Y el abuso seguía ahí

Editorial
08 junio 2023

Aunque se tenía la promesa de que la historia sobre los abusos a los derechos humanos sería diferente en este gobierno, de repente surgen hechos que se vuelven públicos y que hace dudar de lo efectiva que ha sido la política del Estado Mexicano en cuanto al respeto a las garantías individuales.

Y la historia sigue siendo la misma, en la que los cuerpos de seguridad siguen aprovechándose de su condición y abusando de otros, aun cuando estos forman parte del crimen organizado.

Este martes se dio a conocer un video que contenía imágenes de un hecho ocurrido en mayo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, de una camioneta que se estrella contra un muro cuando era perseguida por elementos del Ejército.

Los militares se bajaron de sus unidades y abrieron el vehículo perseguido, de donde sacaron a cinco presuntos delincuentes, todos con vida y a quienes asesinaron minutos más tarde.

No obstante, los cuerpos fueron movidos de lugar para modificar la escena del crimen y hacer creer que se había tratado de un enfrentamiento más en el que los cinco civiles habían fallecido. Hasta que apareció el video.

La historia de los abusos por parte del Ejército vuelve a ser parte de la conversación, una historia que aún no encuentra su fin en la historia de México y que continúa generando desconfianza en la población.

Las fuerzas públicas, las encargadas del orden, se siguen percibiendo, todavía, como las responsables también del uso excesivo de la fuerza sobre la población civil.

Aunque sobre lo ocurrido en Nuevo Laredo se ha prometido que habrá justicia y se castigará a quienes sean responsables, que es lo menos que debería hacerse, aún sigue pendiente el compromiso y la voluntad de que hechos como ese no vuelvan a repetirse.

Porque la historia de la violencia generada por la delincuencia organizada en los años recientes en México, y la lucha que se ha emprendido sobre ella, ha estado acompañada también del abuso de las fuerzas de seguridad sobre los civiles. Y es momento de aprender de ello.