Se había tardado Quirino Ordaz Coppel en meterse en una bronca no diplomática pero sí política allá por tierras españolas.
Y tenía que ser con uno de los ex presidentes mexicanos con los que se supone no debería tener “contacto” o relación.
Cosa difícil estando como Embajador en un país extranjero pero donde viven tres (no muy queridos) ex presidentes: Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
El asunto es que aunque haya sido una coincidencia en una fiesta de un importante empresario español con intereses económicos en México, la dichosa foto tomada y filtrada a los medios se antoja un resbalón difícil de superar al menos en imagen.
Bien podría haberse negado a la foto, bien podría haberse retirado de la recepción, pero pues en realidad quien estaba ahí sí es un ex Presidente bastante satanizado en México pero no perseguido legalmente ni mucho menos.
Y aunque el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador salió a darle su voto de confianza al diplomático mazatleco, lo cierto es que el “quemón” lo recibió.
Tan es así que medios afines al área de Comunicación de la Presidencia amloísta salieron a darle con todo al ex Gobernador de Sinaloa.
Un video publicado por uno de esos medios digitales nacionales da cuenta hasta de una presunta reunión de Quirino con el vilipendiado ex Presidente Peña Nieto allá en Madrid.
Y es que desde hace tiempo existe ese rumor y una supuesta foto que lo prueba pero lo cierto es que esa imagen no se ha filtrado como sí lo hizo de inmediato la que aparece con Salinas.
Es el riesgo de ostentar un cargo diplomático tan asediado y tan deseado por la clase política mexicana, pero también un riesgo en el que cayó el sinaloense, quién sabe si porque decidió tomarlo o le ganó la “ingenuidad”.
Pues estuvo buena la bomba que soltó el Congreso del Estado para cerrar la semana, con ese anuncio del desistimiento en la batalla legal que traían con la Universidad Autónoma de Sinaloa por la Ley de Educación Superior local.
Para muchos, el gran detonante de toda la parafernalia que ha rodeado a la UAS en forma de marchas, plantones, juicios y demás, aunque estos últimos poco tienen que ver con la Ley en cuestión, por mucho que intenten ligarlos.
Y por más que los diputados, liderados por los presidentes de Mesa Directiva y Junta de Coordinación Política, Ricardo Madrid Pérez y Feliciano Castro Meléndrez respectivamente, quieran plantear esta decisión como una manera de buscar la paz y acercamientos con los universitarios, la verdad es que huele a que nomás no veían cómo ganar.
No es por ser mala onda, pero si tan convencidos estaban de tener la razón, poco sentido tenía retirarse del litigio, menos a estas alturas del partido y en este preciso momento, cuando todo el escenario político pareciera favorecer al Legislativo.
Luego, en exclusiva, el Presidente de la Jucopo sostuvo que el desistimiento fue para, mediante el diálogo, avanzar más rápido a la reforma de la Ley Orgánica de la UAS, según porque no pueden permitirse perder más tiempo.
A ver, llámenos locos, pero año y medio de disputa legal, equivalente a media Legislatura, pues sí es un tiempo significativo. Ahora bien, si querían ahorrarse ese plazo, pues simplemente no impugnaban la sentencia y ya.
Sin duda quedará en los libros de la historia de Sinaloa cómo un cuerpo de abogados integrado por Robespierre Lizárraga, el agripino Milton Ayala, Ramón el “Clase, ahorita vengo voy a un mandado” Bonilla y algunos practicantes de la Facultad de Derecho, llevaron al límite a uno de los poderes del Estado hasta el punto en que forzaron su retirada.
Pero que tampoco canten victoria desde Rectoría, eh, porque esa noticia la gritaron como si fuera un gol en una final del Mundial de futbol.
A nadie se le escapa que la Ley Orgánica de la UAS está obsoleta, es anacrónica, anticuada, y se presta a formar, madurar y desarrollar cacicazgos como Héctor Melesio Cuén Ojeda sabrá, por lo que esa normativa es simplemente insostenible en pleno 2024.
Ya nadie puede negar, con sólo ver las listas de los integrantes del Consejo Universitario y cruzarlas con los registros de militancia del PAS, que hay una fuerza oscura que mueve la mano ahí.
Con otra ley, que tampoco dote de decisión a una comisión formada también por pasistas, Jesús Madueña no hubiera sido nombrado Rector antes que Solía Gaxiola, porque sólo basta con comparar sus currículums.
Y así, por el dedazo, con favores y halagos de por medio, ha llegado a puestos de poder mucha fauna dañina, ignorante y sin capacitación. Ejemplos hay cientos, todos se dan cuenta.
