Malecón es columna institucional de esta casa editorial. / malecon@noroeste.com
Una dolorosa partida, la del pequeño que fue alcanzado por una bala perdida, de un disparo al aire. Qué terrible realidad estamos viviendo. Esos disparos al aire, esas balas perdidas tienen el nombre y apellido de quienes le dieron “gusto al dedo” y que después lo anduvieron publicando como si fuera una gracia.
Pensábamos que aunque no se había desterrado la práctica bárbara, bestial, brutal, cruel, de disparar para festejar Navidad y Año Nuevo, al menos se habían menguado los daños, que las pérdidas humanas no iban a presentarse por las campañas, y aquí lo diremos objetivamente, que el Gobierno estatal había emprendido. Este año las campañas para no beber, no usar pirotecnia y no disparar habían tenido un diseño impecable englobadas en un lema: “Despide un Año, no una vida”.
Pero la realidad nos mostró su peor cara, el ver una vida pequeña truncada. Hoy ese niño yace en una tumba cuando debería estar jugando libremente, cuando debería estar soñando con un futuro, cuando debería simple y llanamente estar vivo.
Las redes se inundan de hombres y mujeres que disparan, que toman un arma, quizás por primera vez, y eso los hace sentirse poderosos, rodeados de otros hombres y mujeres que aplauden, que los vitorean y que los instigan a seguir y seguir disparando.
Y cómo denunciar al amigo, al vecino, al pariente, al primo, al tío, al hermano, al novio, a la novia... a esos que vemos con verdadero frenesí disparando al aire.
Muchas veces podemos pero tenemos miedo de denunciar; las corporaciones, por desgracia, no cuentan con la confianza para que los ciudadanos dejen su temor, porque los disparos esa noche fueron al aire, pero después podrían ser ráfagas sobre sus casas.
Hay un pensamiento raro, de autojustificación, quizás, de que si disparas al aire, no pasa nada, no haces daño.
Las campañas tendrán que ser todo el año, todas las festividades, el combate al armamentismo tiene que ser sin tregua.
Pero la campaña tendría que ser integral, para que todos nos demos cuenta que verse disparando no está nada bien, nos hace ver bestiales y, sobre todo, trae consecuencias fatales.
Hoy un niño está bajo tierra... hoy los sinaloenses también estamos bajo esa lápida.
Lo que se está viendo en el Instituto Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Mazatlán es algo que preocupa, y preocupa mucho, ver que cada que se busca al Alcalde o al titular de la paramunicipal y dicen que falta algo o no encuentran tal cosa, es algo indignante.
Ver que durante mucho tiempo nadie detuvo el gasto excesivo en la dependencia es una abominación, ver que se llevaron hasta las tarimas y los baños para la celebración del Carnaval, ya raya en lo grosero y aberrante.
José Ángel Tostado Quevedo es el primer señalado, pero hay que decir, que todo fue con la complacencia de Luis Guillermo Benítez Torres, ex Alcalde de Mazatlán, al que defendió en más de una ocasión, señalándolo como uno de los mejores funcionarios de su administración.
Solo para este año se prevé que se gasten más de 200 millones de pesos en la paramunicipal, monto que excede a lo que gasta el Instituto Sinaloense de Cultura y los 18 institutos del Estado, además, que ni siquiera está transparente todo el erario que se erogó en la dependencia.
Cuestionado al respecto, Édgar Augusto González Zataráin, señaló que espera justicia, solo eso, como tal no dice que quiere cárcel contra Tostado Quevedo, pero ante todo el desfalco que se ve en la dependencia, creemos que es lo menos que debería pasar.
Al Gobernador Rubén Rocha Moya se le olvida a veces seguir el papel de político bonachón, el papel que pretende vender a la prensa y la ciudadanía. Nomás se le salen del guión de la semanera y se molesta y ataca.
Que un policía haya agredido a un periodista no es cosa menor en uno de los sexenios más violentos para la prensa, pero ponerse a atacarlos desde su investidura no abona nada.
Que no se le olvide que sigue sin resolver el asesinato de Luis Enrique Ramírez, y atacar a la prensa tal como lo hace el Presidente Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional, solo va a lograr los mismos resultados en Sinaloa que a nivel país: violencia, impunidad y polarización.
Es una posición muy peligrosa y no debe acercarse a esa frontera, porque cruzándola, ya no hay retorno.
Rocha tiene demasiados años en política, muchos de ellos desde la oposición y acompañado precisamente por esa prensa que ahora le molesta, como para que olvide apenas a un año de estar en el Tercer Piso, la necesidad de una periodismo libre, independiente y crítico en la construcción democrática del estado.
El que ha brillado por su ausencia ante los malos resultados del operativo de Año Nuevo ha sido el Alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil.
Accidentes de tránsito, incidentes con pirotecnia, asesinatos y la gran tragedia de una víctima de las balas al aire que se tiraron en Año Nuevo son los hechos mas contundentes ante los que los ciudadanos de Culiacán esperan explicaciones, acciones y cambios y ajustes de estrategia.
Así como acá le hemos reconocido a Gámez Mendívil los aciertos en materia de obras, cultura y festividades, esta vez no podemos dejar de señalar la necesidad de salir a dar la cara ante el fracaso del operativo Guadalupe-Reyes.
Las familias sinaloenses tendrán un respiro con la ampliación del plazo para cambiar el crédito hipotecario en Infonavit de salarios mínimos a pesos.
El día de ayer el delegado estatal de Infonavit, Adolfo Ernesto Verdugo Dagnino informó que se ampliará el plazo para realizar el trámite de Responsabilidad Compartida a través del sitio de internet del instituto.
Desde la creación de este convenio en 2019, alrededor de 15 mil acreditados han cambiado su crédito hipotecario a pesos, con ello obtienen una mensualidad, interés y tasa fija.
Sin embargo aún hay unas 80 mil personas con su crédito en veces de salarios mínimos, por lo que el delegado exhortó a esa población a considerar la opción de Responsabilidad Compartida y realizar el trámite si les resulta conveniente.