La pelea por las migajas

El Centinela
08 agosto 2017

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La “guerra” por la próxima Presidencia de México al interior del PRI arranca formalmente esta semana y Sinaloa será uno de los primeros escenarios. 

Condenado por su propio éxito, si le podemos llamar así a la Presidencia de Enrique Peña Nieto, el PRI realizará su XXII Asamblea Nacional con la esperanza de atraer los reflectores que desde hace meses les robó Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena.

La estrategia es compleja, los priistas montarán un “circo” a nivel nacional instalando cinco mesas de trabajo para definir los criterios que les permitan elegir a su próximo candidato a la Presidencia.

Y también desesperada, los números de todas las encuestas les dicen a los priistas que van a perder las próximas elecciones presidenciales, y por paliza, en sus mejores predicciones se quedan apenas con el tercer lugar.

Según sus propias estadísticas, “El Peje” les arrebatará la silla presidencial, hagan lo que hagan. Es más, el hartazgo de los mexicanos le daría el segundo lugar a los panistas, antes que a ellos.

Ante esta situación, los priistas intentan vender la idea de siempre: aseguran que cambiarán y para eso preparan una consulta nacional a través de las mesas de trabajo.  

 

Sinaloa tiene
una mesa 

Las mesas de trabajo pretenden llevar a discusión de las bases priistas una posible transformación del partido, que podría permitiría que participen candidatos externos dentro de sus listas, algo así como “ciudadanizar” a sus candidatos.  

Una de las mesas se instalará en Mazatlán, específicamente la que se ocupará de tratar los temas de ética y rendición de cuentas.

En Guadalajara se instalará la mesa encargada de la visión de futuro, mientras en Saltillo se discutirá la declaración de principios.

En Toluca, semillero de los priistas, se pondrá a discusión el programa de acción y en Campeche se discutirá la naturaleza de los estatutos priistas.

Las mesas funcionarán mañana y hoy se dará a conocer la mecánica que las hará posible, a través de una rueda de prensa. 

Cada una de las mesas contará con la presencia de un priista de renombre nacional, con la intención de acaparar los reflectores de todo el País.

 

Desesperados

Los priistas se sienten perdidos y algunas de las propuestas demuestran el tamaño de su miedo, sobre todo aquellas donde se apuesta por un cambio que puede transformar para siempre al partido.

Quizá el de mayor envergadura es la posibilidad de que entren candidatos externos al PRI, a contender por las candidaturas.

Esto suena a “superchería” y pocos se atreven a creer que los priistas sean capaces de hacerse un lado para dejar que otros compitan por un “hueso”, enfundados en sus camisetas.

Visto desde afuera la idea no es mala, en una gran cantidad de países los ciudadanos pueden apuntarse en las listas de los partidos a los que no pertenecen y luchar por una candidatura.

El asunto es que los mismos priistas lo acepten.

Por lo pronto, ya hay un numeroso grupo en contra que exige que se sigan respetando los 10 años previos de militancia.

Y también están los desconfiados que aseguran que la movida no tiene otro interés que el de permitir que algunos “presidenciables” que no cuentan con la militancia puedan contender.

Será el sereno, pero pocos creen que los priistas vayan a cambiar y menos en unas mesas de un par de días, donde lo único que está en juego es demostrar quién tiene más poder al interior del partido.  

 

La elección

El otro gran tema a discutirse en estas mesas es la forma en que será elegido el candidato, independientemente si es un externo o un priista de hueso colorado.

La mayoría de los mexicanos sabemos cómo se elige a un candidato presidencial en el PRI, se llama “dedazo” y lo ejerce el priista en el poder, o sea el Presidente.

Una parte de los priistas está cansado del proceso, simplemente porque deja fuera a la gran mayoría de los suspirantes, además de que es una fea forma de presentarse ante los votantes, presumiendo democracia y solapando una dictadura.

Una de las propuestas es que se realice una consulta a las bases priistas, mientras hay quien se avienta a soñar y pide una consulta donde pueda participar la ciudadanía en general.

Sería interesante ver a los priistas intentando jugar a la democracia, aunque sabemos que esto sería como poner a un elefante a brincar la cuerda. 

 

Que sirvan las mesas

Por el bien de México le deseamos la mejor de las suertes a los priistas en sus mesas de trabajo, quien quita y consigan mejorar algunas de sus prácticas  que siempre huelen a trampa.

Lo que no se puede obviar es que el proceso interno priista acelerará la competencia por las candidaturas a la Presidencia y marcará también el principio del fin de Enrique Peña Nieto, un Presidente que prometió resolver los problemas de los mexicanos y todo apunta a que dejará un peor País.