Pensar en la educación

31 julio 2020

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Editorial

Sí, no se puede dejar de hablar de la pandemia que aqueja a todos y no hay que dejar de insistir en el cuidado personal que cada uno debe hacer para evitar ser contagiado, y contagiar además, por el Covid-19.

Pero la vida continúa y tiene que vivirse adaptada a las condiciones actuales que advierte de un alto riesgo de contagio, como ya se hace en algunas actividades productivas.

Y dentro de las actividades que están pendientes por definir, está la educativa, donde un ciclo escolar terminó desde casa y el que está por comenzar en un mes, parece inminente que así seguirá.

Y sí, la pandemia ha llevado a que una parte de la población se mantenga en casa y practique el distanciamiento social y la actividad educativa no ha sido ajena a ello.

Sin embargo, más allá del confinamiento que ha obligado esta emergencia sanitaria, y a los esfuerzos por cumplir con los planes y programas educativos, no hay que dejar de observar la necesidad de que también se cumpla con la calidad.

El sistema educativo mexicano no es de los mejores del mundo y alrededor de él hay muchos factores que obliga a evaluarlo dependiendo de la condición en que se desarrolla.

Y la pandemia, ha profundizado aún más esas diferencias: desde quienes cuentan con todas las herramientas tecnológicas para seguir al pie de la letra los planes de estudio hasta quienes su aislamiento se hace aún más grande.

Y sí, la emergencia sanitaria ha obligado a operar bajo esas condiciones y seguramente se reflejará en el aprovechamiento del aprendizaje de los alumnos.

Y mientras las autoridades aún planean cuándo y cómo será el inicio del próximo ciclo escolar, será necesario que también empiecen a prever qué se hará con la educación.

¿Cómo recuperar el aprendizaje no obtenido? ¿Cómo nivelar los conocimientos? ¿Cómo asegurar que los planes educativos serán alcanzados?

Sí, hay que preocuparse por la pandemia, porque eso permitirá que haya menos contagios, pero también hay que ir pensando en qué se hará con los estudiantes, porque también merecen una buena educación.