Por si a Sinaloa le hicieran falta noches como la de ayer, la espiral de violencia que vivimos desde hace casi tres meses nos muestra de nuevo cómo todo puede ir de algo estable a una verdadera noche de terror.
Esta semana, la ciudad de Culiacán comenzó con algunos brotes de violencia más en forma de daños y vandalismo, aunque con armas de fuego, en algunos sectores del sur de la ciudad.
Y este inicio de semana llegó con una antesala de lo que increíblemente podríamos llamar un día tranquilo, con el hallazgo de una persona asesinada en la zona rural de Navolato y un pleito en las carracas del centro penitenciario de Aguaruto qué arrojó un muerto y tres heridos.
Los hechos violentos lograron asustar, como siempre, a los grupos más vulnerables, como a los alumnos y maestros de una escuela primaria en el sector de Villa del Real luego del ataque a un puesto de hamburguesas en Stanza Torralba.
Pero la noche nos devolvió a la realidad que vivimos, porque la tarde trajo el intento de un asalto a una casa de empeño en la colonia 10 de Mayo, el ataque e incendio a tres propiedades en El Ranchito y una más en Stanza Torralba.
Hasta que comenzaron los reportes en Mazatlán con un ataque a balazos en un local de máquinas tragamonedas en la colonia Periodista y otro contra una persona en la colonia Lico Velarde. Ambos hechos con un saldo total de tres asesinatos en la noche porteña.
Al mismo tiempo en Culiacán se reportó el ataque y asesinato de tres personas y un herido en la colonia La Esperanza, luego un feminicidio contra una señora en la colonia Real de Minas y el hallazgo de lo que parecen ser restos humanos en dos cajas de plástico abandonadas en las afueras de la Unidad de Servicios Estatales.
El trepidante y macabro cierre del lunes nos llevó a la cama entendiendo que esto todavía está lejos de que termine y que nuestras autoridades ya llevan tres meses de excusas sin poder detener la guerra intestina en la que sobrevivimos.
Tal vez quienes se encargan de difundir lo que se hace desde la Secretaría de Educación Pública y Cultura de Sinaloa tienen otros trabajos principales y por eso no le prestan atención a la chambita que les representa la dependencia, pues no hay otra razón para entender por qué lo hacen tan mal o simplemente no lo hacen.
Y nos referimos a todos los enlaces que funcionan desde la institución hacia afuera, para con la sociedad civil y prensa, ejemplo de ello son los encargados de las redes sociales, los asesores de la Secretaria Gloria Himelda Félix Niebla y el mediocre equipo de Comunicación Social de la dependencia.
Les pasa de noche el asumirse como funcionarios públicos que tienen la responsabilidad de trabajar a favor de la transparencia en la toma de decisiones dentro de la SEPyC, o bien hacer lucir a Félix Niebla.
Es increíble que ni siquiera metan las manos para hacer quedar bien ante la sociedad los esfuerzos de la SEPyC, en medio de esta ola de violencia que tanto ha afectado a la educación y en otros temas.
Sabemos que Gloria Himelda Félix no es una funcionaria mediocre pues ha sacado la chamba en diferentes ocasiones desde el legislativo y solo por ese antecedente suponemos que el problema no es ella, es su equipo de difusión y enlace con prensa, tan alejado de la prontitud y eficiencia que ya uno considera que les pide un favor si se les cuestiona algo relacionado a la dependencia.
Durante estos tres meses de contingencia por la inseguridad la SEPyC ha sido una de las dependencias a las que más se les ha puesto el foco, empezando con aquella penosa actuación de la ex titular Catalina Esparza Navarrete, quién publicó un video reclamando a los docentes por no ir a trabajar en medio de una serie de balaceras en la ciudad de Culiacán. Este acto de mal manejo del discurso y encima videograbado solo deja en evidencia la falta de capacidad de la ex titular de la SEPyC y su equipo en el manejo de crisis. Ahora con Félix Niebla al frente de la dependencia básicamente pasó a ser un ente invisible, y la imagen de la funcionaria también se ha opacado, pues se formó un equipo de burócratas que no entienden la agenda pública, y lo que nos importa a todos, van mermando la difusión de gestiones en relación a la atención a la educación en medio de un momento tan difícil.
