El Centinela
28 noviembre 2024

Los tan sonados “16 días de activismo” que realizan instituciones gubernamentales este año no pueden ser más opacos y faltos de compromiso.

Durante estas jornadas, de manera anual, las autoridades comprimen sus esfuerzos de luchar contra la violencia de género en dos semanas y se sienten satisfechas el resto del año.

Y este año, el Gobierno de Sinaloa, en colaboración con ayuntamientos, creó una página web para calendarizar las actividades que realizarán durante las jornadas de eventos gubernamentales del 25 de noviembre al 10 de diciembre, sólo que la página... no sirve.

Desde su creación, el sitio web tenía deficiencias, y es increíble que después de tres días de que inició la campaña simplemente nadie se ha molestado en reparar el portal que ya no permite ni acceder. Así de mucho les preocupa socializar estos eventos.

Sobra decir que la mayoría de los eventos en realidad son politiquería mediocre, como encender luces color naranja en edificios gubernamentales para combatir la violencia de género, o sea un absurdo total, pero hay algunos de provecho como conversatorios y talleres que es imposible que la gente se entere de su realización, pues no hay una adecuada atención en su difusión.

Es muy cuestionable también que el Gobierno de Sinaloa y los ayuntamientos se adjudiquen labores activistas al bautizar a la jornada de actividades como “16 días de activismo”, pues ni siquiera hacen lo mínimo para garantizar la seguridad de activistas en el estado, pero sí se nombran así.

Ya, déjenle el activismo a los activistas, pues los burócratas que van de acarreados a caminatas o a eventos gubernamentales les queda muy grande el término.

Ni siquiera en “Diario de una Pasión” vimos una reconciliación tan dramática como la de la pandilla que se cree dueña de la UAS y las autoridades del Estado.

Por una parte suele entenderse por las fechas, ya ve usted que nomás se acerca diciembre y uno se lleva bien hasta con las tías mitoteras, pero en este caso huele más bien a un niño que se portó mal todo el año, y quiere cerrar obediente el año para recibir su regalo de Navidad.

La noticia de que Jesús Madueña Molina regresará a sus funciones como Rector de la UAS es preocupante y lo es aún más que se contemple la opción de una salida alterna en los ocho procesos penales que le siguen por presunta corrupción.

Ayer, el Poder Judicial y la Fiscalía General del Estado decidieron, nadie sabe por qué, cambiar las medidas cautelares a Madueña Molina y la UAS comenzó con un escándalo de albricias, serpentina y espantasuegras, de que volverá a ser el Rector titular.

La noticia llega después de que todo mundo se enteró que Madueña Molina sostuvo reuniones con el Gobernador Rubén Rocha Moya o por lo menos con Feliciano Castro Meléndrez, el Secretario General de Gobierno.

Todavía peor, cínicos como ellos mismos, la pandilla gira un comunicado en el que aseguran haber negociado, por diálogos, y acordaron desde la Presidencia de la República, el Gobierno del Estado y el propio involucrado, buscar soluciones alternas a los juicios contra funcionarios de la UAS, acusados de delitos relacionados con la corrupción. Lo cierto es que el cambio de medidas fue solo para Madueña... hasta ahora.

A ver, a ver, a ver, ¿que no el mismo Rocha Moya insistió una y otra vez que esas cosas deberían resolverse ante el Poder Judicial?, ¿y cómo por qué cambiaron las medidas bajo ciertas condiciones?

Sabemos que la propia Ley contempla la suspensión condicional del proceso, el problema es que, incluso con ello, no da la sensación de que se haga una verdadera justicia para la Universidad y, sobre todo, los universitarios.

¿Entonces de nada valieron las cientos de horas nalga de reporteros cubriendo la nota en las audiencias para que alguien luego decidiera que se buscara una solución de otra forma?

¿Qué tiene qué ver la democratización en la UAS con los procesos judiciales y las denuncias por corrupción?

De cualquier forma, se entiende que el Rector de la UAS podrá recuperar sus funciones, pero difícilmente podrá recuperar la imagen pública que se le supone a un representante universitario, el respeto de un gran sector de la comunidad universitaria, y mucho menos el bigote.

Para no desentonar en su faramalla, la Fiscalía General del Estado dio un posicionamiento al respecto, y aunque lo quisieron matizar, parece que tanto Jesús Madueña, como los demás funcionarios de la UAS acusados de corrupción, regresarán a la normalidad de sus vidas dentro de la Universidad, pero a la Universidad, ¿quién le regresará su prestigio después de toda la corrupción documentada y el escándalo del amigo de “El Mayo” que ya se fue pero cuyos huérfanos siguen controlando la Universidad?

¿O de plano van a borrar el pasado reciente de la historia Rosalina?

Insistimos, la Ley permite este tipo de soluciones, pero la percepción es que mientras el Gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya, y sus ex alumnos se dan palmaditas reconciliadoras en la espalda, los grupos de estudiantes y docentes que estuvieron en la lucha constante, quedan en recuerdos.

