La caída
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El Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres, comenzó de forma temprana a evidenciar la decadencia de los políticos mexicanos: comienzan con deshacerse de todos los que lo acompañaron para llegar al poder y terminan con la paranoia de ver traidores por todas partes.
Como un rey afectado por los efectos del poder, encerrado en una torre, ciego y sordo, se limita a aferrarse al poder de manera enfermiza, gritando que le encantaría ser Gobernador cuando ni siquiera sabe si le darán la oportunidad de competir por la reelección.
¿Realmente, señor Alcalde, usted cree que a los sinaloenses les interesa que usted sea el próximo Gobernador? ¿Acaso no sabe, que en política, el último que revela sus intenciones es el aspirante? ¿Qué no se ha dado cuenta que está rodeado de aduladores y que los únicos que le aplauden reciben un cheque de su Gobierno?
La soledad del poder
Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres soñó con el poder cuando recorría las calles de las colonias populares de Mazatlán, rodeado con apenas un pequeño grupo de personas que lo ayudaron cuando el poder era una quimera.
De aquel pequeño grupo que llegó con él al Ayuntamiento, arrastrados por el tsunami de Morena, quedan unos cuantos a su lado, la mayoría se fue descolgando en el camino, decepcionados por un político que fue mejor como candidato, que como gobernante, que es más bueno en el terreno de los sueños, que en la realidad.
Alrededor de “El Químico” quedan los “arribistas” del poder, funcionarios reciclados de otras ciudades y otros partidos que llegaron cuando ya estaba todo listo; eso sí los que llegaron desplazaron a los que ya estaban, superándolos ampliamente en capacidad para las intrigas palaciegas.
La semana pasada se fue el último de los guardianes de “El Químico”, el hombre que lo acompañó desde los inicios y aunque no era un morenista consiguió asentarse como su mano derecha: David Torrentera.
Bomba de tiempo
El divorcio entre David Torrentera y el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres, viene de tiempo atrás, miembros del Ayuntamiento sitúan el origen de las desavenencias en el viaje a Europa.
Cuentan que cuando regresaron de España, Francia y un país vecino ya nunca fueron los mismos, desde entonces se instaló en ellos la enfermedad de la lucha por el poder.
“El Químico” y Torrentera jugaron un juego muy peligroso: se pusieron a futurear y con el poder en la mano soñaron que uno iría por la Gubernatura y el otro por la Alcaldía.
El problema es que conforme pasaron los meses, el Alcalde se dio cuenta que su amistad con el gran elector de Morena, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ya no era la misma, así que la Gubernatura comenzó a ser un sueño cada vez más lejano.
Y como la Alcaldía no se puede dividir en dos, un día “El Químico” y Torrentera se despertaron peleando por el mismo hueso y usted sabe que el hilo se rompe siempre por lo más delgado.
La otra bomba
Pero aún la reelección por la Alcaldía de Mazatlán no es algo seguro para Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres, los excesos, su trato despótico, el derroche y la falta de transparencia han ido desgastando su capital político.
Los malpensados dicen que la salida de David Torrentera puede ser muy peligrosa para “El Químico”. Recordemos que Torrentera es uno de los pocos que conoce el contenido del maletín del Alcalde, era ¡el que se lo cargaba!.
El ex funcionario puede ser un duro dolor de cabeza para “El Químico” porque, además, tiene contactos en Morena a nivel nacional y puede explotar alguna bomba a nivel interno.
La otra bomba que le puede explotar al Alcalde mazatleco se llama Elsa Bojórquez Mascareño, la Síndica Procuradora del Ayuntamiento de Mazatlán y la enemiga más poderosa que se ha construido “El Químico”.
Emerge Elsa
Elsa Bojórquez Mascareño es la antítesis del Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres y la protagonista de una denuncia en contra del Mandatario que se ha convertido en un explosivo retardado.
Es todo lo que no es “El Químico”: transparente, valiente, honesta, sin ambiciones políticas, voluntariosa y trabajadora.
Y además es exitosa en su trabajo porque denunció al Alcalde de violencia política y acoso laboral contra mujeres y le ganó el caso ante el Tribunal Estatal Electoral de Sinaloa.
El tribunal urgió al Alcalde a disculparse con la funcionaria, pero su infinita soberbia le impidió acatar la resolución y ha contrademandado intentado echar abajo la resolución del instituto.
El caso es que cada vez que el Alcalde se niega a disculparse con la única funcionaria que investiga la corrupción dentro del Ayuntamiento, la figura de la Síndica Procuradora crece y actualmente es la funcionaria con mayores posibilidades de convertirse en candidata a luchar por la Alcaldía de Mazatlán, por Morena.
Pero ella contesta que no le interesa, que solo está ahí para hacer su trabajo: una bofetada con guante blanco para un Alcalde que no se cansa de repetir sus ambiciones políticas.