Las víctimas
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Editorial
Solo tenían 14 y 16 años. Eran unas adolescentes originarias de Culiacán. Fueron asesinadas y después les prendieron fuego. Esa, solo es una de las escenas de la violencia que sigue latente en Sinaloa.
En lo que va del año, hasta el mes de julio se habían contabilizado 15 feminicidios en la entidad. 15 mujeres que han sido violentadas y sobre las que, como en la mayoría de los delitos, no hay la justicia esperada.
Y sí, el feminicidio es la última de las manifestaciones sobre la violencia que se ejerce contra la mujer, en México y en Sinaloa.
Solo son 15 los asesinatos de mujeres clasificados como feminicidios por las autoridades. Pero hay otros delitos alrededor de ellas que se están gestando. Y que también debería alarmar a todos.
Pues aunque parezca inconcebible, en los primeros siete meses de este año se han interpuesto 2 mil 291 denuncias por la violencia que se ejerce contra las mujeres en el interior de sus familias.
También hay 390 denuncias por lesiones dolosas y otras 265 por lesiones culposas. Y 180 recurrieron a las autoridades porque habían recibido amenazas.
Sí, los feminicidios son los delitos que más sorprenden, más indignan y más ofenden, porque se trata de la cúspide de la violencia que se ejerce contra ellas.
Pero los otros delitos, los que ocurren detrás de esa manifestación, son los que deberían estar atendiéndose, detectándose y ofreciéndose soluciones para que la violencia, no termine con sus vidas, con las de ellas.
La violencia en Sinaloa sigue, está claro. Delitos más, delitos menos, en la entidad se siguen cometiendo y las estrategias para reducirlas al mínimo no han sido eficaces ni suficientes. Porque sí, ha habido una reducción, pero ¿será suficiente para estar satisfechos?
Mientras Sinaloa no cuenta con una política integral de atención a la violencia, en la que detecte, colabore y sancione los delitos que se cometen en contra las mujeres, seguirá sumando cada año a nuevas víctimas de feminicidios. Y ese, no es el camino a seguir.