Polarización
La discusión sobre la reforma electoral propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador que se lleva a cabo actualmente en la Cámara de Diputados traspasó las paredes del recinto legislativo y alcanzó ya dimensiones nacionales de polarización social.
La iniciativa ha despertado el descontento de algunos sectores, sobre todo porque incluye reformar al INE (árbitro electoral) para convertirlo en el Instituto Nacional de Elecciones y Consulta, que reduce de 11 a siete el número de los consejeros, los cuales serían electos por voto popular.
También elimina a los diputados plurinominales y reduce el financiamiento público solo al periodo de campañas, entre otros muchos puntos.
Según sus impulsores, o sea los diputados afines al Presidente, tiene el propósito de erradicar los fraudes electorales y de fortalecer la democracia, así como de ahorrar 24 mil millones de pesos.
El tema es el Instituto Nacional Electoral, ya que algunos consideran que afectar al instituto afectaría severamente a la democracia del País.
A nivel nacional se ha convocado a la llamada “¡Marcha por la democracia!”, por el bloque opositor en defensa del INE y es apoyada por más de 50 organizaciones de la sociedad civil que se manifestarán el próximo domingo 13 de noviembre.
En la capital sinaloense varios actores políticos, ex legisladores y dirigentes o representantes de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática para sumarse a la convocatoria y llamado a la marcha del domingo.
Ayer, los gobernadores de Morena, incluyendo al Mandatario sinaloense, Rubén Rocha Moya, y la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México respaldaron la iniciativa de Reforma Electoral que propone el Presidente Andrés Manuel López Obrador y aseguraron que no debilita al Instituto Nacional Electoral sino lo fortalece.
La situación es que los ánimos están caldeados, y a pesar de que la reforma electoral no se reduce al tema del INE, es precisamente éste el que ha polarizado la situación.
Confiemos en que todos se expresen pacíficamente y que se llegue a un verdadero diálogo de altura, no solo en la Cámara de Diputados, sino también con los sectores empresariales, políticos y sociales.