El miedo al Ejército
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El Congreso de la Unión discutió y aprobó recientemente la Ley de Seguridad Interior, tema que se encuentra ahora en la cancha del poder Ejecutivo.
Sin embargo, desde hace años y sin necesidad de una reforma a la ley, Sinaloa cuenta con el patrullaje de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina en sus calles en apoyo a las policías locales.
Y la gente hoy por hoy le tiene miedo al Ejército.
El líder de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, Leonel Aguirre Meza, puso el dedo en la llaga al comentar que las fuerza federales entraron a suplir a las autoridades civiles, pero antes la institución contaba con el respaldo ciudadano del que ahora carece.
“Yo recuerdo que le preguntaba a la gente en la calle qué pensaba de la llegada del Ejército y me respondían que nos darían más seguridad. De pronto les pregunto y, si teníamos al 95 por ciento a favor, ahora tenemos al 95 por ciento en contra”, dice el activista.
Remarcó que el temor es resultado de lo que se ha visto en la calle: el exceso en el uso de la fuerza, que en lugar de dar seguridad, provocan temor a mucha gente, precisamente por no cumplir con los cauces legales.
Aguirre Meza lamentó que, por la experiencia adquirida en Sinaloa con la actuación del Ejército, la aprobación de la Ley de Seguridad Interior vislumbra un panorama poco positivo.
“A quienes estamos pendientes de la defensa de los derechos humanos nos esperan días muy agrios, porque nos ponen a temblar las estadísticas que ya tenemos en cuanto a agresiones sin fundamentos en contra de ciudadanos por parte de mandos de alto nivel”, dijo.
A favor de los militares podemos decir que andan haciendo un trabajo que no pidieron y para el que no fueron capacitados, reparando los fracasos de nuestros políticos.
Regatear hasta para
conseguir información
Los niveles de inseguridad en Sinaloa rebasaron hasta los parámetros del año pasado, que ya eran de espanto.
El robo de vehículos, a casa habitación y asesinatos están por inventar una nueva tonalidad de rojo en el Semáforo Delictivo.
Marchas rezando, de maestros, médicos y periodistas pidiendo justicia para sus colegas asesinados este año.
Jóvenes manifestándose por no tener miedo a morir, sino a ser asesinados; jóvenes acribillados en bares, un tinte rojo sangre, de horror, que no da tregua.
Los sinaloenses han salido a las calles a exigir paz, tranquilidad, justicia para todos, a exigir algo que por ley deberían tener.
Las patrullas todavía huelen a nuevo, los drones están recién desempacados y la tranquilidad nomás no llega.
Quirino Ordaz Coppel no ha podido otorgar a la ciudadanía la paz que todo esperan.
Por si fuera poco no da ni la información, cosa que no es de extrañarse porque ni siquiera “da la cara”.
El titular del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Ricardo Jenny del Rincón, dijo que cada mes tienen que “andar correteando” a la autoridad para que les den cifras de cómo va evolucionando el problema de inseguridad en el Estado.
¡Ojo! Esta es una célula ciudadana que está encargada de vigilar las acciones de la autoridad en materia de seguridad; claro, si la autoridad tuviera voluntad de ser vigilada.
No hay justicia para Dayana, Javier Valdez, Miguel Ángel Camacho o el profe Ezequiel Ibarra, asesinados este año...
Esa ni “chicoteando”, marchando o rezando se puede lograr.
El calvario de los
independientes
El domingo se cerró el plazo legal para el acopio de firmas y sólo tres de los cinco aspirantes a candidatos a diputados federales, por la vía independiente en Sinaloa, tienen posibilidades de completar el 100 por ciento de las rúbricas.
Esto al cierre del plazo legal para diputaciones federales que terminó el 17 de diciembre.
Según el último corte del INE, Paúl Alfonso de Santa Anna Báez, mejor conocido como “Ponchilín”, y Humberto Alfaro Bedoya juntaron el 100 por ciento de firmas válidas.
Ambos compiten por las candidaturas sin partido en los distritos 02, de Ahome, y 05 de Culiacán, respectivamente.
Hay un tercer caso, el de Mario Rafael González Sánchez, aspirante al distrito 01 de Mazatlán y municipios del sur, que reunió las firmas requeridas, pero aún están en proceso de validación.
Todo bien, ya juntaron las firmas, pero ahora los aspirantes deberán ahora pasar otras pruebas, como si se tratara de una carrera de obstáculos o un reality show con dragones y montañas por vencer y conquistar.
La primera será demostrar que las firmas están distribuidas en la mitad de las secciones electorales del distrito por el cual se busca competir.
Y la segunda es el no haber rebasado el tope de gastos, fijado por el Instituto Nacional Electoral en 126 mil 4 pesos.
Mientras tanto a los candidatos de los partidos políticos sólo les basta alargar la mano y disfrutar de los propuestos millonarios que el sistema electoral pone a su disposición.