Esperemos que más temprano que tarde se den las condiciones para que en la universidad exista una verdadera democracia, en la que toda su comunidad se apodere de ella, que no decidan solo 70 y tantos borreguitos que en las tardes ondean banderas moradas en los cruceros por órdenes de ya saben quién.
En Sinaloa no se denuncia el 94 por ciento de los delitos que se cometen, lo que coloca al estado en el penúltimo lugar de cultura de denuncia compartiendo escaño con Zacatecas.
Pero en un resultado interesante de un análisis realizado por el Instituto Mexicano de Competitividad, Zacatecas se encuentra en el último lugar de percepción de seguridad mientras que Sinaloa ocupa la posición ocho a nivel nacional.
O sea, en Sinaloa la gente no denuncia los delitos que se cometen y aún así hay sensación de seguridad entre la ciudadanía.
En un estado como Sinaloa donde se han formado estructuras de crimen organizado, que se mueven por las calles y asumen de muchas formas un papel de justicieros es fácil entender por qué la gente no denuncia pero aún así se sienten seguros.
Por lo anterior, el análisis que realiza el IMCO en cuanto a percepción de seguridad y denuncia de delitos no debe ser objeto de orgullo del Gobierno de Sinaloa ni siquiera en los rubros dónde salió bien parado, pues es resultado de variantes que a todos luces la autoridad estatal y municipal no es capaz de controlar.
Y es alarmante que las personas no tengan un atisbo de confianza en las instituciones públicas, pues para que únicamente se denuncien el 6 por ciento de los delitos hay una evidente incompetencia en los funcionarios públicos que atienden a los denunciantes.
Para empezar, en Sinaloa, uno no puede denunciar un delito en forma por el número de emergencias porque parece que son escogidos los que trabajan en el C4i como primer respondiente a la víctima. Es increíble como se puede ser tan incapaz de conectar neuronas para atender y cómo pueden carecer de empatía.
En segundo lugar, los funcionarios que trabajan en el Ministerio Público son una cosa impresionante de incapaces para el trato humano.
Y en todo este sistema no ha llegado ni un Secretario de Seguridad o titular de la Fiscalía General de Sinaloa que dé origen a la cadena de denuncia y que sí se interese por la atención que el sistema debe ofrecer a las víctimas.
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Malecón es columna institucional de esta casa editorial.
malecon@noroeste.com
Se había tardado Quirino Ordaz Coppel en meterse en una bronca no diplomática pero sí política allá por tierras españolas.
Y tenía que ser con uno de los ex presidentes mexicanos con los que se supone no debería tener “contacto” o relación.
Cosa difícil estando como Embajador en un país extranjero pero donde viven tres (no muy queridos) ex presidentes: Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.
El asunto es que aunque haya sido una coincidencia en una fiesta de un importante empresario español con intereses económicos en México, la dichosa foto tomada y filtrada a los medios se antoja un resbalón difícil de superar al menos en imagen.
Bien podría haberse negado a la foto, bien podría haberse retirado de la recepción, pero pues en realidad quien estaba ahí sí es un ex Presidente bastante satanizado en México pero no perseguido legalmente ni mucho menos.
Y aunque el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador salió a darle su voto de confianza al diplomático mazatleco, lo cierto es que el “quemón” lo recibió.
Tan es así que medios afines al área de Comunicación de la Presidencia amloísta salieron a darle con todo al ex Gobernador de Sinaloa.
Un video publicado por uno de esos medios digitales nacionales da cuenta hasta de una presunta reunión de Quirino con el vilipendiado ex Presidente Peña Nieto allá en Madrid.
Y es que desde hace tiempo existe ese rumor y una supuesta foto que lo prueba pero lo cierto es que esa imagen no se ha filtrado como sí lo hizo de inmediato la que aparece con Salinas.
Es el riesgo de ostentar un cargo diplomático tan asediado y tan deseado por la clase política mexicana, pero también un riesgo en el que cayó el sinaloense, quién sabe si porque decidió tomarlo o le ganó la “ingenuidad”.
Pues estuvo buena la bomba que soltó el Congreso del Estado para cerrar la semana, con ese anuncio del desistimiento en la batalla legal que traían con la Universidad Autónoma de Sinaloa por la Ley de Educación Superior local.
Para muchos, el gran detonante de toda la parafernalia que ha rodeado a la UAS en forma de marchas, plantones, juicios y demás, aunque estos últimos poco tienen que ver con la Ley en cuestión, por mucho que intenten ligarlos.
