Polémica
hasta el fin
La pandemia ha trastocado de tal manera nuestras vidas que si algún día se va, se irá en medio de las innumerables polémicas que provocó, y que sigue provocando hasta el día de hoy.
Desde que inició la pandemia inició la discusión sobre cerrar o no la economía del País, en sus diferentes modalidades. Cualquier cierre, se advirtió, tendría consecuencias económicas inesperadas.
El asunto es que enfrentarse a una pandemia no es cosa fácil, las pocas “recetas” que existen son aplicables específicamente para el virus que se enfrentó en su momento y apenas se pueden rescatar algunas acciones generales para enfrentar lo que venga.
Y como el encierro era una de las pocas acciones que había demostrado que podía tener un efecto positivo ante los contagios, se optó por cerrar la mayoría de las actividades económicas, sociales y culturales.
Si fue bueno el cierre o no, eso ya es cosa pasada, el asunto es que millones de negocios cerraron, los estudiantes perdieron un año de su vida escolar y las autoridades jamás presentaron un programa de auxilio para proteger a los empresarios que se enfrentaron al cierre sin protección alguna.
Y si los empresarios sufrieron, los pobres sufrieron el doble, miles de personas perdieron su empleo, otros sufrieron el recorte de sus salarios y muchos más vivieron un empobrecimiento de sus vidas.
El asunto es que después de un año y medio de pandemia seguimos discutiendo si cerramos negocios, cuando lo que deberíamos preguntarnos es si va a haber negocios después de la pandemia.
Finalmente, los negocios son sólo una parte de nuestra vida y les prestamos la mayor parte de nuestra atención, sin darnos cuenta que el virus tiene mil y una maneras de propagarse.
A estas alturas, lo único que pudiera hacer una diferencia es la vacunación extensiva de la población y un control de salubridad exhaustivo, el resto nos toca a los ciudadanos.