El infierno es para los niños
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La violencia familiar se ha intensificado con el encierro obligado por la pandemia del Covid-19 y los que llevan la peor parte han sido los niños y las niñas.
Es cierto, los menores andan que no se aguantan por el encierro y para ellos quizás es más difícil comprender la obligación de estar confinados.
A nadie afecta más el encierro que a los niños, al grado que en algunos países se están tomando decisiones pensando en ellos.
En España, el inicio a la vida normal será gradual, pero los niños serán los primeros a los que permitirán salir acompañados de sus padres, para que puedan pasear.
En marzo, para darle un ejemplo, el Consejo Estatal para Prevenir y Atender la Violencia Familiar registró un total de mil 6 llamadas de violencia familiar, donde en el 80 por ciento las víctimas resultaron ser niños.
Los reportes casi siempre vienen de los vecinos que escuchan gritos o ruidos que les permiten saber que están pegando a los niños.
Este problema ya obligó a establecer, a nivel federal, un protocolo de seguimiento de los casos de violencia hacia niños, niñas y adolescentes que sean denunciados a través de las líneas de emergencia durante el confinamiento.
Cuidar con paciencia a nuestros niños y niñas es de vital importancia.
La educación es clave
Uno de los principales retos que tendremos en los próximos meses será el de retornar a los niños y a los jóvenes a las dinámicas escolares.
Los expertos prevén que muchos jóvenes regresarán motivados a las aulas, pero algunos otros habrán perdido la motivación, cada día que pasan lejos de la escuela es un riesgo de que muchos pierdan las ganas de seguir estudiando.
También se darán los casos de los niños que sientan miedo al virus, algo que pocos o nadie quiere reconocer es que seguramente nuestros estudiantes regresarán a la escuela cuando el virus siga en las calles.
Todos esperamos que casi por arte de magia aparezca una vacuna que disperse para siempre al Covid-19, pero los expertos aseguran que seguiremos viviendo con el virus durante un largo tiempo.
Y en esa espera a la solución de la pandemia la educación es clave, ojalá que seamos capaces de regresar a las escuelas con seguridad y que los estudiantes puedan retomar su vida escolar.
Las buenas
Con la entrada de la Fase 3 se han anunciado acciones o recomendaciones que para muchos caen en los excesos.
Muy bien la aceleración en la sanitización en todos los rincones de las ciudades.
Bien, que no permitan la circulación de automovilistas con las unidades llenas de personas por todo Culiacán.
Bien, el exhorto a que permanezcan en sus casas, y que no se concentre la atención solo en los centros de las ciudades.
Muy bien los retenes sanitarios que se han instalado en varias ciudades, incluyendo el de las carreteras, filtros que de alguna manera funcionan como las primeras barreras al virus.
Todo eso está bien que se intensifique... pero otras acciones no convencen o enojan bastante.
Y las no tan buenas
Hay algunas medidas sanitarias que se han tomado que no terminan por ser los buenas que quisiéramos.
Una de ellas es la de la atención en los bancos, donde se decidió que la gente permanezca afuera de las instalaciones para evitar las aglomeraciones, sin embargo, la gente es obligada a estar durante horas bajo el rayo del sol, en filas donde la sana distancia es relativa.
Lo primero que deberían hacer los bancos es agilizar el servicio y no obligar a sus clientes a esperar tanto tiempo.
Los llamados de los ayuntamientos para entregar despensas y otros apoyos también han provocado aglomeraciones innecesarias, donde se privilegia el amontonamiento y no el cuidado por evitar los contagios.
Los estacionamientos de los supermercados con menos de 20 vehículos también se siente extraño, así como la prohibición de todo lo que no sea esencial, cuando sabemos que hay necesidades muy personales.
El riesgo de prohibir
La prohibición de la venta de bebidas alcohólicas ha reactivado el bajo mundo de la venta de cerveza y licores, un problema que las autoridades no han combatido nunca, y sólo ha encarecido el producto.
Lo preocupante de esta medida es que aumentarán los actos de corrupción y veremos actos de violencia a medida que esto se alargue.
Y no es que queramos que los expendios continúen abiertos, pero las prohibiciones siempre terminan enriqueciendo a los delincuentes.
Los mercados clandestinos siempre han dejado jugosas ganancias, no en balde hay personas que han hecho de lo prohibido sus ganancias.
Aquí la intención de las autoridades no tiene ningún fin comercial o económico, la idea es inhibir las aglomeraciones causadas por el alcohol, algo que por lo menos se está consiguiendo, aunque no podemos ignorar que siempre va a existir alguien que consigue alcohol de manera ilegal.
Un Presidente cada vez más solo
Las decisiones del Presidente Andrés Manuel López Obrador comienzan a dejarlo más solo que nunca. Desgastado por el enorme reto que implica la emergencia sanitaria, no consigue posicionarse como el líder que enfrenta el peligro en favor de sus gobernados.
Su última decisión en materia económica, donde cancela subsecretarías y temas poco trascendentes, pero que mantiene sus proyectos personales, en lugar de favorecer su imagen la demeritan.
El mensaje es muy sencillo: soy capaz de sacrificarlo todo para sacar adelante la economía mexicana menos mis proyectos personales.
El peor de todos es su aferramiento en construir una refinería, un proyecto que en una época donde el petróleo quiere despedirse del mundo, no tiene futuro, él se aferra a él como si fuera a salvar a México con gasolina.
La era del petróleo se apaga minuto a minuto y en su lugar nace la industria de las energías renovables, pero nuestro líder mira al pasado y sigue gastando nuestros recursos en tecnología que deberíamos estar jubilando.