Esperemos que este pacto, anunciado por la propia UAS, para que cesen los juicios contra sus funcionarios, realmente sirva para que la institución dé pasos hacia adelante, y no se convierta en la Universidad Autónoma del Bienestar de Sinaloa o en alguna abominación que incluya, como ya pasó antes, tratos con el Partido Sinaloense o poderes más oscuros.

Ah y una cosita más: ¿van a reparar el daño patrimonial que supera los 700 millones en medio de esos acuerdos?

Y eso sin contar que ya dijeron que ocupan otros 921 millones para cerrar el año.

Todavía por ahí debe haber evidencia en las páginas de Facebook de varias agencias de viaje o de valientes emprendedores, cómo hasta hace poco teníamos las opciones de comprar paquetes para viajar a dos o tres bellos destinos turísticos de nuestro estado a un módico precio.

La experiencia siempre valió la pena, desde el hecho de salir de la rutina, viajar con personas desconocidas con la misma pasión de aprovechar el tiempo para visitar nuevos destinos, probar deliciosos platillos, sumergir nuestras pupilas en lo verde de la sierra, el azul del mar, la nostalgia de nuestros pueblos antiguos o en la maravilla de nuestra historia.

Pero los avances que tuvimos, los espacios que por mucho tiempo habíamos ganado, los perdimos.

Hoy, es tan difícil viajar al sur del estado desde el centro, o incluso hacer un viaje tan corto a la zona costera a degustar mariscos o pasar un fin de semana en alguna casa de playa.

Nuestra tragedia, con la que ya casi cumplimos tres meses, nos ha arrastrado a perder también esas oportunidades de pasar tiempo en familia, de apoyar los esfuerzos locales de nuestro turismo rural en el estado.

Lo más triste es que no sabemos cuándo podamos disfrutar de lo bello que es el pueblo de San Ignacio, Barras de Piaxtla, las playas de Celestino Gasca, los melancólicos Elota Pueblo, la cabecera de Cosalá, sus cascadas de Vado Hondo, lo mágico de Tacuichamona, la perla que nos resulta Imala, los paseos de la presa Sanalona, la playa Ponce y El Conchal en Eldorado, la bellísima y deliciosa Altata.

Difícil hacer una caravana que ayude a sobrevivir a estos lugares. Ojalá no los volvamos a ver cuando ya sea demasiado tarde.

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Los tan sonados “16 días de activismo” que realizan instituciones gubernamentales este año no pueden ser más opacos y faltos de compromiso.

Durante estas jornadas, de manera anual, las autoridades comprimen sus esfuerzos de luchar contra la violencia de género en dos semanas y se sienten satisfechas el resto del año.

Y este año, el Gobierno de Sinaloa, en colaboración con ayuntamientos, creó una página web para calendarizar las actividades que realizarán durante las jornadas de eventos gubernamentales del 25 de noviembre al 10 de diciembre, sólo que la página... no sirve.

Desde su creación, el sitio web tenía deficiencias, y es increíble que después de tres días de que inició la campaña simplemente nadie se ha molestado en reparar el portal que ya no permite ni acceder. Así de mucho les preocupa socializar estos eventos.

Sobra decir que la mayoría de los eventos en realidad son politiquería mediocre, como encender luces color naranja en edificios gubernamentales para combatir la violencia de género, o sea un absurdo total, pero hay algunos de provecho como conversatorios y talleres que es imposible que la gente se entere de su realización, pues no hay una adecuada atención en su difusión.

Es muy cuestionable también que el Gobierno de Sinaloa y los ayuntamientos se adjudiquen labores activistas al bautizar a la jornada de actividades como “16 días de activismo”, pues ni siquiera hacen lo mínimo para garantizar la seguridad de activistas en el estado, pero sí se nombran así.

Ya, déjenle el activismo a los activistas, pues los burócratas que van de acarreados a caminatas o a eventos gubernamentales les queda muy grande el término.

Ni siquiera en “Diario de una Pasión” vimos una reconciliación tan dramática como la de la pandilla que se cree dueña de la UAS y las autoridades del Estado.

Por una parte suele entenderse por las fechas, ya ve usted que nomás se acerca diciembre y uno se lleva bien hasta con las tías mitoteras, pero en este caso huele más bien a un niño que se portó mal todo el año, y quiere cerrar obediente el año para recibir su regalo de Navidad.

La noticia de que Jesús Madueña Molina regresará a sus funciones como Rector de la UAS es preocupante y lo es aún más que se contemple la opción de una salida alterna en los ocho procesos penales que le siguen por presunta corrupción.

Ayer, el Poder Judicial y la Fiscalía General del Estado decidieron, nadie sabe por qué, cambiar las medidas cautelares a Madueña Molina y la UAS comenzó con un escándalo de albricias, serpentina y espantasuegras, de que volverá a ser el Rector titular.

