¿Y el pueblo?

17 septiembre 2020

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Editorial

El grito del Presidente Andrés Manuel López Obrador frente a un Zócalo vacío sirve para muchas evocaciones, pero ninguna más dura que la de un Mandatario que habla al vacío, donde ya no encuentra al pueblo del que se dice amado.

Apenas hace unos días, el tabasqueño salió a presumir los resultados de una encuesta, donde le aseguraron que tiene un respaldo del 71 por ciento del amor del pueblo mexicano, por supuesto, no dijo qué encuesta era, ni quién la había pagado.

Sin embargo la realidad dice otra cosa, basta recordar las últimas convocatorias que llevaban su firma y que no consiguieron despertar el amor que asegura le tiene la mayoría de los mexicanos.

La primera fue la recolección de firmas para poder enjuiciar a los ex presidentes mexicanos, la inquina que quiere adjudicar al pueblo y no hacerla suya.

Pero resulta que el pueblo no respondió, las firmas no llegaron, a pesar de que se extendieron las mesas por todo el País, para que la gente pudiera acercarse y apoyar la venganza del Presidente.

Después vino la rifa del equivalente al precio del avión, donde a pesar de la solicitud de cariño, el pueblo volvió a fallar a la cita, nomás no se vendieron todos los cachitos de la mentada rifa.

Con el cachito de a 500 pesos, la cosa no estaba fácil, pero se esperaba que el pueblo hiciera un esfuerzo para cubrir la nueva ocurrencia del Mandatario.

Finalmente, la mayoría de los cachitos la pagaron los empresarios. Sí, los “enemigos” del pueblo.

A lo mejor lo que no ha entendido López Obrador es que al pueblo hay que darle, no andarle pidiendo, o por lo menos es a lo que todo mundo está acostumbrado.

Por lo pronto, la rifa ya salió, aunque el avión todavía no se ha podido vender, quien quite y el pueblo acabe terminando de comprarlo otra vez, total, ya lo pagamos la primera vez.