Días de soltar
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Nada como dejar, nada como soltar, nada como contemplar. Vienen días para poder hacerlo. Sólo tienes que desearlo. Sólo necesitas tumbarte en el sofá o en la hamaca. Ver al techo; ver al horizonte; ver a tu interior.
¿Qué necesitas soltar? Será la necesidad de controlarlo todo, de que los demás hagan las cosas como las haces o las harías tú; como las quieres tú. Quizá por eso todo lo haces tú, para que salgan bien, porque sin ti no se puede. ¿Te suena?
O necesitas soltar esa preocupación. Ese detalle que no puedes resolver porque no te toca a ti, sino a alguien cercano, pero que es tarea de él o de ella. Y haces lo imposible para “ayudar”, pero lo que deseas es que la persona resuelva como tú consideras que debe ser.
¿Podrías soltar al auto exigencia por un momento? El dejar esa necesidad de hacerlo todo bien, que se note, que lo noten. Esa culpa o esa frustración porque las cosas no salen perfectas o no están ordenadas.
¿Y qué tal si, sólo por hoy, no tienes el poder y el control sobre los demás? El estarles diciendo lo que deben y no deben hacer; el estar fiscalizando, el estar recordando, el estar ordenando, aunque lo hagas suavecito, dulcemente.
¿Y si permites que tu hija o hijo se equivoque? Sin miedo ni espanto, porque seguramente aprenderán de ello. Porque sacarse un 6 no significa que seas mamá se 6 o de 10 si esa es su calificación.
¿Y si sólo por hoy practicas la compasión contigo misma? Es empatizar contigo misma y darte cuenta de tus dolores y sufrimientos y ofrecerte cómo aliviarlos, amorosamente.
Vete de vacaciones. Descansa de la cocina y del orden. Olvida un momento el deber ser. Come y bebe; ríe y canta, baila. Disfruta del agua y del sol. Olvida, olvida.
Y el próximo lunes, cuando regreses a la “normalidad” vendrás renovada para enfrentar tus retos con una nueva actitud. Y por favor, lo que soltaste porque no te sirve, no lo vuelvas a agarrar. Déjalo que se vaya al infinito. Será una piedra menos que cargas en tu mochila de vida. Felices días de recogimiento.
Un abrazo solidario a la familia Silva Gastélum, en especial al Licenciado Silvino Silva Lozano, mi primer jefe y director fundador de Noroeste.
Para reflexionar
¿Qué necesito soltar para vivir más ligera?
zamudioangelina@yahoo.com.mx