Las cifras alegres de Covid-19 en Sinaloa continúan en los reportes de las autoridades, donde cada vez se reportan cifras a la baja.
Cada nuevo reporte presenta disminuciones más grandes de casos activos o menos pacientes confirmados, pero la cara de esta cuarta ola son los pacientes sospechosos, esos que permanecen por encima de los 2 mil en la estadística, pero son invisibles porque no se sabe cuántos de estos son descartados y cuántos confirmados.
O peor aún, desconocemos si en realidad la Secretaría de Salud estatal está haciendo las pruebas porque esa cifra ni se mueve.
El no hacer pruebas es una estrategia política que data desde principios de la pandemia, en un lejano 2020, y con la polémica que causó la realización del Carnaval de Mazatlán, no nos extrañaría que le den paracetamol a los pacientes y a las cifras para regodearse en que todo salió “bien” y no darle gusto a los malpensados.
El Carnaval de Mazatlán 2022 se convirtió en la gran prueba para saber en qué condiciones nos encontrábamos frente al virus del Covid-19.
Su principal crítico fue el Secretario de Salud, Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien aseguró que a los 15 días de la fiesta grande de los mazatlecos, los contagios se iban a disparar y hasta pronosticó más muertos.
A favor de la fiesta, el Alcalde mazatleco, Luis Guillermo “El Químico” Benítez apostó en contra del Covid y de paso prometió que si se disparaban los casos, el puerto tendría cómo enfrentar un nuevo brote.
Finalmente, parece que “El Químico” se salió con la suya y la fiesta no provocó los contagios que se temía, por lo menos hasta los últimos reportes de las autoridades sanitarias.
En los últimos meses, diversos especialistas a nivel mundial han asegurado que no se trata de que el virus haya desaparecido, simplemente explican que, ante el contacto con los seres humanos, el Covid iría perdiendo paulatinamente su agresividad, hasta convertirse en una especie de gripa.
Por lo pronto, en Mazatlán ya le perdieron el miedo y nada más este fin de semana se realizaron varios eventos masivos, uno de ellos, La Semana de la Troca, reunió a miles de personas sin ninguna prevención sanitaria posible, ya que los asistentes se apiñaron frente a los escenarios de los conciertos que cerraban la noche.
Y por el resto del estado las cosas continúan de la misma manera, poco a poco regresamos a la normalidad sin que la autoridad lo haya permitido oficialmente.
Y haciendo honor a su fama de gusto por la fiesta, Mazatlán apenas va saliendo de una pachanga y ya prepara la siguiente: La Semana Santa.
Hoteles y restaurantes ya anunciaron que esperan una derrama económica de alrededor de mil 222 millones de pesos, un 21 por ciento más que en el 2021, cuando las cosas estuvieron marcadas por los efectos de la pandemia.
Comparados con los 900 millones de pesos que repartió el Carnaval mazatleco, la cifra se ve halagadora, claro, pensando que la situación sanitaria no cambie los planes del sector turístico.
Los cines también comienzan a recuperar a su clientela en todo el estado, los estadios de futbol, los entrenamientos y los eventos culturales comienzan a regresar a sus espacios.
Y quizá lo más sorprendente es ver cómo la gente llena cualquier evento que se realice en estos tiempos, como si salir a la calle fuera una forma de romper con la pandemia que nos mantuvo encerrados.
El que se ha convertido en el azote de sus propios diplomáticos es el Presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le encanta desbaratar el trabajo de los miembros de la diplomacia mexicana, sobre todo cuando se encarrera y no deja títere con cabeza, así sean representantes de países amigos.
Las nuevas víctimas del Presidente fueron los diputados europeos, a los que llamó “borregos”, paleros y otras lindezas, solo porque se atrevieron a pedir protección para los periodistas en México.
López Obrador se puso furibundo y atacó antes de pensarla, produciendo uno de los documentos peor escritos, si nos atenemos a nuestra tradición diplomática.
La carta está escrita de manera tan ruda y panfletaria que a varios diputados y senadores los agarró fuera de banda, provocando que rechazaran el documento en una primera instancia. Simplemente no podían aceptar que el Gobierno de México pudiera haber escrito algo así.
Finalmente, el mismo Presidente salió a decir que la carta era válida, la asumió como suya y obligó a los morenistas a retractarse, algo que todos sabemos le disgusta profundamente a los políticos mexicanos, que se creen casi perfectos.
Pero los peor parados son los diplomáticos mexicanos en Europa, que tienen que ir a poner su carota en los países u organismos donde se mueven esos diplomáticos.
El Gobierno federal decidió abrir el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles a un grupo de personas y ciclistas que recorrieron el lugar.
Sin embargo, más que las imágenes, lo que comenzó a correr por las redes sociales fueron los miles de memes, comparaciones con el aeropuerto que canceló el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y comentarios que suscitó el recorrido.
Se espera que el nuevo aeropuerto sea inaugurado el próximo 21 de marzo, sí, efectivamente, el día que celebramos el Natalicio de Benito Juárez, uno de los héroes más entrañables para López Obrador.
Sobre el nuevo aeropuerto hubo dos tipos de descripciones, las que mencionaban un hermoso nuevo aeropuerto, y las que se ensañaban con las limitas cifras de operaciones que manejará el aeropuerto, debido a que solo contará con una pista.
Y mientras nosotros hablamos de carnavales, Semana Santa y próximas inauguraciones, hay que recordar que un pueblo entero, Ucrania, está siendo atacado por otra nación, Rusia, en una escalada muy peligrosa.
Ojalá que los líderes de las grandes potencias consigan sentar a negociar a rusos y ucranianos, a nadie nos conviene una nueva guerra.