¿Qué esperamos del nuevo gobierno?
09 julio 2018
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Mazatlán decidió por cambiar de Gobierno municipal, negando la reelección a su Alcalde Fernando Pucheta y entregando el poder a un nuevo equipo, comandado por Luis Guillermo “El Químico” Benítez.
Las urnas decidieron el cambio, por lo que Benítez y su equipo tendrán la oportunidad de dirigir los destinos de la administración porteña y ahí cabe la siguiente pregunta.
¿Qué esperamos del nuevo gobierno?
Antes que nada que observe todo lo que se ha hecho mal durante décadas y mejore las cosas que hay que mejorar, y que son muchas.
Pero también es igual de importante que se respeten las cosas que se hacen bien en Mazatlán y que han costado muchos años.
Mal haría “El Químico” en comportarse como los políticos de los partidos tradicionales y que llegue cambiándolo todo, simplemente porque puede hacerlo.
Esperamos un Gobierno sensato que sume y no que reste, que construya sobre lo que está edificado y no que quiera volver a comenzar de cero.
“El Químico” caminó solo durante años buscando una oportunidad para gobernar y ahora que lo ha conseguido comienzan un montón de aventureros a rodearlo como si fueran la respuesta a los problemas de la ciudad.
A levantar
lo que quedó
El PRI municipal de Mazatlán se mantiene noqueado.
Hasta ahora nadie se ha atrevido a llamar a una reunión para recoger los deshechos que ha dejado el “tsunami” Morena.
La mayoría de los priistas de peso en el puerto dilapidó su capital político al salir a la intemperie a enfrentarse con el fenómeno AMLO, que parecía que pasaría de lejos y terminó pegando de lleno en todo Sinaloa.
Los grupos que actualmente se reparten lo que quedó del PRI son los siguientes: el grupo de Fernando Pucheta, el de Irma Tirado, el de Elsy López, el de Margarita Villaescusa y el de Maribel Chollet, todos perdedores.
Hay solo un grupo que se escapa a la lógica de los perdedores, el de Jorge Abel López Sánchez.
Jorge Abel no perdió en estas elecciones porque no le dieron oportunidad de competir, pero después del desastre es el único que salió ileso del “tsunami” y seguramente jugará esa carta.
De todos ellos saldrá el próximo PRI, claro, no sin antes sentarse a “reflexionar” sobre su futuro.
La única ventaja que tienen los priistas en estas horas oscuras es el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, finalmente tienen un líder que puede marcarles el rumbo.
Habrá que ver si a él le interesa enderezar el barco o termina dejándolo que se hunda.
Las migajas del PAN
Y si el PRI navega en aguas procelosas, el PAN parece haber encallado.
El PAN no solo perdió la brújula, quemó sus barcos a la hora de aliarse con el Partido Sinaloense y es el que presenta los mayores daños.
Los panistas ni siquiera tienen a un líder a quién voltear a ver, el PAN es un amasijo de deshechos que dispersó el “tsunami” y habrá que salir a recogerlos con recogedor y una carretilla.
Los tres principales grupos panistas en Mazatlán, el de Higuera, el de Felton y el de los Rice pasan por la necesidad de una reconstrucción que quizá les exija que se sacrifiquen si quieren que su partido tenga algún futuro.
La hecatombe viene desde el Comité Ejecutivo Nacional, donde se pelea una guerra a muerte para echar fuera a su líder, Ricardo Anaya. El hombre que quemó al partido para conseguir el combustible que le permitiera llegar a la candidatura presidencial.
Además, el PAN carga con el estigma de haber sido los más duros enemigos de Andrés Manuel López Obrador, el gran vencedor.
Sin poder en la Ciudad de México ni en el estado, el PAN deberá sujetarse de los hilachos que quedan de sus caciques regionales, una posición muy endeble de cara al futuro.
¿Y Morena?
Morena tiene el poder, lo que automáticamente le pone los reflectores encima y le produce un desgaste natural, el de estar sentado en una silla a la que todos miran.
Además Morena ha provocado una inmensa expectación, a la que sus líderes deberían de estarle bajando los decibeles, para evitar el desencanto.
Morena tiene de dos sopas: o lo hacen bien, o lo hacen bien, con ellos no hay más, México entero votó por ellos y todo el País espera que comiencen a resolver los problemas.
Y Sinaloa no es la excepción, a los sinaloenses se les habló de paz, de justicia social, de amor, de igualdad, los valores fundamentales que el ser humano ha perseguido siempre, y si pasan los meses y todo sigue igual comenzarán los reclamos.
El reto es grande, pero Morena tiene algo a su favor: lo que hagan bueno se va a notar. En una tierra donde las buenas noticias son “agua de mayo”, cualquier acción positiva será aplaudida rápidamente.
Además, los mexicanos ya nos merecemos unas de cal por las que van de arena, ya se pusieron demasiados muertos, demasiada sangre y toda la paz, para tan poquita recompensa.
Es hora de los ciudadanos y Morena tiene la palabra.