El Consejo Estatal Electoral ha cometido el grave error de no informar a la opinión pública la razón por la cual dejó sin contar los resultados de 127 casillas

17 noviembre 2004

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Gilberto Yáñez

Triunfo difícil Aunque los resultados oficiales definitivos se darán a conocer probablemente hasta el jueves, el Consejo Estatal Electoral ha dado a conocer que la información que arroja el Programa de Resultados Preliminares, de la elección a Gobernador, indica una pequeña ventaja para el candidato del PRI, por sólo 9 mil 594 votos más que el candidato del PAN. Es importante destacar que el PREP es un ejercicio estadístico que muestra tendencias, no resultados exactos, por lo que en un resultado tan cercano de los dos candidatos, es indispensable esperar hasta obtener el recuento final oficial para tener la certeza del ganador. Lo que confunde a los electores es que tanto el candidato del PRI como el del PAN aseguran haber obtenido el triunfo, como si esa afirmación preliminar y anticipada pudiera influir en el recuento final de los votos. El dirigente nacional del PAN aseveró que Heriberto Félix Guerra tiene el 46.2 por ciento de los votos, contra el 45.8 por ciento que posee Jesús Aguilar Padilla (Noroeste, noviembre 15); que esa ventaja resulta de la suma de los resultados de las actas que de cada casilla tiene el PAN y acusó al PRI de hacer publicidad de un triunfo que no existe, para confundir a los ciudadanos. Por su parte, el candidato del PAN cuestionó al Consejo Estatal Electoral por no haber realizado el recuento de todas las casillas, como había ofrecido. El Consejo Estatal Electoral informó que con el 96.66 por ciento de las casillas contadas, el resultado favorece al candidato del PRI con el 46.7 por ciento de los votos, contra el 45.6 por ciento obtenido por el candidato del PAN. Lo que no se nos dijo es por qué no se contaron los resultados del 3.34 por ciento de las casillas. La verdad es que el Consejo Estatal Electoral ha cometido el grave error de no informar a la opinión pública la razón por la cual dejó sin contar los resultados de 127 casillas, "debido a situaciones en las actas que impidieron la captura de datos", según dijo Enrique Vega Ayala, Coordinador de la Comisión de Organización y Vigilancia del Consejo Estatal Electoral, (El Debate, noviembre 16), con lo cual no explicó nada y en cambio, abrió la puerta a dudas, confusiones y especulaciones que en nada favorecen a la confianza de los electores en la autoridad electoral. Si hubo actas de casillas cuyos resultados no se contaron, debió explicarse clara y extensamente la razón por la cual fueron excluidos dichos resultados, sobre todo cuando los resultados preliminares indican una votación muy cerrada para los dos principales candidatos. Entre las personas informadas que conozco, la opinión general es que los integrantes del Consejo Estatal Electoral son personas confiables por su honradez, experiencia, preparación profesional y vocación de servicio público. Debieron informar lo que los ciudadanos queremos y debemos saber: la forma como se realiza el recuento de los votos y las explicaciones relativas a cualquier problema que se presente. ¿Por qué se suspendió el recuento preliminar a las 13.45 horas del lunes? ¿Por qué no se informó la razón por la cual se suspendió el recuento? ¿Existen irregularidades en las casillas cuyos resultados no se contaron? ¿Se anularán los resultados de esas casillas? Son cuestiones importantes que deben explicarse cuidadosamente. Ojalá que en Sinaloa no quede en suspenso la decisión oficial del candidato ganador, como sucedió en Veracruz, por la necesidad de esperar a que se resuelvan los recursos legales promovidos por los diversos partidos políticos, por supuestas irregularidades en el recuento final del los votos. Por otra parte, los resultados preliminares de la elección de diputados locales y alcaldes no muestran dudas. El PRI ganó la mayoría de los integrantes del Congreso y once de las 18 alcaldías del estado. El PAN ganó sólo 6 lugares en el Congreso, contra 18 del PRI, lo que indica que si se confirma el triunfo del candidato del PRI a Gobernador, el Congreso de Sinaloa seguirá aprobando todo lo que el Gobernador le exija. Es curiosa la forma como se produjo la votación, porque aparentemente el PAN recibió menos votos para diputado local que los que recibió para Gobernador. Si este dato se confirma cuando se tengan los resultados oficiales, tendremos un retrato muy singular del elector sinaloense, que por una parte divide su voto, pero sigue pensando que el Congreso no importa en el gobierno estatal, sin tomar en cuenta que los legisladores locales son los verdaderos amos de la política y de las decisiones importantes, además de que tienen la facultad de redactar la ley. El Gobernador sólo puede gastar lo que el Congreso le autoriza y sólo en lo que el Congreso le indica. Si el Congreso tiene mayoría de los partidos políticos de oposición, el Gobernador debe ser muy cuidadoso en el gasto público. Si los diputados son subordinados del Gobernador, el gasto público suele ser dispendioso. En las alcaldías, el PRI recuperó Escuinapa, gracias a la conocida indolencia del actual Alcalde del PAN, pero por su parte, el Acción Nacional ganó en Choix, Sinaloa, Navolato, San Ignacio, aliado con el PRD en este