Si sabemos cuántos niños y niñas van a clases presenciales en medio de la violencia, o cuáles estrategias serán implementadas para la recuperación de aprendizajes, es por las entrevistas banqueteras que han buscado los medios de comunicación y no por una gestión de información que nazca desde la SEPyC.
Esperemos y la funcionaria entienda que mantener a un equipo completo que no entiende sus funciones es desperdicio de recursos públicos.
Como si se tratase de un regalo de Navidad, una regidora detectó que hay cerca de mil millones de pesos que, hasta octubre, el Gobierno de Culiacán no ha utilizado y propuso que ese recurso se destine a un plan de recuperación económica en la ciudad.
Ya van casi tres meses que la violencia ha azotado a los municipios del centro del estado, sobre todo a Culiacán, lo que ha arrastrado desempleo, por comercios cerrados o con bajas ventas, y mucha incertidumbre, por lo que su propuesta es interesante.
Aprovechando esta irregularidad en el gasto municipal, y la coyuntura de nuestra mala suerte, es que a la Regidora se le ocurrió que estos recursos se destinen a estos sectores, incluidos los pueblos señoriales, aspirantes y centros de turismo más atractivos del centro del estado.
Sin embargo, esta propuesta se da en medio de un hermetismo en las sesiones de Cabildo frente a la situación que se ha instalado en la ciudad hace más de dos meses.
En lugar de abordar este tema, se han discutido otros asuntos, mientras que la creciente violencia y sus impactos en la comunidad parecen haberse dejado de lado.
Es irónico que ni el regidor Armando Heráldez, quien preside la Comisión de Seguridad Pública, haya hecho ninguna intervención significativa sobre este tema tan crucial para la ciudad. Ni un posicionamiento, ninguna reacción ni por defensa propia, de dar indicios de que le interese la sociedad culiacanense.
Para algunos, los mil millones de pesos del subejercicio son como un regalo olvidado bajo el árbol de Navidad, pero habría que ver para quién, pues la última palabra la tiene el propio Presidente Municipal de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, y su equipo.
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Por si a Sinaloa le hicieran falta noches como la de ayer, la espiral de violencia que vivimos desde hace casi tres meses nos muestra de nuevo cómo todo puede ir de algo estable a una verdadera noche de terror.
Esta semana, la ciudad de Culiacán comenzó con algunos brotes de violencia más en forma de daños y vandalismo, aunque con armas de fuego, en algunos sectores del sur de la ciudad.
Y este inicio de semana llegó con una antesala de lo que increíblemente podríamos llamar un día tranquilo, con el hallazgo de una persona asesinada en la zona rural de Navolato y un pleito en las carracas del centro penitenciario de Aguaruto qué arrojó un muerto y tres heridos.
Los hechos violentos lograron asustar, como siempre, a los grupos más vulnerables, como a los alumnos y maestros de una escuela primaria en el sector de Villa del Real luego del ataque a un puesto de hamburguesas en Stanza Torralba.
Pero la noche nos devolvió a la realidad que vivimos, porque la tarde trajo el intento de un asalto a una casa de empeño en la colonia 10 de Mayo, el ataque e incendio a tres propiedades en El Ranchito y una más en Stanza Torralba.
Hasta que comenzaron los reportes en Mazatlán con un ataque a balazos en un local de máquinas tragamonedas en la colonia Periodista y otro contra una persona en la colonia Lico Velarde. Ambos hechos con un saldo total de tres asesinatos en la noche porteña.
Al mismo tiempo en Culiacán se reportó el ataque y asesinato de tres personas y un herido en la colonia La Esperanza, luego un feminicidio contra una señora en la colonia Real de Minas y el hallazgo de lo que parecen ser restos humanos en dos cajas de plástico abandonadas en las afueras de la Unidad de Servicios Estatales.
El trepidante y macabro cierre del lunes nos llevó a la cama entendiendo que esto todavía está lejos de que termine y que nuestras autoridades ya llevan tres meses de excusas sin poder detener la guerra intestina en la que sobrevivimos.
