El sacrificio del arte
01 febrero 2019
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La política de austeridad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene sus primeros efectos colaterales, las áreas de cultura, encargadas de promover el arte en el País, comienzan a sufrir los “ahorros” de un gobierno que quiere reducir el gasto.
Una de las primeras decisiones en materia de cultura, desde el Gobierno federal, consiste en apoyarse en los gobiernos estatales, lo que podríamos traducir en “pasarles la bolita” o quitarse responsabilidades de encima.
Si a eso le sumamos el esfuerzo que hacen las principales universidades del País para adecuarse a los nuevos tiempos donde se gastará menos y se transparentará más, los recortes se realizarán en todos los niveles.
Y por último nos quedan los gobiernos estatales y municipales, donde los presupuestos nunca alcanzan y donde el arte siempre ha sido una excepción.
El ISIC
El Instituto Sinaloense de Cultura es uno de los organismos promotores del arte que tienen garantizado el sufrimiento con los recortes.
Con una nómina obesa y un aparato burocrático tan excesivo, que hasta el Gobernador Quirino Ordaz Coppel se ha quejado cuando revisa los números, no se ve por donde el ISIC pueda levantar cabeza.
A pesar de los esfuerzos del actual director del ISIC, Papik Ramírez, y sus denuncias por los recortes a nivel federal, la verdad es que heredó un “elefante” incapaz de moverse, imaginen, los recursos apenas les alcanzan para la nómina y cualquier recurso que pasa por sus manos se va en los gastos de la institución.
Y cuando hay hambre y necesidades por todos lados, la cultura se vuelve un asunto secundario.
Premio Mazatlán de Literatura
Uno de los premios artísticos más emblemáticos de Sinaloa es el Premio Mazatlán de Literatura, con una larga tradición y reconocimiento a nivel nacional, pero ahora se enfrenta con problemas para conseguir el dinero para el premio.
Tradicionalmente el premio de 100 mil pesos que entrega el Premio, a través del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, proviene de las arcas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, algo que podría cambiar este año.
El año pasado, la UAS presentó sus propios premios literarios con una respuesta inusitada, han recibido tal cantidad de obras para concurso, que difícilmente van a querer seguir apoyando premios fuera de la institución.
Y si nos regresamos a que la universidad se prepara para una nueva época de austeridad, su apoyo al premio Mazatlán parece condenado.
Actualmente la solicitud del apoyo económico para el premio se encuentra en el escritorio del Rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra Liera, pero aunque no es oficial, difícilmente saldrá ese dinero rumbo al área de cultura mazatleca.
¿Quién pagará el premio? En otros tiempos Raúl Rico, el ex director, lo conseguiría de un telefonazo con algún empresarios mazatleco, amante del arte, pero eso es historia, hoy le pasarán la cuenta al Alcalde, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres.
Las dos ferias del libro
Y en medio de la crisis presupuestal para las áreas culturales de Sinaloa y de México, en Mazatlán se vive una realidad única, cuando nadie tiene dinero para hacer arte, los mazatlecos se disponen a organizar dos ferias del libro.
Dos ferias del libro, no una, sino dos. La primera es la tradicional Feria del Libro que financia la UAS y la segunda es una feria organizada con el apoyo de Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica.
Las ferias se anuncian para marzo y abril, las dos en un momento donde la austeridad es la política predominante.
Sin dinero y con escándalo
En los últimos años, los mazatlecos se han acostumbrado a vivir en una ciudad donde los eventos culturales son parte del paisaje de la ciudad.
El Carnaval como origen y destino del movimiento cultural, conciertos, ópera, teatro y una Escuela Municipal de Arte han hecho del puerto un destino cultural de importancia, no solo en Sinaloa, sino en la región.
Sin embargo, todo este movimiento se antoja muy frágil y en riesgo ante los recortes presupuestales. Además, la salud de la cultura en el puerto respondía en gran medida a los esfuerzos del ex director del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, Raúl Rico.
La realidad es que el presupuesto para cultura en Mazatlán solo alcanza para organizar el Carnaval y pagar la nómina de sus empleados, la mayor parte del esfuerzo cultural se hacía con donativos y recursos de programas nacionales e internacionales, algo que difícilmente llegará ahora.
Para enrarecer aún más la situación, ayer por la tarde, un boletín del instituto anunció que su director actual, Óscar Blancarte, se “distanciará” del proceso de elección de Reinas infantiles.
La razón: el señorón publicó una foto en sus redes cenando con la mamá de una de las candidatas a reinitas de la fiesta grande, algo así como echarle gasolina al fuego que consume siempre a los concursos del Carnaval.
Alguna vez comentamos en esta columna que la decisión de retirar al equipo que profesionalizó la cultura en Mazatlán le daría más de un dolor de cabeza al Alcalde mazatleco, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres.
Lo mejor es que el Alcalde se vaya comprando una caja de aspirinas, porque esto apenas comienza.
Que van las leyes
Después de la queja de la bancada de Morena, que se quejó de que el Gobierno de Quirino Ordaz Coppel les congeló dos propuestas de leyes, funcionarios del Gobierno estatal respondieron con un: “serenos morenos”.
Las leyes que reclaman los morenistas son las de Austeridad y la de Remuneraciones, dos proyectos de ley que se aprobaron, pero que no han sido publicados en la diario oficial, permitiendo que entren en vigor.
Sin embargo, ayer mismo se supo que una de las leyes se publicará hoy, la de Austeridad, mientras la otra espera el trabajo de leyes similares en la federación, lo que le permitiría entrar en vigor en días o semanas.
Malecón es columna institucional de esta casa editorial.