Virus permanente

Editorial
29 abril 2021

Ahora resulta que las vacunas contra el Covid-19 no son la cura prometida, por lo menos no con la eficiencia que pensábamos.

La empresa que produce la vacuna Pfizer anunció que se necesitará no una ni dos dosis de su marca para conseguir la inmunidad en contra del virus, sino una tercera dosis a los 9 ó 12 meses.

Ya encarrerados, los productores de la famosa vacuna aseguraron que lo ideal sería vacunarse cada año, para así estar seguros de que no seremos víctimas del Covid-19, más o menos lo mismo que sucede con la vacuna estacional de la gripe, que se recomienda cada año.

El asunto es que la pandemia no se irá como suponíamos, ni habrá una vacuna mágica que nos librará del virus de una vez por todas, no, en su lugar nos pintan una vida compartida con el virus, donde viviremos con el temor permanente de contraerlo.

Seguramente, el anuncio servirá para alimentar las teorías de los conspiranoicos, a los que poco les falta para asegurar que el virus solo servirá para enriquecer a las farmacéuticas y a la industria que se beneficia de los protocolos sanitarios.

La noticia entraña enormes consecuencias y nos muestra que todavía tenemos un largo camino que recorrer para lograr entender y vencer a un virus que apareció de la noche a la mañana y cambió nuestra forma de vivir.

Por lo pronto, no nos queda otra que seguir cuidándonos, respetando todos los protocolos sanitarios que se han creado para contener el número de contagios, una forma de vivir que parece que será nuestra nueva manera de relacionarnos con nuestros semejantes.

Y si las farmacéuticas se van a encargar de estar fabricando vacunas contra el Covid-19 para cada uno de nosotros, por el resto de nuestras vidas, sería bueno que comenzáramos a producir nuestras propias dosis.