Malecón
El Alcalde de Culiacán, ausente como líder
Un mes de guerra del narcotráfico, un mes desde que los tránsitos de Culiacán están escondidos, y ya dos semanas sin Policía Municipal, pero el Presidente Municipal Juan de Dios Gámez Mendívil dando prioridad a banalidades.
Hoy hizo entrega de unos departamentos de interés popular que serán vendidos a empleados municipales por precios que van desde los 360 mil hasta los 400 mil pesos, pero sólo para empleados del Ayuntamiento.
Seguramente estos espacios fueron construidos con las cuotas patronales y no con recursos públicos como para limitar la oportunidad a solo funcionarios municipales.
Pues bien, el Alcalde atendió este evento y por la tarde el Presidente Municipal inauguró otra cancha, que ya lleva racha de tres canchas inauguradas por semana.
Si hasta hace más gestión un jefe de colonia en materia de seguridad que el Presidente Municipal de Culiacán que nada más está para calentar sillas y figurar en eventos protocolarios.
Si hasta se extrañan figuras como Jesús Estrada Ferreiro, y no por sus buenas gestiones, sino que era evidente que el ex alcalde estaba dispuesto a poner en marcha ideas propias, no como Gámez Mendívil que de no ser por la ola de Morena seguiría en el anonimato.
Y es que es evidente que Gámez Mendívil no quiere ser Alcalde de Culiacán, le cuesta mucho estar en el cargo, entonces ¿para qué aceptó cuando el Congreso lo nombró?, ¿de verdad no se dará cuenta que su ausencia como líder de una ciudad abrumada por el miedo y la crisis sí se nota un montón?
Una pena la renuncia voluntaria del alcalde al rol de darle esperanza a una ciudad que tanto la necesita.
La raza que entiende qué está pasando
Quiénes sí se pusieron las pilas como ciudadanos de la capital sinaloense y habitantes del estado, para no dar pena como el Presidente Municipal de Culiacán, fue la comitiva que viajó a la Ciudad de México para exigir allá a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, que se diseñen y apliquen estrategias integrales para ayudar a los sinaloenses.
Y como gente con liderazgo e ideas más brillantes que inaugurar canchas de futbol en plena guerra interna del Cártel de Sinaloa, el grupo propuso a la Presidenta la declaración de emergencia económica, y con ellos exentar impuestos a empresarios y otorgar créditos blandos para pequeñas y medianas empresas.
El grupo estuvo encabezado por Miguel Calderón, el coordinador ciudadano del Consejo Estatal de Seguridad Pública; Laura Guzmán Torróntegui, vicepresidenta de la zona norte de Canirac nacional, y de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos el profe Óscar Loza.
La exigencia también incluyó otras propuestas, como analizar la viabilidad de descuentos y prórrogas de pago de energía eléctrica y agua potable.
Priorizar acciones de desarme de la delincuencia organizada, buscar una efectiva reparación del daño a víctimas de los diversos delitos y la pronta y expedita depuración y puesta en marcha de la Policía Municipal de Culiacán.
También pidieron que los operativos policiales y de fuerzas federales sean efectivos para recobrar la tranquilidad de la ciudadanía y la reactivación de las actividades sociales, comerciales, culturales, recreativas y deportivas y aliviar el miedo que tiene semiparalizada la ciudad de Culiacán.
Insistimos en el gran acierto de la sociedad civil para dar el paso adelante y proponer estas opciones qué deberían estar haciendo nuestras autoridades, mínimo preocuparse por ser un canal de información objetiva, útil y oportuna y buscar una estrategia de salud pública dirigida al bienestar socioemocional de la población.
Ojalá si haya respuesta de parte de las autoridades federales y estatales, y no los dejen chiflando en la loma como a las asociaciones de la sociedad civil que firmaron un desplegado a nivel nacional hace unos días.
En fin, la hipocresía
Otros que también fueron a la Ciudad de México, pero a seguir lloriqueando y a pedir algo, como toooooooda la vida, fue la pandilla que se cree dueña de la UAS.
Como usted sabrá tuvieron que cancelar el paro laboral, porque ya vieron que socialmente el berrinchazo, después de que mandaron ahora a Robespierre Lizárraga Otero literalmente al olvido, por la decisión del juez de separarlo del cargo, fue muy mal tomado por los padres de familia y sociedad en general.
Pues aferrados a su papel de víctimas, fueron a seguir llorando porque según en Sinaloa no hay división de poderes, y en su esquizofrénica realidad, todo el mundo está en su contra.
Este absurdo, ridículo y penoso discurso de la persecución política no tiene por dónde sostenerse, porque acusan que parte de esta persecución son los procesos judiciales en contra de sus autoridades, pero hay facturas que evidencian sus mañosadas, mientras que ellos tienen como defensa un según ellos sólido “no, no lo hicimos”.
Pero además de no tener ni un pelito de pena, están cargados de hipocresía, porque llevan meses enfadando afuera de las oficinas de la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de México para pedir intervención del Poder Ejecutivo en torno a la Ley Orgánica, que reformó el Poder Legislativo.
Esta raza ha entrado en una paradoja bien curiosa, en la que alegan que no hay división de poderes, y creen que la solución es que un poder intervenga en otro. Ni Schrödinger se atrevió a tanto.
Y si fuera poco, en esa reunión no hubo un solo representante del Congreso del Estado, como para darles chance de explicar la reforma y los motivos, además que es el poder encargado de eso.
Ya quisiéramos nosotros vivir tan relajados como lo hacen las autoridades de la UAS, que se pasean cada dos semanas por la Ciudad de México para ir “a negociar acuerdos” en “defensa de la autonomía”, en lugar de quedarse en Sinaloa a cumplir con su chamba en la institución, digo, para quien la tiene, porque hay cada aprontado que no lo hacen por chamba, sino por metiches. Esos son los peores, de tanto favor recibido, pues imagínense cómo tendrán la conciencia que andan trabajando sin tener la obligación.
Lo peor de todo es que estos viajes son todo-pagado, pero por la universidad, porque cada boleto de avión o cuarto de hotel que se pagan allá, los facturan en la UAS, mientras que a la gente que sí chambea las dejan sin sus aguinaldos o últimas quincenas del año.
Según ellos fue algo heroico, pero cualquier persona con sentido común entiende lo ridículo que es pagarle un viaje a la Ciudad de México a seis personas, solo para que entreguen un documento y reciban otro regaño en privado.