Las mujeres y los niños...

Editorial
06 noviembre 2023

Las mujeres, pilares fundamentales de toda sociedad, los niños, el capital humano de toda congregación humana, ambos sectores son objetivos específicos de la barbarie humana en Sinaloa.

El sábado, Francisco Javier Villarreal Gastélum, presidente de la Federación de Colegios y Asociaciones de Abogados de Sinaloa, informó que Sinaloa está en el lugar 12 a nivel nacional con homicidios de menores de edad.

Un nada honroso sitio, en palabras del abogado Villarreal Gastélum.

Una lista que no debería existir en ninguna nación del mundo, sin embargo, en México existe un total irrespeto a la vida y Sinaloa ocupa los primeros lugares en ese despropósito.

Más grave el desglose que hace el abogado, quien indicó que se puede decir que cada tres o cuatro días están asesinando a algún menor.

Y alarmante su señalamiento, pues Villarreal Gastélum indicó que Cepavi, DIF y otros organismos no se han pronunciado respecto a las incidencias delictivas de mayores o menores de edad.

El mismo sábado, de acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado, hasta octubre de 2023, en Sinaloa se cometieron 29 feminicidios, cifra que rebasó los perpetrados en todo 2022, con seis asesinatos más de los 23 que se reportaron en ese año.

Además, con cifras del Semáforo Delictivo, sólo en el mes de octubre de 2023 al menos 10 mujeres fueron asesinadas: cinco en Ahome, dos en Culiacán, una en Navolato, otra más en Mazatlán y una en El Fuerte; lo que superó a junio de 2021 que había sido el mes más violento contra la mujer en los últimos cinco años.

Más, María Teresa Guerra Ochoa, Secretaria de las Mujeres en Sinaloa, informó que una mujer encontrada sin vida el 1 de noviembre, junto a las vías del tren en Elota, fue confirmada como el primer caso de feminicidio en el mes.

Mujeres y niños, quienes por su indefensión se convierten en víctimas perfectas para manos que no conocen una manera civilizada de existir; para quienes no existe el respeto ni a la humanidad ni al estado de derecho.

Pérdidas dolorosas que se convierten en cifras para las autoridades y en victorias para los criminales.