Narcotraficantes y terrorismo

27 noviembre 2019

""

Editorial

Imagine que usted va manejando y de pronto un cohete lanzado desde un dron destruye el vehículo que circula frente a usted, de ese tamaño podrían ser los efectos de la decisión que sopesa el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando dice que podría catalogar a los cárteles mexicanos de terroristas.

El anuncio de Trump ha comenzado a tener repercusiones en la política mexicana, pero estamos muy lejos de entender las profundas implicaciones que tendría en México, la decisión unilateral de los estadounidense de calificar a los narcotraficantes mexicanos de terroristas.
Una vez que Estados Unidos califica a personas o a organizaciones como terroristas, automáticamente sus fuerzas armadas asumen la facultad de intervenir en otros países para investigar o destruir a sus enemigos.

Países como Pakistán, Afganistán y Siria sufren en carne propia los ataques desde el aire en contra de su población y desde drones invisibles que son controlados a miles de kilómetros, desde oficinas donde se mata a distancia.

Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores de México, ha sido el primero en condenar el anuncio del Presidente Trump y el primero en recordar que México jamás permitirá la intromisión de equipo y personal militar en territorio mexicano.

El problema es que detrás de la frontera no hay un Presidente capaz de entender el “no” de los políticos mexicanos y Trump sigue adelante con sus planes de atacar a los cárteles mexicanos, incluso si hay que intervenir en territorio de México.

La chispa la encendió la familia LeBarón al solicitar a Trump su intervención para castigar a los culpables de la masacre ocurrida en los límites de Sonora y Chihuahua.

El escenario es inesperado y podría tener repercusiones muy negativas para la relación entre Estados Unidos y México.