El hilo negro
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Si no lo es, una de las líneas de investigación sobre el asesinato del director del ISSSTE en Mazatlán, Miguel Ángel Camacho Zamudio, debería de ser el gran negocio que implica el movimiento ilegal de medicamentos dentro de la institución.
El médico asesinado era, por lo menos, muy valiente. Uno de los pocos directivos del Sector Salud que se ha animado a denunciar el robo interno de medicamentos.
Y como en este país los valientes viven muy poco, el simple hecho de que se haya atrevido a realizar una denuncia podría haberlo convertido en blanco de las mafias de que controlan el flujo de los medicamentos.
Estrella en declive
El ISSSTE fue durante mucho tiempo la institución estrella del Sector Salud mexicano. Mientras el IMSS se hundía, primero en la mediocridad y después en un desastre absoluto (con sus excepciones, por supuesto), el ISSSTE era el lado amable del sector salud.
Hace unos años, contar con ISSSTE era motivo de orgullo, las instalaciones eran mucho mejores que las del IMSS, los medicamentos se entregaban puntualmente y las filas nunca provocaban los sufrimientos que el Seguro Social imponía a los trabajadores.
Sin embargo, en los últimos años todo ha cambiado para los trabajadores del ISSSTE, el desabasto se ha convertido en la marca de la casa, las instalaciones quedan a deber, el servicio ya no tiene diferencia con el IMSS, síntomas todos de que la corrupción ha sentado sus reales en la institución.
El gran negocio
El negocio de los medicamentos en instituciones públicas es complejo, tiene varias aristas y generalmente es tolerado, tanto por las autoridades como por los pacientes desesperados por conseguirlos.
El primer negocio comienza con las compras a las grandes proveedores, hay una gran distancia entre lo que necesitan los pacientes y lo que le conviene al negocio de unos cuantos, de ahí que las farmacias del IMSS, ISSSTE y otras instituciones de salud estén atiborradas de medicamentos que nadie necesita, y al mismo tiempo no se puede surtir una receta.
El segundo problema es el robo hormiga, realizado por trabajadores de la institución: en una ventanilla niegan la existencia de la medicina, mientras por otra se la venden a los usuarios desesperados.
Que el usuario tiene parte de la culpa no hay duda, pero nadie debería de verse obligado a buscar un medicamento por fuera.
El alejado Gobierno
¿Sabe usted cómo se llama el nuevo Secretario General de Gobierno?
Es una buena pregunta.
Esta administración que inició el 1 de enero, o al menos legalmente así fue, pareciera que gobierna desde su oficina.
O eso es lo que dice porque la palabra gobernar les está quedando grande.
A Gonzalo Gómez Flores no se le conoce ni el rostro ni la voz.
Más de un ciudadano si lo ve en la calle no lo reconoce. Vive alejado de la gente, de la población.
Si el propósito es que la gente no le pida algo, creo que la estrategia está funcionando, pero si un gobierno no sirve a sus ciudadanos, entonces ¿cuál es su propósito?
Son pocos los eventos públicos a los que asiste y siempre tras la sombra del Gobernador.
Por cierto, dicen que Gonzalo Gómez fue uno de los regañados por el Gobierno federal, luego de que Noroeste difundió que Quirino sabía de la requisa de Ríodoce y la Pared, y no hizo nada.
Sin dinero
y con dinero
Pese a que esta condición ha sido señalada desde el inicio de esta administración municipal, basta con echar un ojo al espacio de transparencia de las licitaciones y adquisiciones del Ayuntamiento de Culiacán para ver que la verdad no hay dinero para obras.
Pero lo peor es que haya dinero disponible pero por falta del tacto, la chamba de los funcionarios y hasta el oportunismo de algunos dueños de propiedades no se realicen las obras.
Desde hace un par de semanas, el Presidente Municipal de Culiacán, Jesus Valdés Palazuelos, ha anunciado lo que sería su primer obra importante, sin contar el pluvial del Pedro Infante: la conexión del circuito vial exterior y otras complementarias como el acceso sur al Aeropuerto Internacional de Culiacán.
Pero las obras están atoradas porque los dueños de terrenos por donde pasarán las obras quieren vender muy caro.
Esto no es algo nuevo, durante la administración anterior hubo obras como la culminación del bulevar Miguel Tamayo Espinosa de los Montero, que no pudo conectarse con la carretera a Culiacancito.
Todo porque los dueños de los terrenos del último tramo quieren vender a precios altos.
El Ayuntamiento ya una vez echó mano de la expropiación, para destrabar una obra en el pasado, aunque no creemos que eso sea bueno para las aspiraciones del Alcalde de reelegirse, pero tampoco le ha ayudado la falta de obras por la ciudad.
Con que no salga con su segundo piso.