municipio, Mazatlán, Concordia y El Rosario. Siete alcaldes de un total de 18.El 38 por ciento del total. Pésima cosecha de alcaldes para el PAN, lo que demuestra que nuestros votantes siguen viendo al PRI como un partido político confiable, a pesar de todo. Cuidado. El PRD es el gran perdedor. Obtuvo sólo el 4.22 por ciento de los votos para Gobernador, si se confirman los datos preliminares. No ganó ningún diputado por mayoría y ganó un Alcalde, San Ignacio, pero aliado con el PAN. Esta información revela la falta de arraigo que el PRD tiene en Sinaloa y también la dificultad que enfrenta dicho partido para postular candidatos que convenzan a los electores. Los demás partidos políticos hicieron el ridículo. El PT obtuvo el 0.69 por ciento de los votos. El PVE recibió el 0.26 por ciento. Convergencia logró sólo el 0.29 por ciento. El Barzonista recibió el 0.40 por ciento. Entre todos lograron sólo el 1.64 por ciento del total de los votos emitidos para Gobernador. Cuando sepamos el número total de votos emitidos para elegir diputados locales, sabremos cuáles partidos políticos perderán su registro, porque nuestra ley electoral dispone que deben obtener un mínimo del uno y medio por ciento de la votación total emitida en la elección de diputados. Se discute si la cancelación del registro debe aplicarse a los partidos con registro nacional o si sólo debe aplicarse a los partidos políticos nacionales. La realidad es que si no se les cancela el registro local, cuando menos debe rehusárseles el derecho a recibir subsidio o financiamiento público estatal a los partidos con registro nacional que no cumplan con el mínimo de votación que exige la ley. También puede desde ahora concluirse que los electores que cumplieron con su obligación cívica y emitieron su voto fueron muy pocos, si tomamos en cuenta las circunstancias del estado y la transición del país hacia una democracia que deseamos sea permanente. Sólo el 54 por ciento de los votantes registrados en Sinaloa se interesó en participar en la vida política del estado y de su municipio. Sólo poco más de la mitad de los votos posibles, lo que demuestra que nuestra educación cívica sigue siendo muy deficiente. La negligencia electoral afecta a casi la mitad de los ciudadanos con derecho a voto. Si nuestro estado presenta un cuadro patético de pobreza, desempleo, analfabetismo y deserción escolar, no se entiende que exista un grupo tan grande de votantes negligentes o desinteresados. Sería interesante y útil conocer las razones por las cuales esos electores no votaron. Se tiene la posibilidad de información, porque en la lista o padrón de electores se tienen registrados a todos y se anota a los que sí votaron, lo que permite identificar a quienes no lo hicieron, para después iniciar un programa de consulta que nos permita conocer las razones que influyeron para tener una votación tan baja. Se menciona el costo del transporte público, como uno de los elementos importantes que participa en el abstencionismo de los votantes. Cuando la casilla está lejos y debe pagarse por acudir a votar, el votante duda, sobre todo si la pareja debe votar, con doble pago de transporte. Recordemos que la pobreza afecta a cuando menos el 60 por ciento de la población del país y Sinaloa no es excepción. También se argumenta que en los países desarrollados vota sólo la mitad o menos de la mitad del total de los electores registrados, pero en esos países se ha establecido que una gran parte de los votantes considera que debe votar sólo cuando los problemas económicos son grandes y debe cambiarse el gobierno del país. En Finlandia, país con pocos y prósperos habitantes, con economía tecnificada y con un ingreso individual muy alto, vota sólo el 35 por ciento de los electores. La diferencia entre esos países desarrollados y el nuestro, además de su prosperidad, es que tienen una democracia consolidada, lo que les permite confiar en la solidez de sus instituciones políticas y de su sistema de gobierno. La posibilidad de inestabilidad y de sobresaltos políticos y de acceso al poder de personas que pueden abusar de sus facultades son nulas, porque los controles de legalidad que tienen lo impide. Los ciudadanos saben que los integrantes del Poder Legislativo no pueden excederse en sus facultades, porque existe un Poder Judicial que lo impediría y que lo mismo sucedería si el Poder Ejecutivo quisiera abusar de su poder. Nosotros, en cambio, tenemos una democracia en la que un importante sector de los ciudadanos está todavía convencido de que la mano dura y las decisiones ilegales pero inmediatas y contundentes, son mejores que el respeto de la legalidad y de los derechos de las personas, aunque el gobernante autoritario tenga la tendencia invariable a abusar de su poder, como nos consta a los mexicanos, después de 70 años de dictadura sexenal. Por ello preocupan los resultados electorales de Sinaloa. No se aprecia interés cívico en los votantes y tampoco se encuentra la tendencia a afianzar nuestra precaria democracia con la participación decidida de los votantes. Lo único positivo es que los votos a la oposición, en el caso de la elección a Gobernador, demuestran que cuando menos, se dieron con menor diferencia que en otras elecciones anteriores. Falta saber si el número total de electores que ejercieron su voto, es superior al registrado hace 6 años.