El asunto de los homicidios es tan vigente todo el tiempo que hasta duele tocar el tema.
Y es que la tendencia a la baja que traía Sinaloa desde 2017, amén de que las desapariciones iban en aumento, era al menos una noticia buena, sobre todo porque el estado dejó de aparecer en los primeros lugares que durante décadas ocupó a nivel nacional en relación con otras entidades.
El problema es que este año se empezó a frenar la caída en los índices de homicidio, pues ya en 2023 llevamos un incremento respecto a 2022.
Obviamente no se comparan las cifras a cómo llegaron a estar antes de 2017, pero es importante encender las alertas y ponerle atención.
Más si repasamos los datos que hace poco dio el Inegi respecto a los homicidios de jóvenes en 2022: resulta que son la primera causa de muerte de los mexicanos entre 15 y 44 años de edad.
Además concluyó que la población de ese rango de edad concentró el 69.5 por ciento de los homicidios totales.
Y de hecho, para mayor precisión, el grupo de edad que concentra más homicidios en México es el comprendido entre 25 y 34 años.
La Senadora Imelda Castro Castro defendió que el Gobierno federal se hace cargo de la presencia del fentanilo en Sinaloa.
Como huyendo a la sugerencia de que el Gobierno del Estado no ha ni levantado las manos contra la distribución del fentanilo en el País, la Senadora aclaró que es un tema que corresponde al Gobierno Federal.
La legisladora sinaloense destacó que desde el Senado de la República se ha legislado por una estrategia anti fentanilo.
Y mientras las burocracias y las jerarquías gubernamentales se entretienen, el fentanilo alcanza a las infancias, con ya dos casos de niños intoxicados con la sustancia y uno de ellos fallecido.
Se entiende que el Gobierno debe ser cuidadoso e implementar estrategias de inteligencia reservadas, pero no se ve en acciones y pareciera que el discurso busca minimizar las consecuencias de la presencia del fentanilo en Sinaloa.
Negando la existencia de la sustancia no se salvan vidas.
Apenas ayer le comentamos que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ya tiene nueva visita programada para Sinaloa en este mes de noviembre. Y no está mal. Él sabrá por qué es tan importante venir en esas semanas a tierras sinaloenses a poner en funcionamiento bancos del Bienestar.
Así como el fin de semana pasado se fue a supervisar, una vez más, los avances del Tren Maya. Lo mismo, él sabrá.
Pero lo que no puede dejar de llamarnos la atención es que mientras el Presidente hace estas vistas o al menos las tiene previstas, no ha sido el caso para Guerrero, sobre todo Acapulco, ahora que tanto lo necesita tras la destrucción provocada por el huracán Otis.
Y es que fuera de las pocas horas que estuvo el primer día de la devastación, luego de todo el show realizado en el trayecto vía terrestre, apenas ayer, casi día semanas después, supuestamente volvió a ir para esas tierras guerrerenses tan dañadas y necesitadas.
Y decimos supuestamente porque casualmente no han circulado imágenes de esa visita. Solo el anuncio que el propio AMLO hizo en la Mañanera de ayer, y un tuit publicado por la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, donde asegura haber acompañado al Presidente ayer en Acapulco, sin embargo no publicó fotos ni videos.
Lo cierto es que la estrategia de comunicación de la Presidencia es evitar a toda costa cualquier imagen del Mandatario en algún escenario de devastación o daños. Y por supuesto evitar que López Obrador sea confrontado por habitantes damnificados.
Supuestamente la visita de ayer a Guerrero por parte del Presidente fue a la Zona Naval, pero no a lugares públicos, muchos menos colonias o zonas afectadas.
Supuestamente... porque eso tampoco se ha informado oficialmente.
Eso sí, de lo que sí hubo imágenes anoche es de gente reunida en el Zócalo, afuera de Palacio Nacional, cantándole a AMLO en un festejo anticipado a su cumpleaños, que es el próximo 13 de noviembre.
Surrealista el asunto. Por decir lo menos.
Resulta que ayer en Culiacán se anunció la primera edición para que Altata organice su Fiesta del Ostión 2023, en la que ofrecerán 50 mil ostiones, música en vivo y en la que se sentarán bases para buscar imponer un Récord Guinness el próximo año.
La bronca es que todos en Sinaloa la Feria del Ostión que conocemos es la que se organiza en Celestino Gazca, por lo que esto bien podría mirarse como una cantada de tiro derecho a todo el municipio de Elota por la zona costera de Navolato.
No es una casualidad, obvio que menos una innovación este asunto de replicar eventos como este en una zona como Altata.
Es evidente, desde hace unos años, cómo ha ido creciendo la oferta turística de la zona de Altata y sus alrededores, explotando sus bellezas naturales y desarrollándose sus bondades o características de la zona, como el boom inmobiliario.
Hoy el día podemos hallar opciones de hospedaje no solo de hoteles grandes y lujos como los que ya existen en Altata, ni de departamentos en la zona residencial de Nuevo Altata, sino de verdaderos emprendedores en casas de playa que ofrecen una buena experiencia y muy local o de plano los que se han arriesgado temerariamente a desarrollar edificios o cotos de departamentos en zonas como Avándaro o El Tetuán.
La apuesta es dotar de más atractivos para los visitantes cada fin de semana, de parte de la iniciativa privada y en este caso hasta sumándose la administración municipal.
Por ello es que hemos visto cada vez conciertos musicales más atractivos, carnavales más multitudinarios y un número mayor de las ya de por sí demandadas opciones para consumir alimentos.
Esta vez se ha sumado la zafra marina de las cooperativas para ofrecer un producto que también va ganando calidad y gusto en el consumo, como son los ostiones.
Altata, muchos hemos pensado, es como un gigante dormido que puede dar el paso gigante de ser un simple lugar de visita turística exprés en la zona centro de Sinaloa para elevar su nivel y sin duda este tipo de eventos ofrecen un buen barandal para avanzar por ese camino.
A ver cómo responden los compas de Celestino.