Municipios olvidados
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Editorial
La noticia de que el Congreso realiza un parlamento abierto, con presencia de representantes de algunos de los principales ayuntamientos de Sinaloa es una de esas noticias que no llaman la atención y que fácilmente se pierden en el ruido de la enorme carga de información que se mueve en estos días.
Sin embargo, el hecho guarda una enorme importancia y podría impactar en el futuro de la forma en que se gobierna en los municipios de Sinaloa, siempre afectados por el olvido de la federación y el menosprecio de los gobiernos estatales.
El Municipio, durante las últimas décadas, se ha convertido en el eslabón más débil de la cadena de gobierno en México, tan lejos de la Presidencia de la República y tan cerca del ciudadano.
Los grandes recursos en México se quedan en la federación, mientras los estados alcanzan a acaparar lo que deja la federación, pero a los municipios apenas llegan migajas de la repartición, a pesar de que es ahí donde realmente los gobiernos tienen el contacto directo con la ciudadanía.
Esta lejanía de los ayuntamientos con los centros de poder también ha propiciado que los ayuntamientos se conviertan en verdaderas guaridas de alcaldes que se convierten en pequeños caciques, donde no le rinden cuentas a nadie.
El parlamento abierto realizado por el Congreso de Sinaloa tiene el objetivo de reformar las leyes que regulan a los síndicos procuradores, a los órganos de control en las presidencias municipales, dos dependencias sumamente importantes.
En los últimos años, los síndicos procuradores han ido cobrando cada vez más relevancia, porque junto con los órganos de control son los vigilantes al interior de los ayuntamientos, y gracias a ellos se establecen equilibrios de poder que impiden la corrupción y el saqueo de los ayuntamientos.
Ojalá que las nuevas reformas les permitan a estas dos dependencias incrementar su poder vigilante.