Un año de abrazos
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Editorial
Si se tratara de gobernar con buenos deseos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se llevaría los aplausos como el mejor de todos.
Su campaña prometió muchos abrazos, amnistía hasta para los delincuentes y un derroche de amor.
El tabasqueño rechazó la venganza, la cacería de brujas y la política de balazos en contra de aquellos que mantienen a México cubierto de sangre.
Podemos criticarlo por muchas cosas, pero por lo menos el líder de la Cuarta Transformación ha sido coherente con lo que prometió y lo que hace como gobernante, en materia de estrategia en contra de los delincuentes.
El problema es que, hasta ahorita, los delincuentes no han entendido el mensaje y siguen haciendo de las suyas, en medio de la época más feliz, la de la esperanza, la de la Navidad, seguimos contando números rojos.
También ha cumplido con la ayuda económica que prometió para los más pobres, para los más vulnerables, promesa que convirtió en la base de su campaña y una realidad en los barrios más pobres, cada dos meses.
Otro de sus aciertos ha sido su manera de manejar la relación con los Estados Unidos, donde todos esperábamos una mala relación, él ha convertido en su amigo y admirador al Presidente Donald Trump, el más difícil de la clase.
La verdad es que quedan muchas cosas por hacer y muchos problemas por resolver, pero en la época de mayor esperanza, creemos que en lugar de seguir jalando cada quien para su lado es momento de trabajar juntos.
Sinaloa es un estado pleno de gente capaz, nuestras ciudades crecen, nuestra ciudadanía supera sus obstáculos y lo hace poniendo buena cara al porvenir.
Los retos son inmensos, pero desde el sector turístico hasta el sector agrícola, los sinaloenses siempre hemos conseguido salir adelante, así que no hay época mala para aquel que está dispuesto a salir adelante.