Despiertan los políticos
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Como si renacieran de las cenizas o de un panteón olvidado, los políticos enterrados por la pandemia comienzan a levantar la mano, en espera de una oportunidad de regresar por un hueso.
Hay pocas novedades, casi siempre son los mismos, algunos con colores nuevos, pero ya desgastados por el oficio. Si acaso en Morena se ven rostros nuevos, herederos del tsunami que los elevó a las alturas del poder, algunos por cierto muy mareados.
El asunto es que las hordas de muertos vivientes, perdón, de políticos reciclados, ya están de vuelta, listos para pelear dentro de sus partidos por las candidaturas que estarán de a peso, todos con el hambre de haber estado en la banca desde el 1 de julio, cuando los ahogó el tsunami.
La verdad llegan tarde, en otra época ya estaría el horno caliente y sabríamos quién iría con quién, pero las condiciones de excepción que vivimos en estos momentos retrasaron todo, y ni siquiera sabemos si se retrasarán todavía más.
Los beneficiados
Algunos de los principales beneficiados de la “tregua” política a la que nos obligó la pandemia han sido los gobernadores.
En el pasado, un gobernador antes de un año de dejar el poder ya había perdido gran parte del poder que ostentaba, en favor del que venía a ocupar su posición.
El régimen priista de antaño coronaba reyes y cuando veían en el horizonte al nuevo, inmediatamente abandonaban al antiguo para besarle los pies al venidero.
En Sinaloa, el control político que mantiene el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, la ausencia real de un partido poderoso sobre él y la pandemia han jugado a su favor para que siga manteniendo el control casi total del tablero político local.
Claro, el otro gran jugador es el Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero mientras el tabasqueño mantenga las manos fuera de Sinaloa, Ordaz Coppel seguirá manteniendo el poder.
El control del poder de Ordaz Coppel es tal en Sinaloa, que seguramente le alcanzará para decidir quiénes serán los candidatos dentro del PRI y de varios partidos satélites del tricolor.
Pero insistimos, toda su estrategia estará supeditada a los movimientos en la Ciudad de México, donde López Obrador mantiene el control político del País.
La chiquillada
Pero ¿qué pasará con “la chiquillada”?, todos aquellos partidos que parece que andan a la pepena de lo que queda, de las sobras de la política.
Aquí entramos en un terreno muy interesante y les vamos a dar un ejemplo.
Nos enteramos que durante la última visita del líder del CEN de Morena a Sinaloa, Alfonso Ramírez Cuéllar, les dejó muy claro a sus partidos con los que irá en alianza las migajas por las que pueden pelear.
Morena irá por la Gubernatura y las tres grandes ciudades: Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, el resto es para que se repartan el PT, el Verde y el PES.
Así las cosas de claras y para que de una vez se pongan a chambear en lo que le toca a cada quién.
El PRI todavía no tiene muy claro con qué partidos irá en alianza o coalición, pero lo que sí queda claro es que el gran elector es Ordaz Coppel y seguramente palomeará cada una de las candidaturas, por más pequeñas que estas sean.
El género
Un elemento que tendrá una enorme importancia en estas elecciones y que nadie debe perder de vista es la cuestión de género.
Hay que recordar que los partidos tendrán que decidir qué estados y qué municipios dedicarán a candidatos hombres o candidatas mujeres, algo que podría modificar toda la competencia.
Imagine que el PRI o Morena decide competir con una mujer en Sinaloa por la Gubernatura, o que tal o cual municipio debe de tener una candidata y no un candidato.
El asunto se pone muy interesante porque entra una nueva variable que en cada elección ha ido tomando mayor fuerza.
Por lo pronto, ponga atención y podrá darse cuenta que los políticos están de regreso y se alistan para pelear a muerte por el hueso.
Educación a distancia y la realidad
Llama mucho la atención cómo en las últimas fechas nos hemos dado cuenta del dinero que no se ha aplicado en lo que va del año para cuestiones que por lógica o sentido común deberían ser una prioridad. Sobre todo por el contexto en el que estamos.
Una llamada con el representante de los grupos indígenas de un lugar como Villa Juárez, irónicamente tan cerca de la capital del estado, pero tan lejos de la atención de los servidores públicos, fue suficiente para hacernos ver que pagar millones por estadios nuevos sigue siendo algo que no cuadra con nuestra realidad.
Y a ellos puede usted sumarle la insistente inversión en lugares para promocionar el turismo y darles, directamente, mayor atención y recursos a quienes más tienen en el estado.
Dice Juan López García que en Villa Juárez hay colonias sin luz con niños indígenas que deberían ir a la escuela, pero por las estrategias contra la pandemia del Covid-19 esto ya no es posible.
Y si eso ya era un reto para la misma comunidad, esperar que estos chicos tengan computadoras, celulares, tablets o televisores es algo que se aleja mucho más de la realidad.
Villa Juárez, lo han dicho en muchas ocasiones, es uno de los lugares en Sinaloa que mayor atención requiere de las autoridades y esta nueva de denuncia se suma a otras que podrían solucionarse con la misma educación.
¿Por qué las cosas seguirán tan volteadas?
De los más de 120 millones de pesos que no se han aplicado este año de recursos públicos para la educación, 15 millones de pesos son precisamente para los grupos vulnerables.
¿Cómo dormirán por las noches los funcionarios que deberían encargarse de ayudar a estos grupos y en seis meses del año no han movido un dedo?
Lo que pasa en Sinaloa a diario nos sorprende, sigue pareciendo increíble que las decisiones se tomen casi siempre ignorando a los más necesitados.