La noticia llega después de que todo mundo se enteró que Madueña Molina sostuvo reuniones con el Gobernador Rubén Rocha Moya o por lo menos con Feliciano Castro Meléndrez, el Secretario General de Gobierno.

Todavía peor, cínicos como ellos mismos, la pandilla gira un comunicado en el que aseguran haber negociado, por diálogos, y acordaron desde la Presidencia de la República, el Gobierno del Estado y el propio involucrado, buscar soluciones alternas a los juicios contra funcionarios de la UAS, acusados de delitos relacionados con la corrupción. Lo cierto es que el cambio de medidas fue solo para Madueña... hasta ahora.

A ver, a ver, a ver, ¿que no el mismo Rocha Moya insistió una y otra vez que esas cosas deberían resolverse ante el Poder Judicial?, ¿y cómo por qué cambiaron las medidas bajo ciertas condiciones?

Sabemos que la propia Ley contempla la suspensión condicional del proceso, el problema es que, incluso con ello, no da la sensación de que se haga una verdadera justicia para la Universidad y, sobre todo, los universitarios.

¿Entonces de nada valieron las cientos de horas nalga de reporteros cubriendo la nota en las audiencias para que alguien luego decidiera que se buscara una solución de otra forma?

¿Qué tiene qué ver la democratización en la UAS con los procesos judiciales y las denuncias por corrupción?

De cualquier forma, se entiende que el Rector de la UAS podrá recuperar sus funciones, pero difícilmente podrá recuperar la imagen pública que se le supone a un representante universitario, el respeto de un gran sector de la comunidad universitaria, y mucho menos el bigote.

Para no desentonar en su faramalla, la Fiscalía General del Estado dio un posicionamiento al respecto, y aunque lo quisieron matizar, parece que tanto Jesús Madueña, como los demás funcionarios de la UAS acusados de corrupción, regresarán a la normalidad de sus vidas dentro de la Universidad, pero a la Universidad, ¿quién le regresará su prestigio después de toda la corrupción documentada y el escándalo del amigo de “El Mayo” que ya se fue pero cuyos huérfanos siguen controlando la Universidad?

¿O de plano van a borrar el pasado reciente de la historia Rosalina?

Insistimos, la Ley permite este tipo de soluciones, pero la percepción es que mientras el Gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya, y sus ex alumnos se dan palmaditas reconciliadoras en la espalda, los grupos de estudiantes y docentes que estuvieron en la lucha constante, quedan en recuerdos.

Esperemos que este pacto, anunciado por la propia UAS, para que cesen los juicios contra sus funcionarios, realmente sirva para que la institución dé pasos hacia adelante, y no se convierta en la Universidad Autónoma del Bienestar de Sinaloa o en alguna abominación que incluya, como ya pasó antes, tratos con el Partido Sinaloense o poderes más oscuros.

Ah y una cosita más: ¿van a reparar el daño patrimonial que supera los 700 millones en medio de esos acuerdos?

Y eso sin contar que ya dijeron que ocupan otros 921 millones para cerrar el año.

Todavía por ahí debe haber evidencia en las páginas de Facebook de varias agencias de viaje o de valientes emprendedores, cómo hasta hace poco teníamos las opciones de comprar paquetes para viajar a dos o tres bellos destinos turísticos de nuestro estado a un módico precio.

La experiencia siempre valió la pena, desde el hecho de salir de la rutina, viajar con personas desconocidas con la misma pasión de aprovechar el tiempo para visitar nuevos destinos, probar deliciosos platillos, sumergir nuestras pupilas en lo verde de la sierra, el azul del mar, la nostalgia de nuestros pueblos antiguos o en la maravilla de nuestra historia.

Pero los avances que tuvimos, los espacios que por mucho tiempo habíamos ganado, los perdimos.

Hoy, es tan difícil viajar al sur del estado desde el centro, o incluso hacer un viaje tan corto a la zona costera a degustar mariscos o pasar un fin de semana en alguna casa de playa.

Nuestra tragedia, con la que ya casi cumplimos tres meses, nos ha arrastrado a perder también esas oportunidades de pasar tiempo en familia, de apoyar los esfuerzos locales de nuestro turismo rural en el estado.

Lo más triste es que no sabemos cuándo podamos disfrutar de lo bello que es el pueblo de San Ignacio, Barras de Piaxtla, las playas de Celestino Gasca, los melancólicos Elota Pueblo, la cabecera de Cosalá, sus cascadas de Vado Hondo, lo mágico de Tacuichamona, la perla que nos resulta Imala, los paseos de la presa Sanalona, la playa Ponce y El Conchal en Eldorado, la bellísima y deliciosa Altata.

Difícil hacer una caravana que ayude a sobrevivir a estos lugares. Ojalá no los volvamos a ver cuando ya sea demasiado tarde.