Responder a la salud
Aunque en los últimos años se han impulsado proyectos para mejorar las condiciones de los servicios de salud pública, por una razón u otra sigue presente una de sus principales fallas: la de la falta de medicamentos.
Según los datos de la Secretaría de Salud en Sinaloa, un 15 por ciento de los centros de salud de la entidad presentan un desabasto de medicamentos y ha urgido al sistema de IMSS-Bienestar a que resuelvan los rezagos que se presentan.
Y lo mismo ocurre con otras instituciones del sistema de salud pública, donde los pacientes que incluso están sujetos a un tratamiento médico se enfrentan en algún momento a tener que financiar las medicinas que en papel deberían estar garantizadas.
Pero el problema, además de los inconvenientes que esa situación genera en todos los derechohabientes, es que hay usuarios que no cuentan con los recursos suficientes para adquirir sus medicamentos y por lo tanto su tratamiento se ve reducido.
De una manera u otra, en las últimas administraciones no ha logrado concretarse un servicio eficiente en la salud pública por los cambios de modelo de administración que se han implementado y quienes terminan por pagar las consecuencias de esas improvisaciones han sido las personas que necesitan de ella.
Es urgente que el Gobierno federal y legisladores, que son quienes están a cargo de tomar las decisiones políticas y presupuestarias, establezcan puntos de coincidencia para impulsar un sistema de salud que dé solución a las necesidades de la población que dependen de estos esquemas.
Porque mantener los servicios que hoy se tienen resultan costos para el erario público y cuestan aún más cuando el dinero que se invierte en ellos no resultan con la eficiencia que se demanden.
Hay muchas cosas qué resolver en México y una de ellas es la salud pública, donde las y los mexicanos esperan poder encontrar, en algún momento, el bienestar suficiente para salir adelante.