Propuesta para hoy

Guillermo Osuna Hi
07 junio 2015

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Hoy son las elecciones. En un País en el que han recortado dinero para todo, incluidas la salud y la educación, mantenemos montón de partidos, llevamos meses gastando en campañas y soportando una publicidad insoportable, llena de promesas que ya sabemos no se van a cumplir.
Durante años propuse el abstencionismo (en estas mismas páginas y en otros foros), por considerar que es una manera de mostrarles a los poderosos nuestro rechazo a su modo de hacer las cosas y de gastar el dinero. Hoy sé que eso no sirve de nada, porque aunque ganen con pocos votos, de todos modos ganan y no les importa aprender ninguna lección.
Hay quienes proponen nulificar el voto, pero el resultado, a fin de cuentas, es el mismo.
A estas alturas de nuestra democracia, con todo y lo mucho que sí hemos ganado, lo único que puedo decir es que siento las misma indignación de muchísimos ciudadanos porque el INE, las campañas políticas y elecciones son exageradamente costosos, los partidos pura corrupción y la mayor parte de los candidatos no sólo son impresentables sino lo que sigue de eso.
Pero por otra parte me pregunto, ¿qué otra forma existe de funcionar democráticamente? Todavía no se conoce ninguna que no pase por el voto.
Entonces, lo que sí se podría hacer es encontrar otra manera de hacer las elecciones. ¿Cuál?
Por ejemplo la que propone el caricaturista español El Roto: "Solo votaremos a partidos low cost".
Sí: esa es la mejor propuesta que he escuchado en siglos. Partidos austeros, campañas baratas, candidatos que se presenten con sencillez y no prometan lo imposible.
Es lo que ha estado haciendo en Italia Beppe Grillo, un cómico que fundó un movimiento político, cuya principal propuesta es no participar en nada con los partidos tradicionales, no aceptar sus modos de hacer política, negarse a las alianzas, los favores, los compromisos, todo para no reproducir el viejo modelo de la política.
Parece poca cosa, pero cambia todo. Por una parte resuelve la contradicción, porque sigue considerando al voto como instrumento fundamental de la democracia, pero por otro, se niega a toda la faramalla, la corrupción, el gasto y la mentira en la forma de hacer política.
Algo debe estar bien en esa propuesta donde ya tiene más de diez millones de ciudadanos que lo siguen, y eso sin publicidad, sin que los medios le abran sus puertas, sin que haga ninguna promesa. Simplemente porque como él dice: lo que va a cambiar las cosas es hacerlas de otra manera, pero hacerlo ya, y no decir que se va a cambiar cuando se llegue al poder.
El camino entonces es el siguiente: si queremos realmente modificar la forma de hacer política, hoy tenemos que elegir a los que menos gastaron, a los que menos lugares comunes prometieron, y sobre todo, a los que sabemos que en sus puestos y cargos anteriores cumplieron o no fueron corruptos. Esto último es sin duda lo más difícil. ¡En la competencia hay cínicos que después de lo que hicieron, todavía quieren volver a otro cargo o imponer a sus delfines! Pero nosotros debemos repudiarlos sin miedo, mostrarles que ya sabemos quiénes son, que no nos engañan y sacarlos de la política a golpe de votos.
Hoy no debemos votar por los partidos, pues no hay uno que se salve, sino por las personas. Me parece que así podríamos conseguir algunos políticos mejores.
Por cuál de los candidatos votar, es algo que sabe cada ciudadano en su entidad federativa, porque los conoce. En el DF, hay algunos candidatos a jefes delegacionales (Bertha Luján, Claudia Sheinbaum, Pablo Moctezuma Baragán, Jenny Saltiel de Morena, la panista Xóchitl Gálvez) y alguno que otro Diputado que merecen nuestro voto. La lista es pequeña porque muy pocos son a los que su pasado no condena.
Hace un par de semanas, antes de las elecciones que tuvieron lugar en España, el filósofo Emilio Lledó dijo: "Ojalá este domingo regrese la decencia". ¿Podremos lograrlo hoy?



Escritora e investigadora en la UNAM
sarasef@prodigy.net.mx
www.sarasefchovich.com