Y la delincuencia sigue ahí
El discurso que se repite una y otra vez ha sido el que busca retratar que México, y que Sinaloa, es hoy menos violento que antes, acompañado de una interpretación urgente de cifras con la que buscan respaldar lo dicho.
Sin embargo, la violencia, que deja un muerto, que deja tres o la que provoca una masacre, sigue manifestándose a lo largo del País y en la percepción general es que el País todavía sigue sumido en una racha violenta.
Tan solo Sinaloa, por ejemplo, señala que este año, al primer semestre, hay un 12 por ciento más de muertes que las que se tenían en el mismo período de 2022 y eso, sin duda, no es un atributo que señale que la pacificación está en camino.
Y entonces, la violencia no se ha ido del todo, ni siquiera una parte y las muertes siguen generándose porque hasta el momento no ha habido ninguna estrategia que logre minar las capacidades violentas de sus generadores: la delincuencia organizada.
Por eso, este martes se atrevieron a bloquear los accesos en La Palma, Navolato, después de un operativo emprendido por las Fuerzas Armadas y corporaciones locales. Por eso es que se atreven a atacar a autoridades de seguridad en Tamaulipas. Por eso, es que en Guanajuato pueden promover una masacre. Y no ha habido nada hasta ahora que pueda frenarlo.
Es verdad que en el País hay muchos asuntos por atender y resolver y cada uno de ellos tiene su urgencia, dependiendo del sector que se trate. Pero sin duda, el que sigue esperando una solución adecuada es el de la inseguridad y la violencia que se genera desde la delincuencia organizada.
Y mientras no haya una estrategia adecuada para contener y minar las capacidades de los delincuentes, el País y estados como el de Sinaloa seguirán sometidos a las reacciones de las organizaciones criminales como ha ocurrido este martes en la entidad.
Porque sí, la delincuencia sigue ahí y entre las muchas necesidades urgentes que tiene el País, la de la seguridad es una a la que no hay que perder de vista y resolverlas.