Malecón
In-gas-u, ¿no que muy cuidadosos?
Era momento de hablar en esta columna sobre los recientes siniestros en los que se han visto involucradas las empresas de gas, sobre todo por ese momento muy impactante que vivimos el domingo en Juntas del Humaya, en Culiacán.
Si bien este último fue el más llamativo, tanto por su magnitud como por las repercusiones que tuvo incluso en colonias más allá, la realidad es que ya se ha vuelto común escuchar incidentes relacionados con gas.
Lógicamente por el tipo de material, uno pensaría que es de los más riesgosos al manejar, el detalle es que justamente por su peligrosidad debería ser de los más custodiados o regulados en su trato, comercialización y almacenamiento.
Lo que pasó el domingo fue una alerta muy poderosa de lo peligroso que puede ser el gas LP, que afortunadamente no significó daños a personas.
Pero lo que nos llamó la atención ayer fueron las declaraciones del titular de Protección Civil, Roy Navarrete, quien afirmó que precisamente las plantas de gas LP son de los comercios más monitoreados por esa autoridad.
Sin embargo este antecedente, más otro par registrados en menos de un mes, dan para pensar que igual y algo falla en esas inspecciones que hace la autoridad; o tal vez deberían hacerse más seguido.
El riesgo siempre estará, eso es evidente, pero ni la autoridad y mucho menos las empresas deben tomarse a la ligera cuestiones de seguridad cuando se trata de sustancias tan riesgosas como el gas.
De hecho, ayer el comandante de bomberos Efraín Araujo señaló que el incendio pudo sofocarse muy rápido gracias a que la empresa contaba con protocolos de seguridad.
El mal plan que se nos viene
El Gobierno de Sinaloa está aferrado a que Culiacán sea la ciudad con mayor parque vehicular en el País, y también que ocupe las primeras posiciones en muertes por accidentes viales en sitio como actualmente se tiene, porque siguen diseñando la infraestructura urbana exclusivamente para vehículos particulares.
Resulta que el Gobernador Rubén Rocha Moya volvió a presentar un plan de obras y en su mayoría los proyectos de movilidad están pensados para la movilidad en automóviles, dejando de lado a peatones y ciclistas.
Nada más un proyecto de metrobús considera a los usuarios que no tienen automóviles, un proyecto reciclado que fue idea de Jesús Estrada Ferreiro el desaforado Alcalde de Culiacán.
Pero este metrobús es carísimo, casi 4 mil 300 millones de pesos para adecuar los bulevares ya existentes por donde se planea que pase, y que será concesionado a particulares, como si se tuviera buena experiencia con rutas como el 10 de Abril o el UAdeO.
Para nada podremos aspirar a tener un sistema de metrobús eficiente como el de la Ciudad de México pues ya se decidió ceder a empresarios que no le invierten en prestaciones a sus choferes menos le van a meter al proyecto.Y se supone que se invertirá en puentes, calles, pasos deprimidos y un periférico para Culiacán, pero el Gobierno no fue capaz de peatonalizar unas cuantas calles en el Centro de Culiacán, por presiones justamente de los camioneros, o de terminar de manera decente una ciclovía.
Entendemos entonces que convicciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos no hay, y eso es evidente con la toma de decisiones histórica desde el Gobierno del Estado que ha priorizado las mega construcciones a beneficio quiénes tienen un carro. Un contrasentido de lo que sucede en las ciudades más modernas y sustentables.
Lo que sí reconocemos es que también se presentaron varios proyectos en el tema hídrico; un tema que urge dada la condición de sequía y la vocación agrícola del estado. Ojalá le metan más rápido a tecnificar los distritos de riegos en los que se desperdicia agua como en ningún otro sitio en Sinaloa.
Todos estos proyectos que el Gobernador presentó en La Semanera pueden quedar en veremos, pues dependerán de la convicción de la próxima Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y si se logra la asignación de recursos federales para los mismos. Esperemos que así sea.
¿No estaremos soñando?
Pues parece que por fin, el Presidente Andrés Manuel López Obrador visitará la capital de Sinaloa para inaugurar el nuevo Hospital General de Culiacán.
Las albricias son porque pudiera ser la última oportunidad para AMLO para inaugurar este hospital que está más finteado que cualquier rival de Jorge “Maromero” Páez en alguna arena de Las Vegas en la década de los 90.
Decenas de funcionarios de mucho peso han pasado por aquí para cacaraquear lo bonito del inmueble, dos gobernadores y dos presidentes y nada que funciona.
Esto nos hizo recordar otras obras que todos estuvieron sobando, como los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto con el puente colgante de la carretera Mazatlán-Durango, el túnel El Sibaloense y la Presa Picachos.
En su conferencia de prensa del lunes, López Obrador dijo que haría una gira este fin de semana junto a Sheinbaum Pardo por el norte de México y que su visita a Sinaloa sería para inaugurar dicho nosocomio.
El nuevo Hospital General ya fue activado en tiempos de la pandemia por el Covid 19, pero luego de que la crisis amainó ya no tuvo más uso que el de adorno en la salida de Culiacán a Imala.
Ojalá que no salgan con alguna otra patraña y que ya activen ese lugar que tanta falta hace a los sinaloenses.
Malecón es columna institucional de esta casa editorial.malecon@noroeste.com