Apenas y fue presentada la asociación Civitas que busca la transparencia en la Universidad Autónoma de Sinaloa organizó un panel sobre este tema en el que participaron activistas y un comisionado de la Comisión Estatal para el Acceso a la Información Pública, pero quien participó no es el tema, sino lo que ocurrió en el evento.
No por demeritar a nadie pero ese tipo de paneles no tienen mucha convocatoria, no por ser Civitas, nosotros mismos lo hemos experimentado con eventos organizados por este medio, casi siempre son los mismos asistentes, por lo que ya olía raro que el Centro Centenario estuviera lleno por el panel.
Al principio todo ok, pero como todo se podría, se pudrió. Mal mencionaron los activistas la justicia pareja en casos de corrupción retumbaron los aplausos y gritos a favor del comentario, siendo evidente para algunos que eso no era otra cosa que la presunta defensa a la autonomía de la UAS. A eso le siguieron gritos contra el “Cártel Rocha Ruiz” que es el apellido de los hijos del Gobernador Rubén Rocha Moya; los gritos de “fuera Rocha” tampoco se pudieron hacer esperar y así una escalada en el ambiente.
Los organizadores atacaron con la mejor defensa: dejarlos hacer a lo que iban, decirles que respetaban su opinión y acogiéndolos como voces de la pluralidad, eso aligeró por mucho la confrontación de quienes claramente iban con la consigna de reventar el evento.
Este tipo de actos porriles a los que llega la UAS son palpables no solo en estos eventos, sino afuera de las audiencias judiciales contra funcionarios universitarios. Y ya advirtieron que también estarán en la comparecencia del Gobernador en el Congreso la próxima semana.
Las provocaciones no pararán, porque lo que buscan entre los gritos es la intimidación y que les respondan igual.
Otra vez, la autoridades “universitarias” de la UAS fueron a audiencia, por abuso de autoridad contra la ASE por, bueno, ya se saben el Cuen-to.
Nuevamente difirieron la sesión porque la defensa no disponía de las copias de la carpeta de investigación, incluso la pandilla universitaria sabía eso días antes, y aún así van y mueven a la mitad de Sinaloa (según ellos) a la explanada de los juzgados.
En nuestra labor periodística, obtuvimos que desde la primera comparecencia de algún funcionario de la UAS hasta esta última, han transcurrido 20 semanas.
Dentro de esas 20 semanas, ha habido 20 audiencias, es decir, la pandilla que maneja a la UAS va de audiencia por semana, una Semanera universitaria, vaya.
Sacamos a relucir este dato principalmente para hacer énfasis en que, en cada audiencia, sea de 10 minutos o 15 horas, es utilizado el espacio, infraestructura y recursos de la UAS, y aunque les pese a los uaseños, es dinero público.
Solo por mencionar un ejemplo, hace poco alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAS cancelaron su viaje a la Feria del Libro de Guadalajara porque ellos, por sus medios, no lograron reunir los recursos para el transporte.
El pretexto era la “época de austeridad” que atraviesa la Universidad, o en otras palabras, porque necesitan imprimir más lonas y comprar más pizzas para la raza que obligan a marchar “en defensa de la autonomía”.
No por nada fue que ayer el fantasma por el miedo de una nueva réplica del Jueves Negro se sintió en Culiacán.
Aunque mucha raza se burle de que los culichis estamos acostumbrados a los operativos fastuosos, los helicópteros rondando por nuestras cabezas y hasta las detonaciones a lo lejos, es algo que revive terrores que todo mundo sufrió.
El operativo llamó más la atención por aire, con esos dos Black hawk sobrevolando diferentes zonas de la ciudad, como el Centro viejo, la Isla Musala o el sector Humaya.
Pero por tierra para algunos que pudimos ver también fue impresionante, debido a la veintena de patrullas de las llamadas rápidas, los artillados y los helicópteros sobrevolando la zona por donde se trasladaban. No eran necesarias las sirenas prendidas, pero aportaron al nerviosismo.
Ahora entendemos que seguramente era el último recorrido que por mucho tiempo tuvo Néstor Isidro Pérez Salas, el llamado “Nini”, señalado jefe de sicarios de Los Chapitos, al servicio del Cártel de Sinaloa.
Como publicamos, era uno de los objetivos más buscados por la DEA, debido a su peligrosidad, y lo escurridizo que habría resultado para las fuerzas armadas.
El “Nini” agarró fama luego de lo que sonó en el Jueves Negro y su réplica, además de que su apodo apareció en varios corridos de grupos norteños y en audios supuestamente interceptados en los que declaraba la guerra a la banda de El Ruso, en la mera guerra que mantuvo en jaque a los habitantes de la zona de Tepuche y toda la franja norte rural del municipio de Culiacán.
También se hicieron famosos los memes y las burlas de su equipo luego de que escapó de un operativo en la Colonia Miguel Hidalgo en la que resultó asesinado un vecino de la tercera edad.
Pues por fin una historia con la justicia levantando la mano se escribió, de las autoridades contra el crimen organizado, sin embargo no por eso a uno no le da miedo, porque se sabe perfectamente lo que puede pasar.
Entre la raza se escuchó también el run run de que los jefes dieron la orden de no intervenir, porque también hubo indicios de que había grupos de civiles armados esperando órdenes.
Qué bueno que no llegó a mayores.
La detención de Néstor Isidro Pérez Salas, el “Nini”, en Culiacán por supuesto que ocupó lugar entre las principales notas de los sitios digitales nacionales y de los noticieros de televisión a nivel nacional.
Y los conocedores del tema de inmediato asociaron la detención con la reciente reunión del Presidente Andrés Manuel López Obrador con su homólogo estadounidense Joe Biden, donde comprometieron apoyos a la lucha contra el fentanilo.
Luego de ser trasladado de inmediato a la Ciudad de México, ya se especula la posible extradición del considerado brazo violento de “Los Chapitos”.
Y es que en Estados Unidos el “Nini” enfrenta varios cargos, uno de ellos tráfico de fentanilo, así que no se descarta la acción, pues está la petición expresa del Gobierno estadounidense para que así sea.
Y, como se ha visto con otros detenidos, emerge por ahí la figura de testigo protegido.
Lo que es un hecho es que la detención no es menor, incluso a Pérez Salas hay especialistas del narcotráfico que lo denominan “el cuarto Chapito”, por su nivel dentro del Cártel y la facción de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, que iba a más allá de darle seguridad a éstos, sino que era parte importante en el propio tráfico de drogas hacia Estados Unidos.