La rifa

Noroeste
21 junio 2021

La noticia de que el Gobierno federal pretende rifar el terreno donde alguna vez se intentó construir un nuevo polo de desarrollo turístico en Sinaloa, no deja de tener una carga irónica.

El Centro Integralmente Planeado lleva su maldición en el nombre, en realidad nunca estuvo realmente planeado, ni siquiera tuvo una posibilidad real de convertirse en algo más que un elefante blanco.

Conocido también como Playa Espíritu o Rancho Las Cabras, cuando perteneció al ex Gobernador Antonio Toledo Corro, el proyecto fue simplemente un gran negocio para un puñado de personas, entre ellos el Gobernador, algunos constructores y poco más.

El ex Presidente Felipe Calderón lo convirtió en su proyecto personal turístico, pero en realidad los que saben de turismo nunca le vieron posibilidades de recibir a los inversionistas que se esperaba que llegaran a construir sus desarrollos en la zona.

La idea era bastante sencilla, el Gobierno invirtió en un predio de 2 mil 500 hectáreas frente al mar, designó recursos para construir la infraestructura básica y ya sólo quedaba esperar a que llegaran las grandes cadenas hoteleras a instalarse..., pero nunca llegaron.

Resulta que los destinos turísticos difícilmente se pueden crear por mandato político, sí lo hacen la historia, la gastronomía, la magia de un lugar.

Para empezar, los especialistas desconfiaban de un lugar tan apartado de la infraestructura turística existente, algunos llegaron a opinar que en lugar de invertir en el desierto, deberían invertir esos recursos en Mazatlán, al final el tiempo les dio la razón.

Si rifa el CIP y logra recuperar algo de los recursos invertidos, el Gobierno federal habrá conseguido minimizar sus pérdidas, pero el destino de toda una región seguirá en juego, difícilmente el propietario de un cachito podrá desarrollar lo que todo un gobierno no pudo.