Tal vez quienes se encargan de difundir lo que se hace desde la Secretaría de Educación Pública y Cultura de Sinaloa tienen otros trabajos principales y por eso no le prestan atención a la chambita que les representa la dependencia, pues no hay otra razón para entender por qué lo hacen tan mal o simplemente no lo hacen.
Y nos referimos a todos los enlaces que funcionan desde la institución hacia afuera, para con la sociedad civil y prensa, ejemplo de ello son los encargados de las redes sociales, los asesores de la Secretaria Gloria Himelda Félix Niebla y el mediocre equipo de Comunicación Social de la dependencia.
Les pasa de noche el asumirse como funcionarios públicos que tienen la responsabilidad de trabajar a favor de la transparencia en la toma de decisiones dentro de la SEPyC, o bien hacer lucir a Félix Niebla.
Es increíble que ni siquiera metan las manos para hacer quedar bien ante la sociedad los esfuerzos de la SEPyC, en medio de esta ola de violencia que tanto ha afectado a la educación y en otros temas.
Sabemos que Gloria Himelda Félix no es una funcionaria mediocre pues ha sacado la chamba en diferentes ocasiones desde el legislativo y solo por ese antecedente suponemos que el problema no es ella, es su equipo de difusión y enlace con prensa, tan alejado de la prontitud y eficiencia que ya uno considera que les pide un favor si se les cuestiona algo relacionado a la dependencia.
Durante estos tres meses de contingencia por la inseguridad la SEPyC ha sido una de las dependencias a las que más se les ha puesto el foco, empezando con aquella penosa actuación de la ex titular Catalina Esparza Navarrete, quién publicó un video reclamando a los docentes por no ir a trabajar en medio de una serie de balaceras en la ciudad de Culiacán. Este acto de mal manejo del discurso y encima videograbado solo deja en evidencia la falta de capacidad de la ex titular de la SEPyC y su equipo en el manejo de crisis. Ahora con Félix Niebla al frente de la dependencia básicamente pasó a ser un ente invisible, y la imagen de la funcionaria también se ha opacado, pues se formó un equipo de burócratas que no entienden la agenda pública, y lo que nos importa a todos, van mermando la difusión de gestiones en relación a la atención a la educación en medio de un momento tan difícil.
Si sabemos cuántos niños y niñas van a clases presenciales en medio de la violencia, o cuáles estrategias serán implementadas para la recuperación de aprendizajes, es por las entrevistas banqueteras que han buscado los medios de comunicación y no por una gestión de información que nazca desde la SEPyC.
Esperemos y la funcionaria entienda que mantener a un equipo completo que no entiende sus funciones es desperdicio de recursos públicos.
Como si se tratase de un regalo de Navidad, una regidora detectó que hay cerca de mil millones de pesos que, hasta octubre, el Gobierno de Culiacán no ha utilizado y propuso que ese recurso se destine a un plan de recuperación económica en la ciudad.
Ya van casi tres meses que la violencia ha azotado a los municipios del centro del estado, sobre todo a Culiacán, lo que ha arrastrado desempleo, por comercios cerrados o con bajas ventas, y mucha incertidumbre, por lo que su propuesta es interesante.
Aprovechando esta irregularidad en el gasto municipal, y la coyuntura de nuestra mala suerte, es que a la Regidora se le ocurrió que estos recursos se destinen a estos sectores, incluidos los pueblos señoriales, aspirantes y centros de turismo más atractivos del centro del estado.
Sin embargo, esta propuesta se da en medio de un hermetismo en las sesiones de Cabildo frente a la situación que se ha instalado en la ciudad hace más de dos meses.
En lugar de abordar este tema, se han discutido otros asuntos, mientras que la creciente violencia y sus impactos en la comunidad parecen haberse dejado de lado.
Es irónico que ni el regidor Armando Heráldez, quien preside la Comisión de Seguridad Pública, haya hecho ninguna intervención significativa sobre este tema tan crucial para la ciudad. Ni un posicionamiento, ninguna reacción ni por defensa propia, de dar indicios de que le interese la sociedad culiacanense.
Para algunos, los mil millones de pesos del subejercicio son como un regalo olvidado bajo el árbol de Navidad, pero habría que ver para quién, pues la última palabra la tiene el propio Presidente Municipal de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, y su equipo.