Desastre pesquero
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Durante décadas, los gobiernos mexicanos han enfrentado los problemas del sector pesquero mexicano con diferentes estrategias, la mayoría con motivaciones electorales, a corto plazo y mucho, mucho paternalismo.
A nadie le ha importado pensar en un ordenamiento eficaz, una limitación de capturas, una modernización obligada de los equipos de pesca, en la creación de un verdadero equipo responsable de la vigilancia y el ordenamiento de la actividad.
¿Por qué? Porque el orden no acarrea votos y la creación de un equipo eficiente es caro, y los recursos han sido derrochados en ocurrencias y en el barril sin fondo de la corrupción.
No se necesita hacer un gran estudio para darnos cuenta que después de décadas de estrategias fallidas en la pesca el desastre es generalizado, estructural.
Hay miles de pescadores en la miseria, cientos de empresas en problemas y quizá lo más desastroso: nuestros mares han sido explotados de manera tan desordenada que ya no hay mucho que capturar o pescar.
Esto ha pasado durante años, la única diferencia es que los pescadores por fin se hartaron de promesas y despensas.
El hartazgo
Nuestros gobiernos saben el tamaño del reto que significa resolver el desastre en el sector pesquero, el reto es tan descomunal que prácticamente hay que comenzar de cero.
El problema es que estamos en el sexenio de la austeridad y de los proyectos (ocurrencias) de un Presidente y no hay dinero para ninguna otra cosa.
Los pescadores hace tiempo que se dieron cuenta de esto y no están dispuestos a aceptar la ayuda-limosna que ofrece el Gobierno federal al mes.
Después de décadas de esperar a que las promesas se hicieran realidad descubrieron el lío en que están metidos y salieron a bloquear la avenida frente a la Conapesca en Mazatlán.
Al Comisionado, Raúl Elenes, por su parte, le encantaría resolver el problema, no dudamos de sus buenas intenciones, el problema es que aceptó una dependencia vacía, sin recursos, y lo peor, cada día le arrebatan mayores atribuciones, que se le otorgan a la Secretaría de Marina.
El problema va para largo, el sector necesita una estrategia de País y el Gobierno federal solo ofrece la ayuda que le otorga a las personas vulnerables, algo así como condenar a los pescadores a convertirse oficialmente en pobres que necesitan ser ayudados.
La salida no es fácil, implicaría una dolorosa cirugía que dejaría a muchos pescadores sin posibilidad de competir, el ordenamiento ayudaría a muchos, pero sacrificaría a otros.
Y el dolor nunca ha ganado votos, además cualquier estrategia seria daría frutos a largo plazo y nuestros gobernantes nunca se han caracterizado por ser pacientes, funcionan con base en fechas electorales y la próxima es en julio del 2021.
Podrían ser más
Ayer se llevaron a cabo actividades por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, no podríamos decir celebración ni siquiera conmemoración, porque fue un día para exigir, fue el día del dolor para los familiares de los desaparecidos.
Leonel Aguirre Meza, presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa, advirtió que las cifras de desaparición forzada en Sinaloa son sólo una muestra de casos, y la cifra, él manejo 3 mil 500, podría ser mucho más alta.
Y eso por dos razones: la primera porque en muchos casos no existe una denuncia formal, por lo que no hay un seguimiento de las autoridades y la otra porque a las autoridades tampoco les importa mucho reflejar las verdaderas cifras.
Se dice que en México el promedio de desaparecidos es de 13 por día, y en la entidad hay 4 mil 852 personas desaparecidas y siguen sin ser localizadas, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Búsqueda en México.
Además recordemos que Sinaloa está en el top 5 en lo que a fosas clandestinas se refiere.
“No debería haber Día de los Desaparecidos, porque no debería haber desaparecidos. Este día es un día que duele. Este es un día para exigir, es un día para pedirle a las autoridades que ya no tengamos más desaparecidos”, expresó la lideresa del colectivo Rastreadoras del Fuerte, Mirna Nereida Medina Quiñónez.
La activista participó en las actividades por el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, en Ahome.
Y sí, es un día doloroso, para los familiares, para los amigos, y para esta sociedad que a veces sólo mira el trabajado de activistas y buscadoras de ladito.
Es un día para exigir, que no haya más desaparecidos. Urge una mayor empatía.
Ayer, Culiacán se “llenó” de desaparecidos, por todos lados los activistas pegaron carteles con los rostros de quienes no han sido encontrados, de quienes faltan en sus hogares, trabajos, escuelas, comunidades.
Fue un día de hacer visible lo que para muchos es invisible, el doloroso tema de los desaparecidos.
Las ‘aplaudidoras’ redes
Algunas acciones del Gobernador Quirino Ordaz Coppel se está acercando a límites de lo creíble.
No conforme con regodearse en las encuestas a su favor con el nivel de aprobación por encima del 50 por ciento, organiza sus propios sondeos a modo en Twitter.
Este domingo, decenas de familiares desaparecidos marcharon exigiendo justicia, y por la tarde pegaron carteles exigiendo la aparición con vida de sus seres queridos; mientras tanto el mazatleco estaba más preocupado por recibir elogios de sus seguidores en las redes.
El negocio de la pandemia
En vista de que ni la Federación, ni mucho menos el Estado, dota de equipo de protección suficiente y decente al personal de salud de Sinaloa, supervisores de atención médica han venido haciendo su negocio con esta necesidad.
Y es que en las oficinas de la Secretaría de Salud se ha dado la venta de cubrebocas KN95, de los supervisores a personal de enfermería y médico.
Una caja de 20 cubrebocas cuesta 800 pesos, acusa el personal adscrito a la Secretaría.
Es completamente reprobable que personal de oficina, con puesto de supervisión, lucre con el temor de los que se encuentran en la primera línea de batalla contra el Covid-19 en el Estado.