Y por más que los diputados, liderados por los presidentes de Mesa Directiva y Junta de Coordinación Política, Ricardo Madrid Pérez y Feliciano Castro Meléndrez respectivamente, quieran plantear esta decisión como una manera de buscar la paz y acercamientos con los universitarios, la verdad es que huele a que nomás no veían cómo ganar.
No es por ser mala onda, pero si tan convencidos estaban de tener la razón, poco sentido tenía retirarse del litigio, menos a estas alturas del partido y en este preciso momento, cuando todo el escenario político pareciera favorecer al Legislativo.
Luego, en exclusiva, el Presidente de la Jucopo sostuvo que el desistimiento fue para, mediante el diálogo, avanzar más rápido a la reforma de la Ley Orgánica de la UAS, según porque no pueden permitirse perder más tiempo.
A ver, llámenos locos, pero año y medio de disputa legal, equivalente a media Legislatura, pues sí es un tiempo significativo. Ahora bien, si querían ahorrarse ese plazo, pues simplemente no impugnaban la sentencia y ya.
Sin duda quedará en los libros de la historia de Sinaloa cómo un cuerpo de abogados integrado por Robespierre Lizárraga, el agripino Milton Ayala, Ramón el “Clase, ahorita vengo voy a un mandado” Bonilla y algunos practicantes de la Facultad de Derecho, llevaron al límite a uno de los poderes del Estado hasta el punto en que forzaron su retirada.
Pero que tampoco canten victoria desde Rectoría, eh, porque esa noticia la gritaron como si fuera un gol en una final del Mundial de futbol.
A nadie se le escapa que la Ley Orgánica de la UAS está obsoleta, es anacrónica, anticuada, y se presta a formar, madurar y desarrollar cacicazgos como Héctor Melesio Cuén Ojeda sabrá, por lo que esa normativa es simplemente insostenible en pleno 2024.
Ya nadie puede negar, con sólo ver las listas de los integrantes del Consejo Universitario y cruzarlas con los registros de militancia del PAS, que hay una fuerza oscura que mueve la mano ahí.
Con otra ley, que tampoco dote de decisión a una comisión formada también por pasistas, Jesús Madueña no hubiera sido nombrado Rector antes que Solía Gaxiola, porque sólo basta con comparar sus currículums.
Y así, por el dedazo, con favores y halagos de por medio, ha llegado a puestos de poder mucha fauna dañina, ignorante y sin capacitación. Ejemplos hay cientos, todos se dan cuenta.
Esperemos que más temprano que tarde se den las condiciones para que en la universidad exista una verdadera democracia, en la que toda su comunidad se apodere de ella, que no decidan solo 70 y tantos borreguitos que en las tardes ondean banderas moradas en los cruceros por órdenes de ya saben quién.
En Sinaloa no se denuncia el 94 por ciento de los delitos que se cometen, lo que coloca al estado en el penúltimo lugar de cultura de denuncia compartiendo escaño con Zacatecas.
Pero en un resultado interesante de un análisis realizado por el Instituto Mexicano de Competitividad, Zacatecas se encuentra en el último lugar de percepción de seguridad mientras que Sinaloa ocupa la posición ocho a nivel nacional.
O sea, en Sinaloa la gente no denuncia los delitos que se cometen y aún así hay sensación de seguridad entre la ciudadanía.
En un estado como Sinaloa donde se han formado estructuras de crimen organizado, que se mueven por las calles y asumen de muchas formas un papel de justicieros es fácil entender por qué la gente no denuncia pero aún así se sienten seguros.
Por lo anterior, el análisis que realiza el IMCO en cuanto a percepción de seguridad y denuncia de delitos no debe ser objeto de orgullo del Gobierno de Sinaloa ni siquiera en los rubros dónde salió bien parado, pues es resultado de variantes que a todos luces la autoridad estatal y municipal no es capaz de controlar.
Y es alarmante que las personas no tengan un atisbo de confianza en las instituciones públicas, pues para que únicamente se denuncien el 6 por ciento de los delitos hay una evidente incompetencia en los funcionarios públicos que atienden a los denunciantes.
Para empezar, en Sinaloa, uno no puede denunciar un delito en forma por el número de emergencias porque parece que son escogidos los que trabajan en el C4i como primer respondiente a la víctima. Es increíble como se puede ser tan incapaz de conectar neuronas para atender y cómo pueden carecer de empatía.
En segundo lugar, los funcionarios que trabajan en el Ministerio Público son una cosa impresionante de incapaces para el trato humano.
Y en todo este sistema no ha llegado ni un Secretario de Seguridad o titular de la Fiscalía General de Sinaloa que dé origen a la cadena de denuncia y que sí se interese por la atención que el sistema debe ofrecer a las víctimas.