presidente al Carnaval se ponga a aclarar las observaciones que le hizo la Auditoría Superior de la Federación.
Resulta que la cuentas del 2020 de los gobiernos e instituciones públicas de Sinaloa mostraron que Mazatlán es el municipio con mayores observaciones por fallas en el gasto de los recursos públicos.
Ante los cuestionamientos generados por la revelación de los resultados de la auditoría, el Alcalde mazatleco, muy a su estilo, salió a decir que todo era una confusión que se va a aclarar en su momento.
El problema es que no es la primera vez que le preguntan oficialmente por los 823 millones de pesos, ya en otra auditoría salieron bailando esos millones, y también en esa ocasión el Alcalde salió a decir que lo aclararía.
El asunto es que sigue prometiendo que se van a aclarar las observaciones, pero después de meses de espera, todo sigue igual.
En el Congreso de Sinaloa hasta ahorita se están dando cuenta que la Universidad Autónoma de Occidente funciona como agencia de colocaciones o espacio para quienes se quedaron volando después de haber siempre vivido de puestos políticos.
Ayer un grupo de docentes acudió al Congreso para exponer una serie de irregularidades en la universidad, entre ellas nepotismo y opacidad, señalando que la hija y el yerno de la Rectora, Sylvia Paz Díaz Camacho, tienen cargos prioritarios que otras personas por méritos no obtuvieron.
También señalaron que Diva Hadamira Gastélum Bajo se acaba de hacer acreedora de un tiempo completo en la sede de Guasave, la ex priista cobró algún favor político y ya tiene horas clase para no quedarse sin nada que hacer.
Lo que no se dijo es que lo mismo pasa con Paola Gárate, Emma Karina Millán Bueno y hasta a Papik Ramírez lo pusieron a dar clases de inglés, entre otras personalidades que se fueron junto con la administración de Quirino Ordaz Coppel, el último reinado del PRI.
Ni hablar de los recursos que se consiguieron en el Congreso de Sinaloa para reconocer a docentes con mayor trayectoria, 20 millones de pesos que dicen que no han visto, sino que se canalizaron por la Rectora para otras personas.
Una auditoría no estaría mal, aunque a veces las auditorías les hacen a los funcionarios lo que el viento a Juárez. Esperemos que por lo menos se clausure la agencia de colocaciones y la universidad sea usada para lo que tiene que ser, una escuela.
Ante los cuestionamientos sobre las quejas de revictimización, la Fiscal General, Sara Bruna Quiñónez Estrada, dijo que ésta es una frase muy trillada pero “se está trabajando en mejorar la atención” a las denuncias.
Y es que durante la instalación del Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la violencia familiar, es un tema que se tocó por parte de colectivos feministas, quienes expusieron que muchas veces los agentes de investigación tienen malas prácticas y realizan actos violentos en contra las mujeres que acuden a poner alguna denuncia.
Ante la insistencia de las quejosas salió al quite la titular de la Secretaría de las Mujeres, Teresa Guerra Ochoa, quien dijo que ya se está trabajando en ese tipo de asuntos, analizando los protocolos de atención.
La secretaria advirtió que si hay hogares con violencia no habrá paz, porque si en los espacios que deben ser los más seguros no se vive con paz social, desde temprana edad legitiman la violencia y será reproducida por sus propias víctimas.
Un dato, solo para que se dé una idea del tamaño del problema: del 2005 a la fecha se incrementó un 280 por ciento las carpetas de investigación por violencia familiar en Sinaloa. De ese tamaño las cosas.
El Alcalde de Culiacán Jesús Estrada Ferreiro presuntamente se vio envuelto en un accidente de tránsito.
En redes sociales circuló la imagen en la que la suburban del Alcalde, carísima por cierto, le pegó por atrás a una camioneta Mercedes, más carísima por cierto.
Quién sabe quién habrá tenido la culpa, pero dicen las malas lenguas que el Alcalde se cree “Checo” Pérez.
Si el Alcalde de Culiacán maneja la suburban como maneja los micrófonos, mejor no salga a la calle, no vaya a salir lastimado, estimado lector.
Y mientras el Alcalde de Culiacán se divierte jugando a los carros chocones en las calles de la capital sinaloense, en Mazatlán el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez se prepara para festejar en grande el Carnaval del puerto.
El polémico Carnaval terminó siendo autorizado sin el aval de la Secretaría de Salud, en medio de una pandemia, imagínense el tamaño del despropósito.
Y no es que tengamos algo en contra de la gran fiesta de los mazatlecos, lo que nos parece increíble es que nuestros políticos no sean capaces de ponerse de acuerdo entre ellos.
En cualquier lugar del mundo, los políticos arreglan sus cuitas entre ellos y después salen a dar conocer sus arreglos ante la población, sobre todo cuando trabajan para el mismo partido político.
No, aquí es el salvajismo puro, la política de la barbarie, donde somos testigos de primera fila de los pleitos absurdos de nuestros político, donde lo que menos importa es el ciudadano, se trata de imponerse, de derrotar al otro, aunque sea a golpes de caprichos y ocurrencias.
Pues después de un buen pleito entre el Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda, que quería impedir el Carnaval, en nombre de la pandemia, “El Químico” se impuso y ahora hasta quiere invitar a su fiesta al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Imagínense a “El Peje” carnavaleando por Olas Altas, perdido en la multitud que se empina una cheve y baila a ritmo de banda.
La verdad es que se nos antoja muy difícil que le acepten la invitación.
Lo que le sugerimos al Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez, es que en lugar de andar invitando al Presidente al Carnaval se ponga a aclarar las observaciones que le hizo la Auditoría Superior de la Federación.
Resulta que la cuentas del 2020 de los gobiernos e instituciones públicas de Sinaloa mostraron que Mazatlán es el municipio con mayores observaciones por fallas en el gasto de los recursos públicos.
Ante los cuestionamientos generados por la revelación de los resultados de la auditoría, el Alcalde mazatleco, muy a su estilo, salió a decir que todo era una confusión que se va a aclarar en su momento.
El problema es que no es la primera vez que le preguntan oficialmente por los 823 millones de pesos, ya en otra auditoría salieron bailando esos millones, y también en esa ocasión el Alcalde salió a decir que lo aclararía.
El asunto es que sigue prometiendo que se van a aclarar las observaciones, pero después de meses de espera, todo sigue igual.