No hay tiempo

10 enero 2020

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Editorial

El 2019 fue un año para olvidar para México, si del tema de seguridad se trata. Los más de 30 mil homicidios dolosos que se reportaron en todo el País es una muestra de ello.

Fue el primer año que gobernó Andrés Manuel López Obrador, con la promesa de que el combate a la inseguridad y la violencia sería tratado de manera diferente.

Pero lo diferente no ha traído la paz prometida y la pacificación del País no ha sido posible. El tiempo pasa y el Gobierno federal está obligado a dar respuesta a una de las principales demandas que tiene la población.

El Presidente ha pedido paciencia para dar solución a un problema que se ha ido acumulando por años, pero ya hay quien le advierte que no hay tiempo para seguir esperando a que esta crisis sea solventada.

Y no hay tiempo, porque el País no está en condiciones de seguir soportando tantos asesinatos y tantos desaparecidos en crímenes que se esparcen por casi todo el territorio nacional.

Y tampoco hay tiempo, sobre todo cuando los mecanismos de justicia siguen siendo débiles frente a los retos de pacificación que se tienen en México.

Y no, no hay tiempo, cuando la agenda para la pacificación del País no esté entregando resultados que satisfagan a la mayoría. México necesita paz y todavía no la tiene.

El reto es que lo que se vaya a construir este año: el México al que aspira tener el Presidente, y los mexicanos, con condiciones de seguridad más eficiente. El País en el que quien viole la Ley y ocasione daños reciba la sanción que se merece. La sociedad más dispuesta a colaborar para tener una convivencia en paz.

Sí, México ya no quiere ninguna guerra, aunque parece que esta aún no ha terminado. Sí, el País no quiere más violencia, pero sigue presente y latente por todas partes. Sí, ahora sí, los mexicanos se merecen tener garantizada su seguridad, aunque por ahora, todavía sigan esperando.

No hay tiempo para que el Presidente y su gabinete den los resultados que la realidad reclama. No hay tiempo para que el Estado ahora sí cumpla con sus funciones. En sus manos está la solución.