Municipios en el blanco

Editorial
27 mayo 2021

El asesinato de la candidata de Movimiento Ciudadano a la Alcaldía de Moroleón, Guanajuato, Alma Rosa Barragán, confirmó un secreto a voces, la lucha encarnizada que mantiene la delincuencia organizada por controlar los municipios de todo el País.

La noticia no es un secreto, desde hace décadas la violencia en México se ha cebado en el eslabón más débil del poder en México, los municipios.

Alejados del centro del poder, pobres, sin apoyo real, con policías mal pagados y financieramente en quiebra, los municipios se han convertido en una presa fácil de los delincuentes, que cuentan con la fuerza y los recursos suficientes para engullirlos.

Al principio, los municipios más débiles eran los que se encuentran en zonas rurales, incapaces de protegerse, debido a la lejanía con los grandes centros poblacionales.

Pero este proceso ha ido escalando hasta llegar a los grandes centros poblacionales, donde la delincuencia organizada ha encontrado la forma de controlar las administraciones eliminando a los candidatos con los que siente que no puede trabajar.

Una vez controlado al candidato, la delincuencia organizada impone al jefe de la policía y poco después se apodera de los negocios más rentables del municipio tomado.

Uno de los ejemplos más básicos consiste en controlar la venta de cerveza, pero se dan casos tan complejos como el control de áreas completas de la administración municipal y por lo tanto la adjudicación de los principales proyectos del municipio.

La delincuencia organizada actúa como la mafia italiana y los cárteles colombianos al mismo tiempo, engullendo las áreas de seguridad y los proyectos más lucrativos de los municipios.

El problema es evidente, imaginen a delincuentes erigiendo puentes y construyendo autopistas, sistemas de drenaje y administrando la justicia, el resultado es un narcoestado.